Un video complica aún más la versión de los nadadores estadounidenses

A la Policía de Brasil no le cayó nada bien que Ryan Lochte afirmara que había sufrido un robo en Río de Janeiro a manos de unas personas que se habían hecho pasar por agentes. Por eso, abrió una investigación que este jueves sumó un video que compromete aún más la coartada del medallista olímpico en la posta 4x200 metros libre. 

Los investigadores lograron verificar que los atletas se vieron involucrados en una pelea cuando regresaban a la Villa Olímpica la mañana del domingo y que "no hubo un asalto" como habían afirmado, informó el diario "Folha". Según la nueva versión, Lochte y sus compañeros Jack Conger, Gunnar Bentz y Jimmy Feigen dejaron la Casa de Francia en la zona sur de Río de Janeiro y tomaron un taxi. Pararon en una estación de servicio ubicada en la Avenida das Américas, en la zona de Barra de Tijuca, para que dos de ellos fueran al baño. Uno rompió una puerta, lo que generó una discusión con el personal de seguridad del local, que llamó entonces a la Policía Militar. Antes de que llegaran los efectivos, los nadadores trataron de irse y fueron interceptados.

Según el diario O Globo, además de la puerta, en el baño se encontraron con la jabonera y el tacho de basura dañados. "Orinaron en las paredes. Fue puro vandalismo", afirmó el dueño del establecimiento. El encargado de la seguridad de la estación de servicio contó que "los nadadores estaban agresivos, alterados y claramente bebidos" y que él tenía "el arma enfundada" para evitar que se escaparan. Otro cliente, que sabía inglés, intercedió entonces para agilizar las comunicaciones y fue cuando los estadounidenses se ofrecieron -siempre según el diario brasileño- a pagar 20 dólares y 100 reales por los daños ocasionados y se fueron. 

Tras este incidente, regresaron a la Villa Olímpica, donde también fueron captados por las cámaras de seguridad del puesto de control, en un video que exhibe el sitio británico Daily Mail. Allí se muestra a los nadadores tranquilos y con sus efectos personales, a las 6.56 del domingo. 

Lochte, múltiple medallista olímpico, había asegurado el lunes que unos asaltantes que se hicieron pasar por policías pararon el taxi en el que volvían a la Villa y le pusieron una pistola en la cabeza. El nadador aseguró que los ladrones se llevaron su billetera y todo el dinero que tenía en efectivo. Sin embargo, el miércoles se contradijo cuando declaró a la NBC que estaba con sus compañeros en una estación de servicio cuando ocurrieron los hechos. Afirmó entonces que al volver de la tienda de la Shell al taxi, el conductor no se movió, y que fue ahí cuando llegaron dos ladrones con pistolas y placas policiales, pero que no le apuntaron a la cabeza como había dicho antes. "Somos víctimas y estamos felices de estar a salvo", había dicho Lochte.

Como la declaración no era contundente, había dudas sobre el presunto asalto y necesitaba más datos, la jueza brasileña Keyla Blanc De Cnop ordenó el miércoles la retención en el país de los nadadores. Y justificó la orden pedida por el Ministerio Público apuntando a "contradicciones en los testimonios de los nadadores".

La Policía brasileña retuvo a Bentz y Conger en el aeropuerto Galeao de Río cuando pretendían abordar un avión rumbo a Estados Unidos, y les retiraron los pasaportes. Lochte ya había dejado el país antes de que se dictase la medida, mientras que el paradero de Feigen aún hoy no está claro.