Sin espectacularidad, Trump presentó a su candidato a vice

Según indica la tradición política estadounidense, el de ayer debía haber sido el momento de gloria para Mike Pence: se presentaba ante la audiencia masiva de los Estados Unidos a la persona que será candidato a vicepresidente por el partido republicano.

Pero a Donald Trump le gusta romper las reglas y no perder el estrellato ni por un instante. En una conferencia donde el magnate habló más del doble de tiempo que el supuesto protagonista de la noche, salió ayer al ruedo electoral el gobernador de Indiana, el hombre que acompañará a Trump en su carrera por la Casa Blanca. En un sobrio discurso, Pence se definió como un “cristiano, conservador y republicano, en ese orden”.

Parado tras un atril con un cartel donde solo figuraba el apellido Trump, el magnate señaló: “Debo ser honesto, una de las razones por la que elegí a Pence es por la unidad del partido”, que tiene enormes dificultades en digerir la figura del empresario que ganó la interna republicana pese a la resistencia del establishment.

En un discurso de 28 minutos en el que habló de varios temas de campaña y dedicó solo algunos párrafos a su compañero, el empresario dijo: “Admiro el hecho de que lucha por la gente y va a luchar por ustedes. Es una persona sólida. Realmente tiene cualidades de un ejecutivo muy talentoso, liderando al estado de Indiana hacia empleos, crecimiento y oportunidad”, añadió. “Fue mi primera opción”.

Al rato apareció Pence en escena. Abogado de 57 años, ex locutor de radio y diputado en Washington por 10 años antes de ser gobernador, pronunció un discurso clásico de 12 minutos, en el que comenzó con un agradecimiento a Dios y su familia y en el que se definió como “un hombre común, cristiano, conservador y republicano, en ese orden”. Dijo que tanto él como Trump serán “los candidatos del orden y de la legalidad”, un slogan parecido al titulo de una popular serie policial televisiva, y que están unidos para derrotar a Hillary Clinton.

Fustigó el trabajo de la ex Secretaria de Estado y dijo que “Estados Unidos necesita ser fuerte para que el mundo sea seguro. En el escenario mundial, Donald Trump liderará desde la fuerza”, añadió.

Con esta elección, el empresario espera no solo conformar al establishment sino ganarse a la base de votantes que desconfía de los “valores de Nueva York” de Trump, que ha sido volátil en sus posiciones contra el aborto o el matrimonio gay.

Pence es un duro militante antiabortista, se opone a las bodas entre homosexuales, aboga por la reducción de impuestos y llegó a cuestionar al calentamiento global, todos elementos clave para las bases republicanas. Sin embargo, ha votado como legislador a favor de los tratados de libre comercio, algo que Trump critica ferozmente en su campaña.

Jim Granato, profesor de Ciencia Política de la Houston University, dijo a Clarín que “Pence tiene una gran experiencia no sólo en el ejecutivo, sino también como legislador. Es muy conocido en el Congreso y ha sabido entablar muchas relaciones dentro del Parlamento. Pence podrá servirle a Trump en su rol de “insider” en la política para equilibrar el rol de “outsider” que tiene el magnate”. Agregó que “también tiene importantes credenciales conservadoras, lo que le permite apuntalar las bases del partido”.

Es, además, un hombre reflexivo y de bajo perfil, la exacta contracara de Trump. Cuando terminó el acto, Pence quedó parado algo incómodo con su familia arriba del escenario y, sólo cuando se lo pidieron los fótografos, Trump le dio la mano a su flamante compañero.