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      Daniel Ortega arremete contra los obispos y los tilda de golpistas

      En un acto masivo en Managua para conmemorar el 39 aniversario de la Revolución Sandinista, el presidente criticó con dureza a la Iglesia, que impulsa el ahora suspendido diálogo en el país.

      Daniel Ortega arremete contra los obispos y los tilda de golpistasEl presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, habla durante la celebración del 39 aniversario de la revolución sandinista en la Plaza de la Fe, en Managua. /EFE
      Redacción Clarín

      El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, se dio este jueves un baño de masas después de tres meses de protestas antigubernamentales. Decenas de miles de seguidores del oficialismo se han concentrado en la Plaza de la Fe de Managua, la capital del país, para conmemorar el 39 aniversario de la Revolución Sandinista. 

      El ambiente era festivo en la zona desde mediodía. Los vendedores ambulantes vendían pañoletas rojinegras, los colores del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional, y camisetas con la imagen del Che Guevara, mientras se escuchaba canción revolucionaria y se repetía una consigna: "Se queda, se queda, se queda Daniel se queda".

      El ex guerrillero y presidente ha criticado duramente a los obispos de la Iglesia Católica que actúan como mediadores en el suspendido diálogo nacional. Ortega ha considerado a los sacerdotes como opositores.

      "Me dolió que mis señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas", ha señalado el líder nicaragüense. "Ellos se descalificaron como mediadores, como testigos, porque su mensaje claro fue el golpe", ha añadido.

      El Papa y la Iglesia católica de Nicaragua se han pronunciado contra la represión del gobierno de Ortega, y este viernes la Iglesia inició una jornada de ayuno y de rezo de la oración de exorcismo a San Miguel Arcángel, en "desagravio por las profanaciones" en estos tres últimos meses "contra Dios" con la violencia desatada en el país, que se ha cobrado más de 350 vidas.


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      El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, invitó a los nicaragüenses a vivir este día de ayuno y de oración "con el corazón libre de amarguras y sin resentimientos, orando personalmente y en familia y con una confianza infinita en el amor de Dios que libera del mal".

      El oficialismo cree que los manifestantes opositores son "vándalos" y "terroristas" pagados por otros países con el objetivo de derrocar al gobierno, un argumento que volvió a esgrimir Ortega.

      "Hemos enfrentado una conspiración armada y financiada por fuerzas internas que todos conocemos y por fuerzas externas que totalmente identificamos", ha dicho el presidente, apuntando a Washington.

      Criticó además las posiciones vertidas por opositores en Internet: "Ellos dicen en las redes sociales que van a matar al padre, a la madre, hasta a los niños tiernos (de los oficialistas) los van a asesinar, dicen. ¡Qué cosa es eso! Eso es propio de secta satánica. Por favor queridos obispos, exorcicen a esos demonios", ha pedido Ortega. 

      Tres meses de protestas antigubernamentales han dejado en Nicaragua más de 350 muertos, según las organizaciones locales de la sociedad civil. La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos ha contabilizado 277 fallecidos en el contexto de las manifestaciones y ve el Estado como responsable por la violencia.

      Las protestas contra Ortega se iniciaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social -que buscaban implementar mayores contribuciones de los trabajadores y menores jubilaciones- y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.

      Los opositores dicen que el gobierno controla todos los poderes del Estado y denuncian una brutal represión, en la que se han conjugado fuerzas policiales y grupos de civiles progubernamentales armados que la sociedad civil considera parapoliciales y paramilitares.


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      En la Plaza de la Fe ondeaban este jueves miles de banderas rojiblancas sandinistas. La joven Norma Montoya, trabajadora del sector privado, era una de ellas.  Cree que las protestas han acabado con la economía del país.

      "Hace tres meses había un avance increíble en el país. Nosotros éramos la envidia de Centroamérica. Un país con mucho progreso. Muchos inversionistas tenían el ojo puesto aquí. Eso trae trabajo para muchos nicaragüenses y estabilidad para muchas de nuestras familias", comentaba la joven.

      Las barricadas y los bloqueos viales erigidos por la oposición en las protestas y objetivo de la policía y los grupos de civiles armados en las últimas semanas han cambiado la vida de los oficialistas, apuntaba Montoya.

      Manifestaciones contra Ortega en Masaya, Nicaragua, 35 km del capital. /AFPManifestaciones contra Ortega en Masaya, Nicaragua, 35 km del capital. /AFP

      Manuel Ruiz, contable y ex combatiente en la Guerra Civil nicaragüense de los 80, durante la primera etapa de Gobierno de Daniel Ortega, dice que el oficialismo no teme a nada. "Nosotros hemos sobrevivido al imperio norteamericano. Así que quién dijo miedo. Aquí estamos para producir la tierra, tener amigos y paz. No al odio, no a la intervención y no a la violencia", reclamó, según citó la agencia Europa Press.

      Además ha defendido a los grupos  de civiles armados progubernamentales. "Son sandinistas que andan defendiendo el partido, porque ya no es que quieran acabar con el Gobierno, sino con los sandinistas, en cada casa, y en cada barrio, y eso no lo van  a hacer", ha añadido.


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      Ortega se ha despedido de sus seguidores entre vítores y gritos de "se queda". Los obispos de la Conferencia Episcopal le pidieron que adelantase a marzo de 2019 las elecciones, previstas para noviembre de 2021, pero el presidente hizo pública su negativa a aceptar la oferta a principios de julio.