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      Brasil espera un gran impacto comercial por la devaluación

      El real se ajustó 38% en un año. Por eso confían que habrá un superávit de US$ 10 mil millones contra el déficit de 2014.

      Brasil espera un gran impacto comercial por la devaluaciónCLAIMA20150722_0266 REUTERS “Travesía”. Así describió la presidenta Rousseff el proceso por el que atraviesa la economía del país. /REUTERS

      La mezcla de devaluación del real (18% desde inicios del año) y de recesión produjo, en junio, un resultado “virtuoso” en la economía brasileña: el mes acumuló una balanza positiva del comercio exterior de 4.400 millones de dólares, el mejor nivel de los últimos seis años. Esto ayudó, también, a reducir el déficit externo del país, que deberá cerrar 2015 con uno de los techos más bajos de los últimos tiempos: 3,5% del producto bruto interno.
      El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Armando Monteiro Neto, estimó que pese a los precios desfavorables de los commodities, este año la balanza comercial cerrará con un superávit de 10.000 millones de dólares. Un gran contraste con el año pasado, cuando la balanza comercial cerró con 4.500 millones de déficit.
      Por otra parte, consideró “una ventana de oportunidades” la devaluación de casi 38% del real en un año, lo que representa “Una gran ganancia para las exportaciones brasileñas”.
      Las inversiones directas en el país (IDP) resultaron más que suficientes para cubrir el déficit y todavía restó un remanente. En total, en junio ingresaron 5.300 millones en el sector productivo del país. Con todo, la noticia que ayer produjo mayor revuelo en el área económica fue la decisión, adoptada por el gobierno de Dilma Rousseff, de recortar el volumen de superávit fiscal que pensaban conseguir para este año. Ahora, será de 0,15% del PBI, contra la previsión de que alcanzaría a 1,1%.
      La cuenta fue revisada luego de que se supiera que los estados provinciales sufren penurias que les inviabiliza lograr un superávit mayor. Según el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, cambiar la meta fiscal no significa dejar el ajuste de lado. “Vamos a tener que trabajar en la economía con objetivos que se considera factibles”. El funcionario se encontraba en el Palacio del Planalto (la sede gubernamental) cuando decidió convocar a una conferencia de prensa y explicar las razones para flexibilizar los objetivos del superávit primario. “Tenemos que realizar el trabajo de contingencia de los gastos sin dramatizar. Esto no significa que estemos por aflojar el escenario fiscal”, precisó.
      A su vez, la presidenta describió el proceso económico que atraviesa Brasil como de “travesía”. Y confió que el país volverá a crecer “dentro del potencial”. Fue ante una platea de empresarios del sector azucarero y energético, que compartieron sillas con sindicalistas, en Piracicaba, en el interior de San Pablo.
      En ese ámbito, que nunca le fue simpático, ayer sin embargo Rousseff recibió elogios. Sostuvo enfática que su gobierno “persigue el reequilibrio de las cuentas públicas” y añadió que tomará “todas las medidas micro que puedan garantizar un buen ambiente de negocios”. En ese sentido, añadió que “si este es un año de travesía, también lo es de nuevas posibilidades”.
      Durante la reunión, Dilma fue alabada por el presidente de uno de los principales grupos económicos del país, el holding Cosan, dirigido por Rubens Ometto. No es el primer capitán de la industria y las finanzas que se pronuncia a favor de Rousseff. Esto demuestra que el establishment mira con mucho recelo los intentos de quebrar el orden institucional, sea a través de instrumentos jurídicos o de juicio político en el Parlamento. Saben por experiencia que los devaneos de sectores partidarios y algunos congresistas, que parecen ir en esa dirección, no resultan “buenos” para los negocios.


      Sobre la firma

      Eleonora Gosman

      Corresponsal en San Pablo egosman@clarin.com

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