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      Elecciones municipales y balotaje en Roma: ¿por qué el desenlace es crucial para Italia y Europa?

      Allí se impuso la centroderecha, pero con una importante abstención. El resultado de la segunda vuelta es una incógnita. Al menos cuatro heridos en un tiroteo en una escuela de secundaria de Texas
      Una nieta de Benito Mussolini aparece entre los candidatos más votados en las elecciones municipales de Roma

      Elecciones municipales y balotaje en Roma: ¿por qué el desenlace es crucial para Italia y Europa?Matteo Salvini, el líder de La Liga, de centroderecha. Foto: EFE

      Las elecciones municipales en Italia que afrontan una crucial segunda vuelta el 17-18 de octubre han llegado a un clímax dramático: los decisivos resultados en Roma.

      La centroizquierda se ha embolsado la victoria en tres de las principales ciudades italianas: Milán, Nápoles y Bolonia. Allí ganaron sus candidatos con más del 50% de los votos emitidos, que fueron pocos. De 12 millones de electores prácticamente no fue a votar la mitad a la primera vuelta del 3-4 de este mes, revelando la magnitud de la crisis de confianza entre millones de ciudadanos y los débiles partidos políticos.

      En Turín la centroizquierda lidera para el balotaje de dentro de dos semanas. En cambio Roma es la única (y más importante) de las cinco ciudades en juego en las municipales en la que la centroderecha derrotó a la sinistra en la primera vuelta.

      En Roma, la capital del país, el área metropolitana más importante, los votantes fueron los más escasos en mucho tiempo, apenas el 48%. El partido Democrático, que ha obtenido resonantes triunfos en las tres ciudades ya conquistadas, ha hecho una mala elección en Roma y esto es muy duro para la fuerza política que lidera la centroizquierda.

      Sus líderes eluden hablar con claridad de la realidad negativa que afrontan.

      El PD conquistó apenas el 16% de los votantes, que ya eran pocos y salió tercero. Detrás del centrista independiente Carlo Calenda y el partido Hermanos de Italia, una de las dos grandes fuerzas de la centroderecha italiana, liderada por Giorgia Meloni, que es romana.

      Giorgia Meloni. Foto: AnsaGiorgia Meloni. Foto: Ansa

      Roma, el fruto más deseado


      De repente Roma se ha convertido en el fruto prohibido más deseado. Si gana la centroderecha que lleva a Enrico Michetti como candidato a alcalde de la ciudad, que obtuvo el 30,15% en la primera vuelta, para la derrotada centrosinistra las consecuencias serían desastrosas. El mismo liderazgo del capo del PD, Enrico Letta, quedaría seriamente cuestionado.

      Peor aún, el gobierno del primer ministro Mario Draghi, considerado inoxidable, sufriría un severo golpe porque el PD se considera el motor de la experiencia que ha montado en el poder al ex presidente del Banco Central europeo, y su natural heredero.

      Un ensayo de crisis ya se vivió este martes cuando los ministros de la Liga de Matteo Salvini, que forma parte del gobierno aunque no ahorra los problemas a Draghi, se negaron a participar del consejo de ministros que aprobó un plan de reformas impositivas.

      Draghi aclaró que “nadie va a pagar más” con la reforma del viejo catastro, pero Salvini había mostrado ya los dientes. Su campaña para vencer en Roma en la segunda vuelta estará centrada en los temas de impuestos poniendo al gobierno en la picota de los electores y facilitando así el triunfo de Ettore Michetti, candidato derechista a alcalde.

      Si en cambio sale elegido en el balotaje el candidato de centroizquierda, el ex ministro de Economía Roberto Gualtieri, que en la primera vuelta anduvo mal con un 27.03%, la crisis cambiará netamente de rumbo. El PD de Enrico Letta se reafirmará en el centro del escenario político y dará un nuevo impulso al gobierno de Mario Draghi que podría prolongarse hasta las elecciones políticas generales de 2023. “Esperamos heredar su experiencia”, afirma Letta.

      Salvini, que en Roma obtuvo un magro 5,9%, su peor elección en la capital, entrará francamente en crisis cuestionado abiertamente por la corriente alternativa que está creciendo desde el norte del país, donde se encuentran los bastiones de la Liga.

      La líder de Hermanos de Italia, el otro partido de la derecha soberanista, Giorgia Meloni, también sufrirá pero en estas elecciones su partido obtiene muchos mejores resultados que la Liga de Salvini, que podría perder así su condición de líder de la alianza de la destra.

      Más allá de Italia


      Los efectos de los resultados en Roma se proyectan además más allá de las fronteras. Quien gobierna en la que comenzó a ser capital ya con el Imperio Romano, es de vital importancia para la Unión Europea de 27 países.

      Tras las elecciones generales de 2018, Italia estrenó la novedad del gobierno populista en una de las principales potencias europeas, con la victoria arrasadora del Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte que había sido de vocación separatista.

      Jefe de la Liga era el joven Matteo Salvini, que había quitado del independentismo a las regiones del norte a la búsqueda del predominio en todo el país. Salvini pasó de decir “yo no me siento italiano” a afirmar: “primero los italianos”, un mensaje antiinmigrantes que tuvo gran éxito en el rencor nacional.

      Salvini se decidió al salto más ambicioso. Tras escalar a Italia, se lanzó a tomar por asalto la misma Unión Europea, entonces de 28 países porque Gran Bretaña no se había marchado gracias a la Brexit.

      Salvini, fuertemente apoyado por la extrema derecha de nostalgias neofascista, armó la campaña electoral de mayo de 2018 para renovar el Parlamento como líder virtual de los soberanistas, nacionalistas y demás pelajes, que se decidieron a dar batalla abierta contra el poder que gobernaba la Unión Europea, que hoy cuenta con 27 países y 450 millones de habitantes.

      Aquella batalla tuvo su momento culminante en una concentración en Milán con gente venida de los países europeos. En el palco no faltó Marine Le Pen, la líder de la “droit” más extrema francesa y otros dirigentes del nacionalismo europeo.

      Marine Le Pen junto a Matteo Salvini, en 2018. Foto: BloombergMarine Le Pen junto a Matteo Salvini, en 2018. Foto: Bloomberg

      Las elecciones en mayo marcaron el punto culminante de expansión de la Liga de Salvini, que trepó al 34,5% de los votos. Pero que tuvo un final desastroso porque los soberanistas perdieron las elecciones y desde entonces han venido retrocediendo.

      Lo mismo le ocurrió a Salvini, que en Italia tiene según los sondeos tiene ahora un poder electoral del 20%, mientras que Giorgia Meloni y Hermanos de Italia cuentan con un 20,5%. Forman una alianza a la que se agrega Forza Italia de Silvio Berlusconi, que defiende su condición de conservador liberal y se opone a los nacionalistas en Europa y en Italia.

      En la Unión Europea Salvini tiende a insistir en los errores. Ya no combate más el poder hegemónico de los conservadores cristianos del partido Popular europeo y de los socialdemócratas.

      Le fue mal con el grupo parlamentario que armó con los franceses de Marine Le Pen y los neonazis alemanes de Alternativa para Alemania. Más prudente, Giorgia Meloni eligió el grupo parlamentario de los conservadores europeos, de los cuales es actualmente presidenta.

      En este cuadro, la victoria de la centroderecha en la segunda vuelta de las municipales en Roma adquiere una importancia central para proyectar nuevamente a Salvini en el escenario europeo.

      Sobre todo por el efecto nefasto que tendría sobre la solidez del gobierno del primer ministro Mario Draghi, uno de los más prestigiosos líderes “históricos” europeos porque es considerado “el hombre que salvó al euro” cuando era presidente del Banco Central de la UE.

      La mano de "los que mandan"


      En todos los análisis que se leen sobre como están los equilibrios de fondo en Italia, los observadores dejan de lado un factor fundamental: el papel que juegan “los que mandan”.

      ¿Como llamarlos de otra manera? Son los grupos que dominan la economía italiana y europea, encabezados por la Confindustria, la central de los empresarios industriales. Incluyen desde los comerciantes al mundo bancario y financiero y todavía mucho más. No faltan los medios de comunicación, en su mayoría propiedad de las grandes fortunas nacionales.

      La pandemia que ha matado 131 mil italianos desde febrero de 2020 ha producido como en todos los países daños estructurales que tardarán años en arreglarse.

      Europa armó un plan de recuperación y la muy castigada Italia recibió una masa extraordinaria de fondos que se estiman en 195 mil millones de euros en subsidios gratuitos por 80 mil millones y prestamos por el resto. Además el gobierno de Roma agregó fondos propios hasta completar los 230 mil millones de euros.

      Había otro gobierno, el que encabezaba Giuseppe Conte, cuando se movilizó tantísimo dinero para salvar a Italia. Todavía no se explica bien cómo, pero el gobierno Conte sufrió una crisis parlamentaria y cayó.

      El primer ministro de Italia, Mario Draghi. Foto: AFPEl primer ministro de Italia, Mario Draghi. Foto: AFP

      Lo sustituyó el pibe de oro de Europa, aunque tiene 74 años, el excelente economista Mario Draghi. “Los que mandan” se sienten totalmente representados por él .

      En el partido Democrático, en su mayor parte en manos de ex democristianos (los viejos comunistas no están más o no influyen) el católico profesor de sociología de la Sorbona, Enrico Letta, aspira a consolidar una alianza de largo respiro con Draghi y naturalmente en el ámbito de un escenario de reformismo moderado y de cristianismo social, que devuelva la prosperidad a Italia y a una Europa que se reconstruye del desastre de la pandemia.

      Draghi puede exhibir con orgullo que Italia crecerá en un 6% este año y el 4,2% en 2022, recuperándose del desastroso 10% de riqueza nacional que se perdió en el peor año de la peste, el 2020.

      Europa exige que se cumplan estrictamente las reformas económicas a la que están atadas las montañas de dinero de los subsidios y prestamos. Cree firmemente que con Draghi esta obra titánica es segura.

      En Bruselas, sede de la UE, temen que una victoria de las derechas antieuropeas, soberanistas, en Italia ponga en grave riesgo el Programa de Reconstrucción y amenace los equilibrios de poder actuales en la Unión Europea.

      Es así de importante lo que está en juego en el balotaje de las elecciones municipales de Roma. Otra vez, la Ciudad Eterna tiene en vilo a Italia y Europa.

      Roma, corresponsal

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      Sobre la firma

      Julio Algañaraz
      Julio Algañaraz

      Corresponsal en Roma y Vaticano jalganaraz@clarin.com

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