Tras una semana conflictiva, en la que el Real Madrid fue eliminado de la Champions League, Cristiano Ronaldo tuvo algo de consuelo. Los cuatro goles que metió el sábado (en el 6-2 ante Sevilla) lo encaminan a ser el Pichichi de la temporada. Y ayer, mientras Nadal y Djokovic definían la final del Masters 1000 de Madrid, el delantero portugués fue mimado por su novia, la modelo rusa Irina Shayk. Compartieron el palco con el arquero Iker Casillas (también muy afectivo con Sara Carbonero) y el ex tenista español, Carlos Moyá.
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