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      Elecciones en Italia: Giorgia Meloni, la neofascista que es favorita y reclama ser primera ministra

      Milita desde los 15 años. Su partido Fratelli d'Italia va adelante. Cómo piensa y qué dicen Berlusconi y Salvini, sus "socios" de derecha.

      Elecciones en Italia: Giorgia Meloni, la neofascista que es favorita y reclama ser primera ministraLa líder del partido ultraderechista "Hermanos de Italia" Giorgia Meloni. Foto: EFE

      Este martes ha comenzado el cambio de era política en Italia que llevará en los próximos dos meses a una muy agitada campaña electoral que culminará en las elecciones generales anticipadas del 25 de septiembre. Se debe sustituir el gobierno renunciante del economista Mario Draghi, que sigue de premier con sus facultades reducidas a la ordinaria administración, como indica el régimen parlamentario.

      Candidata favorita a reemplazarlo es Giorgia Meloni, una diputada de 45 años, periodista profesional, madre de una niña y aspecto agradable que según The New York Times podría ganar y convertir a Italia en la primera potencia europea con un régimen de ultraderecha desde la muerte de Benito Mussolini.

      Tenía 15 años Meloni cuando se inscribió en el Frente de la Juventud del Movimiento Social Italiano, MSI, el partido que fundaron en 1947 los sobrevivientes de la élite de la República Social Italiana, con base en Saló, en el norte italiano, bajo la guía de Giorgio Almirante, ex ministro del Duce, que fue un personaje importante de la oposición en la llamada Primera República.

      La líder de Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni. Foto: ANSALa líder de Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni. Foto: ANSA

      Aquella hora de restablecimiento democrático se basaba en medio siglo de gobierno democristiano y la leal oposición del partido Comunista más numeroso de Occidente, que no podía gobernar porque Italia quedó del lado occidental en el reparto de Yalta entre el presidente norteamericano Franklin Roosevelt y el dictador ruso Josef Stalin.

      Mientras crecía de edad y militancia Georgia Meloni, cuando el MSI se disolvió tras la muerte de Almirante, pasó a Alianza Nacional, fundada por Gianfranco Fini. En el escudo de este partido se enfatizaba la continuidad. No faltaban la sigla MSI y la llama tricolor.

      Cuando acabó también Alianza Nacional, la joven Meloni fundó Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia) y transfirió la llama tricolor y la sigla MSI en el nuevo escudo.

      Giorgia Meloni tras un encuentro con Sergio Mattarella, en 2018. Foto: AFPGiorgia Meloni tras un encuentro con Sergio Mattarella, en 2018. Foto: AFP

      Estos datos son importantes porque perfilan una biografía política. En estos días difíciles que vive Italia es necesario trazar un cuadro de situación compacto y claro del presente cuando se presenta tan complicado el futuro.

      Ese presente tiene hoy en el centro la figura minuta y rubia de Giorgia, que en el exterior examinan con una pregunta: ¿Es una fascista o neofascista verdadera?  Ella niega serlo al vasto mundo del fascismo que sobrevive en profundidad en los italianos y que está dentro o anda cerca de Fratelli d’Italia.

      No es un partido neofacista, afirman Meloni y los suyos. Pero la prensa difunde continuamente historias que demuestran que en ningún otro partido italiano hay tanta familiaridad con ese pasado, que no termina de pasar.

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      Giorgia Meloni ha sabido convivir con este pasado, cuidándose de no terminar aplastada por las esquirlas del presente.

      Pero además de muchas anécdotas sobre la presencia del posfascismo en Fratelli d’Italia, hay otros elementos que muestran cuándo la ideología de extrema derecha está presente en la líder del partido.

      Proclamas en video y a los gritos


      Una prueba impresionante es el video de una intervención de Meloni en un acto en Andalucía de Vox, el partido neofranquista español, al que se ha ligado Giorgia Meloni con sus visitas.

      Video

      La favorita para ganar las elecciones en Italia, en septiembre, vociferó desde el escenario en Andalucía todo tipo de mensajes ultras

      Hablando en español a miles de partidarios del comicio de Vox, presente el mismo líder Santiago Abascal, que sonríe en el video, se ve a una Giorgia distinta. No habla, vocifera. “No hay mediaciones, o se dice sí o se dice no. ¡Si a la familia natural, no al LGBT; sí a la identidad sexual, no a la ideología de género!”.

      A los gritos, sin piedad, se la agarra con los homosexuales, bisexuales, etcétera y también con los transenxuales y otras variantes de la identidad de género. Pero hay más, Meloni grita; “Sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte!”, sin más precisiones pero suena también a un ataque contra el aborto.

      Agrega un “Sí a la universalidad de la cruz y no a la violencia islamista”, que luce como una adhesión al tradicionalismo católico.

      No falta un “Sí a las fronteras seguras y no a la inmigración masiva”. Otro sí a los trabajadores y un no “a las grandes finanzas internacionales”.

      Ovacionada por miles de españoles nostálgicos del franquismo, Meloni manda también un “sí a la soberanía de los pueblos” y un “no a los burócratas de Bruselas”, una patada contra los dirigentes de la Unión Europea. Por último hay un “sí a nuestra civilización” y un “no a quienes quieren destruirla” y un viva final “a la Europa de los patriotas”.

      Giorgia Meloni  (centro) se toma una selfie en una protesta contra el gobierno en 2020. Foto:  APGiorgia Meloni (centro) se toma una selfie en una protesta contra el gobierno en 2020. Foto: AP

      Este es un pronunciamiento claro en favor de los soberanistas en la Unión Europea, como el presidente húngaro Viktor Orban, un amigo de Meloni y también de Matteo Salvini, de la Liga que integra la alianza de centroderecha italiana.

      Orban, el verdadero caudillo de los soberanistas europeos, acaba de dar un ejemplo de su pensamiento. Armó un gran ruido hace dos días al afirmar que “no vamos a mezclarnos con otras razas”.

      “No somos de razas mixtas ni tampoco queremos serlo”. Acusó la misma Unión Europea de querer obligar a Hungría a recibir inmigrantes no europeos, “pero no queremos ser mestizos”.

      Qué dicen los sondeos


      Los sondeos destacan que el partido de Giorgia Meloni encabeza las preferencias con entre el 23 y el 25%. Tras haber comenzado en las elecciones generales de 2018 con un 4,6%, su partido no ha cesado de crecer.

      Los líderes de la derecha: Berlusconi, Meloni y Salvini. Foto: EFELos líderes de la derecha: Berlusconi, Meloni y Salvini. Foto: EFE

      Cuando en febrero del año pasado llegó el economista Mario Draghi, convocado a salvar la patria, y se formó un gobierno de unidad nacional en el que entraron izquierdas, derechas y centristas, solo su partido se declaró opositor.

      Aunque siempre tuvo una buena relación personal con Draghi, Giorgia mantuvo a los suyos en una solitaria vereda de enfrenta demostrando un olfato político privilegiado. Cuando hace unos días cayó el gobierno Draghi, a nadie se le ocurrió echarle las culpas del descalabro que siguió.

      Los datos triunfantes de los sondeos, las peleas de los otros políticos y el temor a sus propios socios en la centroderecha, llevaron a Meloni a acelerar los tiempos.

      Hace meses que el ex primer ministro Silvio Berlusconi, 85 años, que en los sondeos figura entre el 7,5 y el 9% de los votos, administraba los encuentros entre los tres líderes de las derechas con encuentros en sus lujosas residencias en Italia.

      El ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, posa junto a Matteo Salvini y Giorgia Meloni. Foto: EFEEl ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, posa junto a Matteo Salvini y Giorgia Meloni. Foto: EFE

      Berlusconi no oculta que considerada “ragazzi” (jovencitos) a Giorgia y a Matteo Salvini, el líder de la Liga, que está de capa caída porque de la popularidad enorme que alcanzó hace tres años, cuando llegó a medir un 34,5% de popularidad, ha bajado a un 14%.

      Meloni reclama a sus socios​


      Meloni dijo claramente que ha llegado la hora de elegir al líder de la coalición que será el candidato a primer ministro del próximo gobierno, que se debería formar en octubre próximo. “Si no nos ponemos de acuerdo es mejor que no sigamos juntos”, dijo.

      Berlusconi que quiere ser nombrado presidente del Senado, dijo que “el tema no me apasiona”. Salvini reiteró que “el que consigue más votos debe ser el elegido”.

      Berlusconi al frente. Salvini, atrás. Y en el fondo, Meloni. Foto: ANSABerlusconi al frente. Salvini, atrás. Y en el fondo, Meloni. Foto: ANSA

      Circula insistente la version de que en realidad, la alianza entre Berlusconi y Salvini cree que esos votos no tienen porqué ser de los electores.

      Por ejemplo proyectarían organizar tras las elecciones una asamblea de diputados y senadores de los tres partidos. Allí se verificaría la votación. Hacer votar a los parlamentarios por el nombre del elegido para ser el primer ministro. Sumando a sus dos partidos deberían tener más votos que Giorgia Meloni.

      Esta es la versión que más corre. Pero que demuestra que apenas comenzada la carrera a las elecciones anticipadas, las maniobras y los encontronazos ya están en un fuerte nivel. En pocas horas, este miércoles, la negativa de Giorgia Meloni de juntarse en la residencia romana de Berlusconi, ha trasladado el encuentro a la Cámara de Diputados.

      En la otra esquina


      El otro gran protagonista de la nueva carrera al poder es el partido Democrático de centroizquierda.

      Enrico Letta, su líder, un ex democristiano como lo son la mayoría de los dirigentes del PD, pues quedan pocos de los formados en el partido comunista, comenzó este martes el camino hacia las elecciones reuniendo a la dirección y lanzando el proyecto de formar un vasto frente progresista con media docena de grupos centristas.

      El ex premier italiano, Enrico Letta. Foto: ReutersEl ex premier italiano, Enrico Letta. Foto: Reuters

      También Giorgia Meloni afila sus armas electorales. Si le va bien en septiembre podría ser elegida primer ministro, la primera mujer en la historia italiana.

      Es solo una casualidad, pero el 31 de octubre se cumplen cien años desde que Benito Mussolini juró como premier ese día de 1922, iniciando la dictadura fascista que duró veinte años y terminó en uno de los finales más trágicos de la milenaria historia italiana, que reunió el final del régimen y los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.

      Roma, corresponsal

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      Sobre la firma

      Julio Algañaraz
      Julio Algañaraz

      Corresponsal en Roma y Vaticano jalganaraz@clarin.com

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