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      Emmanuel Macron visita Córcega, la Cataluña francesa

      En diciembre, ganaron los independentistas en las elecciones de esa isla mediterránea. Reclaman autonomía y respeto a su idioma.

      Emmanuel Macron visita Córcega, la Cataluña francesaSaludo. El presidente francés Emmanuel Macron saluda al titular del Ejecutivo de Córcega, Gilles Simeoni, este martes. /AFP

      Una primera visita histórica y sensible de dos días emprendió el presidente francés a la isla de Córcega, la Cataluña francesa. En la isla ganaron los nacionalistas en las elecciones de diciembre y exigen autonomía, liberación de “los prisioneros políticos” y respeto de su idioma, el corso. Entre los detenidos se encuentran Pierre Alessandri, Alain Ferrande e Yvan Colonna, condenados a prisión perpetua por el asesinato del prefecto Claude Erignac en 1998. Su esposa, Stephanie Colona, confrontó al presidente y exigió que Colona pudiera ver a su hijo, al que no ve desde hace un año y medio. El presidente francés accedió.

      Los 20 años de su muerte fueron la razón simbólica para la organización de esta visita, tan delicada que la agenda del Palacio del Eliseo cambió 11 veces y recién se conoció el lunes por la noche. Un encuentro entre el jefe de Estado; el jefe del ejecutivo isleño, Gilles Simeoni; y su aliado independentista, Jean Guy Talamoni, dependerá del difícil equilibrio que consiga el presidente a lo largo del día.

      Bajo la lluvia, desde un palco de la Avenida del Coronel Colonna-d'Ornano, el presidente Macron llegó a Ajaccio a conmemorar al “primer prefecto que cayó en nombre de la paz”. Así inauguró la plaza Erignac. Unos metros de vereda, una planta de olivo y su primer discurso, con signos de firmeza, dirigido a los nacionalistas, en presencia del jefe ejecutivo de la isla, Gilles Simeoni.

      Al tono lo puso la viuda del prefecto asesinado, que regresó junto a Macron por primera vez a Córcega, tras el asesinato. ”Yo nunca pensé volver jamás a estos lugares malditos”, dijo frágil la esposa del prefecto, acompañada por sus dos hijos. Toda de negro, evocó el asesinato por “un comando terrorista de nacionalistas corsos, de la más cobarde manera: a la noche, por detrás, con tres balas en la cabeza”.

      La viuda rechazó la idea de “que se ha dado vuelta la página. ¿Como podría serlo cuando está manchada de sangre?.” Las palabras están dirigidas al jefe Ejecutivo corso, Simeoni, abogado del detenido independentista Yvan Colona, autor del asesinato, que habló de “dar vuelta la página a una situación conflictual”.

      Macron fue tan filósofo como político, en este viaje que recuerda a esas primeras visitas de negociación en Irlanda del Norte y el País Vasco de otros líderes con el IRA y la ETA. El presidente francés fue más grave que jamás en su tono. Distinguió “la verdadera resistencia de los héroes de guerra corsos” del nacionalismo y sus reivindicaciones, “que nada tiene que ver con una pretendida lucha por la liberación”.

      “La muerte de Erignac es una infamia que deshonra para siempre a sus autores. No se justifica, no se explica”, dijo el jefe de Estado al rechazar toda posibilidad de amnistía para ellos.

      “Yo estoy acá para romper con los falsos semblantes, recuperar el camino de la franqueza, de lo no dicho, sin rodeos”, prometió el presidente francés.

      Sus palabras marcaron el tono para esta visita presidencial de dos días, que será juzgada por el encuentro o la anulación de la reunión con los nacionalistas.

      Los nacionalistas pro indepentistas esperan concesiones en la visita. Durante su campaña Macron reivindicó “una posición abierta y pragmática”, considerando a la república “lo suficientemente fuerte para acoger a sus particularidades”. La firmeza del martes puede generar un gesto de apertura el miércoles. Eso es lo que piensan las nacionalistas. Las únicas negociaciones exitosas son cuando los más duros se ponen de acuerdo.

      La agenda no es simple. Los nacionalistas quieren que se reconozca “la especificidad corsa” en la revisión de la Constitución, que el presidente Macron va a iniciar. Tambien buscan la co-oficialidad de la lengua corsa, como reconocimiento oficial de la República.

      Este es el punto donde puede existir un avance. Los nacionalistas quieren una enseñanza bilingüe en el colegio, una formación lingüística en corso para los funcionarios, para el personal de medios públicos. Una forma de normalizar el uso del corso en las colectividades locales, la administración, los medios, las industrias culturales, el mundo socioeconómico y deportivo. Los documentos de identidad serían hechos en francés y corso. Los especialistas jurídicos creen que sería posible si es mantenida una paridad y el corso no es preferido al francés.

      El status de “residente corso”, con que los nacionalistas quieren frenar la especulación inmobiliaria en la isla, es resistida por Macron.

      Y luego la amnistía de los presos políticos corsos, el punto de fricción con el jefe de Estado francés. Los nacionalistas quieren que estos detenidos cumplan sus penas en la isla, en la prisión de Borgo, al sur de Bastia. Entre ellos Yvan Colona, el asesino del prefecto y un símbolo para los nacionalistas. Un cambio del status de Colona como “detenido particularmente señalado”, que lo fuerza a una cárcel de altísima seguridad, podría ser un gesto de Macron para que pudiera ser trasladado del continente a Córcega. Luego reclaman la liberación de una docena de “prisioneros políticos”, cuando Francia no los considera como tales.

      “El término prisioneros políticos no aparece jurídicamente. Lo que se puede discutir es un acercamiento familiar, caso por caso”, explicó Youssef Badr, vocero del ministerio de justicia francés, a la prensa.

      Estas demandas nacionalistas fueron discutidas a puertas cerradas por Gilles Simeoni en su tour en Paris. Encontró que le exigían “una capitulación. Muy civilizada pero capitulación. “Inconcebible” dijo el ex jefe del Ejecutivo corso.

      El viaje de Macron a la isla es un primer paso . La decisión de una mayor autonomía solo podrá ser medida a lo largo del tiempo. Aunque una bandera francesa fue desplegada en el edificio de las Colectividades, que no estuvo allí cuando fue la ministra Jacquelines Gourault en enero.¿Un gesto nacionalista de convivencia?,


      Sobre la firma

      María Laura Avignolo
      María Laura Avignolo

      mavignolo@clarin.com