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      En una elección con trampas y escasa asistencia, Nicolás Maduro se queda con el control del Parlamento de Venezuela

      El Observatorio contra el Fraude de la Asamblea Nacional (AN) aseguró que la participación llegó al 20%.

      En una elección con trampas y escasa asistencia, Nicolás Maduro se queda con el control del Parlamento de VenezuelaDos militare votando en la ciudad de Caracas, Venezuela. Foto AFP
      Redacción Clarín

      El presidente Nicolás Maduro se queda con el control del Parlamento de Venezuela en unas elecciones boicoteadas por la oposición por fraudulentas, sin respaldo internacional, y con centros de votación vacíos. En medio de acusaciones de la oposición y de países de la región por irregularidades, los primeros datos del Consejo Nacional Electoral (CNE) le dan la victoria a la alianza oficialista, con el 67% de los votos.

      El Observatorio contra el Fraude de la Asamblea Nacional (AN) y voceros de la Unidad Democrática apuntaron este domingo por la noche que la participación llegó apenas al 20%, tras un monitoreo realizado por más de 17 mil voluntarios, registro y denuncias de incidencias e irregularidades del evento electoral.

      "Amanecimos con imágenes devastadoras para el régimen: centros vacíos, pero no solo eso... dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela, desesperados, mandando notas de voz, incluyendo al hijo del dictador, diciendo que no están conforme con los resultados", dijo el diputado Freddy Guevara.

      Según los datos oficiales, difundidos en la madrugada del lunes, la participación fue del 31%.

      Según la oposición, la abstención en las legislativas venezolanas llegó al 80%. Para el oficialismo fue del 70%. Foto EFESegún la oposición, la abstención en las legislativas venezolanas llegó al 80%. Para el oficialismo fue del 70%. Foto EFE

      Incluso el hijo del presidente, "Nicolasito", admitió la baja participación. En un audio dirigido a sus militantes de La Guaira, un estado a 40 minutos de Caracas y donde compite por un escaño, admite que los datos no son como los esperaba.

      "Les digo que no estamos conformes con los resultados hasta ahora, 3 de la tarde, que hemos alcanzado", dice abatido.

      De acuerdo a la información provista por el CNE pasada la 1.30 de la madrugada, la alianza oficialista venezolana del Gran Polo Patriótico (GPP) se impuso con el 67,6% de los votos emitidos. El Consejo Electoral señaló que la oposición cosechó el 18% de los sufragios, aunque no especificó cómo se repartieron esos votos entre las distintas fuerzas.

      "¡Felices madrugadas de victoria!", celebró Maduro. "Tenemos una nueva Asamblea Nacional, hemos tenido una tremenda y gigantesca victoria".

      En tanto, el dirigente opositor Juan Guaidó denunció "fraude" y criticó el manejo de los datos oficiales.

      "Luego del chantaje, el secuestro de partidos, censura, fabricar resultados, infundir terror; Anuncian lo dicho: un fraude con 30% de pura falsedad, que no le son suficientes ni para mostrarse en público (Ni ellos celebran, se saben solos)", escribió en su cuenta de Twitter.

      Nicolás Maduro vota este domingo en un centro electoral de Caracas, Venezuela. Foto EFENicolás Maduro vota este domingo en un centro electoral de Caracas, Venezuela. Foto EFE

      Estaba previsto que los centros de votación cerraran a las 6 de la tarde. Sin embargo, el proceso se demoró y los resultados iniciales recién llegaron en la madrugada del lunes, luego de que el Consejo Nacional Electoral extendiera una hora la apertura de los locales. "O hasta que haya electores en la cola", dijo el vicepresidente de esa entidad, Leonardo Morales, por la tarde.

      Minutos antes, la oposición venezolana había asegurado que las autoridades electorales venezolanas con el CNE al frente habían trasladado a Maduro de colegio electoral para evitar dar una imagen de baja participación en los medios de comunicación cuando el mandatario acudiera a votar.

      "Maduro está abandonado, no tiene respaldo", afirmó Juan Guaidó, autoproclamado presidente encargado del país, ante los primeros indicios que apuntaban a un cambio en el censo. "No tiene respaldo, mucho menos votos. Hoy no pudieron ni sacar una foto para su propaganda", dijo.

      Más tarde, en un video difundido en Twitter, agregó: "Solo hacen fraude los que le temen al pueblo. Maduro y su régimen perdieron todo apoyo popular. No se atreven a convocar a elecciones libres. Tienen que controlar el árbitro, elegir sus contrincantes, negar la observación internacional y extorsionar al pueblo con hambre".

      Venezuela renueva completamente la composición de la AN cada cinco años y en las tres elecciones anteriores la participación fue de 25,26% en 2005 (también entonces la oposición se abstuvo), 66,45% en 2010 y 71% en 2015, cuando la oposición se impuso holgadamente y ganó dos tercios de las bancas.

      Trampas

      “Felicitamos al pueblo de Venezuela, que no se dejó chantajear y que está claro en que este evento es un teatro del régimen para intentar decirle al mundo que son demócratas porque hacen elecciones”, declaró la diputada opositora Nora Bracho.

      El resultado ya estaba cantado desde hace meses ante la abstención opositora y sobre la base de que el chavismo condicionó los comicios con una serie de “trampas” para evitar -según sus detractores- que se desarrollen con normalidad y en total respeto de la legalidad.

      Por empezar, el Tribunal Electoral -un organismo inclinado hacia el poder chavista- inhabilitó a la mayoría de las principales figuras de la oposición, una de las razones para que decidiera abstenerse de los comicios. De tal manera, dirigentes como el presidente interino Juan Guaidó, el dos veces presidenciable Henrique Capriles, el ex alcalde Leopoldo Lopez o el ex presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, no pudieron participar por estar proscriptos.

      Asimismo, el poder chavista intervino los principales partidos de la oposición y tomó sus emblemas para entregarlos a aliados políticos que se presentaron al comicio como si fueran auténticos opositores.Por lo tanto, Guaidó, así como otras figuras de la oposición , quedaron desde ayer fuera del Parlamento chavista.

      El régimen de Nicolás Maduro también impidió que los cinco millones de venezolanos de la diáspora pudieran votar y acortó los plazos legales para evitar que pudieran inscribirse en el padrón los cerca de dos millones de jóvenes que, como los emigrantes, integran el antichavismo. Al mismo tiempo, el gobierno cambió las reglas de juego con la reforma de la ley electoral para sumar un centenar de diputados elegibles ayer: de los 167 actuales se pasa a 277, que asumirán en enero próximo. De tal forma, se aumentan los escaños para que ingresen más partidarios propios.

      La oposición también cuestionó las ventajas de que gozan los candidatos oficialistas ante un Consejo Nacional Electoral integrado por cinco miembros, todos impuestos por el chavismo pese a que la Constitución exige que sean elegidos por el Parlamento. En la actualidad, el órgano electoral no cuenta con ningún miembro que represente a la oposición.

      Como colofón, y ante la negativa de la UE y otros organismos de oficiar de veedores por la falta de garantías democráticas, el comicio fue “observado” por un grupo de aliados extranjeros del régimen como los ex presidentes Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay) y Jose Luis Zapatero (España).

      Más de 20 de los 30 millones de habitantes del país caribeño fueron llamados a las urnas en unos comicios en los que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) busca la "victoria perfecta" y hacerse con el único poder que desde 2015 controla la oposición liderada por Juan Guaidó.

      Una escuela en Caracas, con poca gente en la fila para votar. Foto AFPUna escuela en Caracas, con poca gente en la fila para votar. Foto AFP

      Los centros de votación, que abrieron a las 6 de la mañana local y permanecieron hasta las 19 o hasta que no haya electores, aunque a lo largo del día muchos de estos puntos estaban vacíos o con pocas personas en fila.

      "Tuvimos paciencia, la sabiduría para esperar esta hora, este día y sacarnos de encima a esta Asamblea Nacional nefasta (...), que trajo la plaga de las sanciones, de la crueldad, del dolor, del sufrimiento", dijo Maduro a periodistas tras votar en la principal instalación militar de Caracas, Fuerte Tiuna.

      El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, tachó de "farsa" y "fraude" las elecciones parlamentarias.

      Las autoridades canadienses se sumaron a la ola de repudio. "Canadá no reconocerá los resultados del proceso electoral del 6 de diciembre. Apoyamos al pueblo venezolano en su lucha por la restauración de la democracia", escribió François-Philippe Champagne, ministro canadiense de Asuntos Exteriores.

      Colombia y Brasil tampoco le darán validez a los resultados.

      "El régimen de Maduro promovió 'elecciones parlamentarias' en Venezuela para intentar legitimarse. Sólo se legitimará ante los ojos de aquellos que aprecian o toleran la dictadura o el crimen organizado", escribió Ernesto Araújo, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, en su cuenta en Twitter.

      "El resultado de cualquier 'legitimación' de Maduro: más opresión y hambre para los venezolanos, más fuerza para el crimen en toda la región. Pero el pueblo venezolano rechazó la farsa electoral. Con una participación bajísima, mostró que las elecciones legislativas no representan su voluntad", agregó.

      Más gente para cargar nafta

      Washington, principal aliado de Guaidó, lidera la presión contra Maduro con sanciones económicas, incluido un embargo petrolero vigente desde abril de 2019.

      "Los resultados anunciados por el régimen ilegítimo de Maduro no reflejarán la voluntad del pueblo venezolano", escribió Pompeo en Twitter.

      La Organización de los Estados Americanos (OEA) ha dicho que desconocerá el resultado de este domingo.

      Maduro pidió a "toda la oposición" que "abandone la ruta extremista (...) que le pidamos en una sola voz el levantamiento de todas las sanciones al nuevo gobierno de Estados Unidos de Joe Biden, en una sola voz".

      El uso del tapabocas es obligatorio en los centros de votación, que tienen marcas en el piso para mantener el distanciamiento físico por la pandemia.

      En la barriada 23 de Enero de Caracas, bastión del chavismo, los centros estuvieron más concurridos que en otros sectores de la capital venezolana.

      En algunas ciudades, no obstante, había más personas esperando para abastecer combustible que para votar, un reflejo de la crisis económica del país, que según expertos también contribuye a la alta abstención.

      "Esto es una humillación", dijo a la AFP José Alberto, que tenía horas esperando en una estación de servicio. "No voy a votar", sostuvo acompañado de su hijo adolescente.

      El ex presidente de Bolivia, Evo Morales, y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, como observadores de las elección. Foto AFPEl ex presidente de Bolivia, Evo Morales, y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, como observadores de las elección. Foto AFP

      Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, llamó a sus seguidores a no votar.

      Los grandes partidos de oposición ya se abstuvieron en las elecciones presidenciales de 2018, que denunciaron como fraudulentas, justificación para que Guaidó se proclamara presidente encargado con el apoyo de Estados Unidos.

      Con todo, una pequeña fracción disidente de la oposición buscará ganar alguno de los 277 escaños en juego.

      El chavismo perdió el control del Parlamento en 2015 tras 15 años de hegemonía. Sin embargo, Maduro anuló su poder a través de la Corte Suprema de línea oficialista y con la todopoderosa Asamblea Constituyente, que dejará de funcionar en diciembre.

      Guaidó llama ahora en paralelo a un plebiscito (7-12 de noviembre) para prolongar el período parlamentario hasta que puedan celebrarse elecciones "libres, verificables y transparentes".

      Pero esa consulta no será más que testimonial, toda vez que Maduro ejerce el control territorial e institucional con el respaldo de la cúpula militar, considerada su principal sostén.

      Además de Estados Unidos, la Unión Europea, que intentó sin éxito que las legislativas fuesen pospuestas, desestimó que sean "justas, transparentes y creíbles", por lo que su reconocimiento al proceso es poco probable, comentaron fuentes europeas a la AFP.

      Fuente: AFP, EFE y Clarín

      PB