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      Un debate de alto voltaje en el Parlamento inglés

      Redacción Clarín

      Lo interesante por detrás de las declaraciones de Jeremy Browne, funcionario del Foreign Office, y quien en la línea tradicional del Reino Unido sostuvo ayer una vez más que la soberanía de las Malvinas “no” era “negociable”, es el escenario político en que se produjo: un debate de alto voltaje en el Parlamento, en el que el gobierno conservador de David Cameron viene resistiendo presiones de los más duros de su partido, el de los tories. Unos piden una nueva ley británica que re asegure por escrito y a nivel nacional el pretendido “derecho” a la autodeterminación de los habitantes de las Malvinas; y, por el otro, los que reclaman que las fuerzas armadas británicas aumenten su poder de disuasión para ahuyentar toda intención de recuperar el archipiélago por parte de Argentina. Si se quiere, pese a los ríspidos e insólitos cruces entre Cristina Kirchner y Cameron -quien recientemente acusó a la Argentina de prácticas “colonialistas”- el premier luce moderado entre sus colegas parlamentarios.

      Secretario de Estado de Asuntos Exteriores para Latinoamérica, Browne viajará a las Malvinas para los festejos del 14 de junio , su Día de la Liberación, por la rendición argentina.

      Sus dichos en el debate parlamentario tuvieron que ver precisamente con los pedidos que materializó el tory Guy Opperman: una nueva legislación nacional que demuestre que “no” hay ambigüedades en el derecho de autodeterminación de los isleños.

      Browne lo consideró “innecesario” . Sostuvo el funcionario ante los legisladores que ello lo establecía la carta de las Naciones Unidas y en el Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, lo que en realidad no es así porque la ONU considera a los isleños con un status especial a diferencia de otras colonias, ya que no los reconoce como habitantes autóctonos. Browne señaló además que la constitución actual de las Malvinas también reflejaba ese grado de autonomía.

      En el debate parlamentario que se dio en el Palacio de Westminster, que reúne a las dos cámaras del Parlamento, se oyeron otras voces conservadoras como las de Bob Stewart: “Enviemos un mensaje claro desde la Cámara hoy.

      Mantengan (los argentinos) sus manos fuera de las Falklands, ellas son británicas y ellas quieren seguir siendo británicas”, declaró. O la de James Gray. Sostuvo que la Argentina no estaba ni remotamente en el camino de una acción como la del ‘82, pero sí que estaban haciendo un “ruidoso” ostentoso y amenazante despliegue militar “por razones políticas”.


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