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      Escenarios y enigmas frente a la nueva crisis con Irán y el pacto nuclear

      El impacto del giro norteamericano en el convenio atómico  producirá un golpe interno en la potencia persa que fortalecerá a los halcones. Y puede ser el pretexto para una internacionalización imprevisible de la guerra en Siria, donde están involucrados todos estos jugadores. 

      El peor de los escenarios es casi obvio. Laruptura por parte de EE.UU. del pacto de Viena,que congeló el desarrollo nuclear de Irán, provocaráuna crisis política en el país persa,consolidará a los halcones que habían llevado adelante el programa atómico y nunca creyeron en este pactoy se multiplicarán las presiones para restaurarlo. Ese movimiento será el pretexto para una acción coercitiva más dura de parte de los países que pujan contra Irán por la influencia en la región, Israel y Arabia Saudita, respaldados por sus aliados occidentales.


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       Las consecuencias se observarán en Siria, la vidriera principal de esta crisis. Una muestra de esa deriva sucedió el último día de abril pasado, con un bombardeo presuntamente israelí a dos bases de ese país. La acción fue mucho más grave que la reciente exhibición que hizo EE.UU. con Gran Bretaña y Francia. Al revés de aquel ataque, sin victimas y casi ningún daño importante, este golpe causó la muerte de al menos dos docenas de oficiales iraníes. En estas horas se hablaba de otro ataque israelí en blancos sirios. 


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       El eje de esta controversia, por lo tanto, no es el pacto atómico que negoció en 2015 Barack Obama con el gobierno moderado iraní de Hassan Rohani al que ahora se reprocha que no limitó el desarrollo misilístico y de otras armas de los persas. La cuestión central es el arenero de esta guerra de siete años, en el patio trasero histórico de Teherán. Ese mismo año, el inicio de la intervención militar rusa contra los enemigos de Damasco, giró el cuadrante frente a las narices de Occidente. El régimen de Bashar al Assad que estaba acorralado comenzó a fortalecerse y recuperó territorios clave. El ISIS, armado para golpear al régimen y a su patrocinador iraní, dejó de ser efectivo y fue desactivado. El resultado es que la posguerra la diseñan hoy Teherán, Moscú y parcialmente Ankara, sin la intervención de EE.UU. y sus aliados.

      Israel y su premier en campaña contra el plan nuclear de Irán. APIsrael y su premier en campaña contra el plan nuclear de Irán. AP

      Israel y sus socios sauditas han reclamado el desmonte del pacto de Viena. Para muchos un paso sorprendente porque el acuerdo buscó y logró frenar la amenaza nuclear en la región. La explicación es precisamente el balance que entrega la guerra. Irán sale de ese conflicto con una fortaleza de la que hace unos pocos años carecía, con un despliegue militar marcado en Siria y posibilidades de consolidar su influencia hasta el Mediterráneo. Si cae el acuerdo atómico ese tablero se torna en extremo imprevisible, y esa imprevisibilidad es la que se busca con la idea de que revertirá la evolución que exhibe la etapa. La historia no suele ser tan generosa.

      Para Irán el convenio tuvo resultados relativos. No consiguió el torrente de inversiones que esperaba para restaurar su industria petrolera y gasífera. Recibió solo unos US$ 100 mil millones que se encontraban congelados en cuentas en el exterior. Pero la intención de aquel pacto era producir un salto de desarrollo cuya esperanza entre los iraníes explica las dos victorias electorales de Rohani. El presidente es una figura respalda por la juventud y las mujeres, que disputó el poder con los ultranacionalistas que gobernaron los dos periodos anteriores, impulsando el plan atómico pero destruyendo la economía de la potencia persa.

      Donald Trump. El poder de decidir el futuro del pacto. BloombergDonald Trump. El poder de decidir el futuro del pacto. Bloomberg

      El escenario alternativo al señalado al comienzo lo ha comenzado a insinuar el propio presidente iraní cuando hace horas, en un encuentro con empresarios, dio a entender que seguirían respetando el pacto de Viena aun sin EE.UU. confiando en el resto del mundo. La expresión apuntaba claramente a Europa. El presidente francés Emmanuel Macron, la premier alemana Angela Merkel y el canciller británico Boris Johnson corrieron a Washington los últimos días para intentar detener sin éxito la mano de Trump. Y los tres garantizaron que no seguirían los pasos de la Casa Blanca.  


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       Los europeos advierten que una crisis en escalada recargará de refugiados sus costas, pero esencialmente agregará llamas al incendio de Oriente Medio. Los efectos en la economía global de una guerra internacionalizada son obvios, incluso aunque no se produzcan inmediatamente las acciones. La gestión de los europeos, además, apuntó a ganar músculo en una eventual negociación con Irán. La llave es precisamente restaurar las vías de inversión a cambio de una adenda en el pacto original. El punto es polémico. Rohani no lo resiste especialmente, pero el tema son los límites. Los halcones de Washington y sus aliados piden que ese agregado incluya los misiles,pero además el retiro de Siria y el retroceso en la influencia iraní sobre Líbano e Irak, donde las elecciones de este domingo y las del próximo, respectivamente, anticipan la consolidación del poder de los pro iraníes.

      Es una demanda irrealista, pero es el inicio de una negociación que puede cuadrar este círculo y evite cualquier medida abrupta de Israel. Mediar esa salida es el desafío de Bruselas. Otra llave que pesa en estas gestiones son las sanciones económicas que se multiplican contra Rusia, en particular con el argumento del opaco episodio del envenenamiento de un ex espía de Moscú en Londres. La intención de esas operaciones es persuadir al Kremlin a que haga cuentas y advierta que debería ceder parte de su respaldo a Irán y a Siria para aliviar esa factura. 

       La decisión del norte mundial coincide en el punto de obligar a Teherán a retroceder y cambiar la historia. La disidencia es en los métodos para esos fines: asumir a la potencia persa como un jugador de la región con la cual importa el diálogo o suponer, como cree Trump y algunos de sus más duros socios internacionales, que puede ser acorralada y desmentalada


      Sobre la firma

      Marcelo Cantelmi
      Marcelo Cantelmi

      Editor Jefe sección El Mundo mcantelmi@clarin.com

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