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      Francia: ¿Quién es Ali, el joven que atacó con un hacha en la antigua sede de la revista Charlie Hebdo?

      Es el atacante que se atribuyó el viernes pasado el ataque terrorista, porque la revista satírica republicó las caricaturas del profeta Mahoma cuando se inició el juicio contra los sospechosos de colaborar en la masacre de los periodistas, en enero del 2015.

      Francia: ¿Quién es Ali, el joven que atacó con un hacha en la antigua sede de la revista Charlie Hebdo?En Pantin, un suburbio de París, en donde vivía el atacante del viernes a la antigua sede de Charlie Hebdo. Foto AFP

      A tres días del nuevo atentado contra la ex redacción de Charlie Hebdo en París, los investigadores se preguntan sobre la verdadera identidad de Ali. Es el atacante que se atribuyó el viernes pasado el ataque terrorista, porque la revista satírica republicó las caricaturas del profeta Mahoma cuando se inició el juicio contra los sospechosos de colaborar en la masacre de los periodistas, en enero del 2015.

      Quien se presentó como Ali H ante los que lo detuvieron una hora después del atentado en las escaleras de la Opera Bastille, en realidad se llama Zaheer Hassan Mahmood y tiene 25 años y no 18, como creían las autoridades francesas. A su verdadero nombre lo mencionó en un video, que los investigadores de la brigada antiterrorista descubrieron cuando revisaron su teléfono y su computadora en el allanamiento de su casa “ocupada” en Pantin, en el suburbio de Seine St Denis, muy cerca de París.

      En el video encontrado no reivindica pertenecer al autoproclamado Estado islámico o Al Qaeda, que han emitido una fatwa contra Charlie Hebdo y sus periodistas. Sólo mencionó su oposición a las caricaturas del Profeta. En su ataque dejó dos periodistas heridos: la mujer está en gravísimo estado, tras ser operada.

      “Hoy 25 de septiembre, yo los voy a condenar”, dijo Zaheer Hassan Megmood en el video. Allí reivindicó al imán Ilyas Qadre, el jefe del partido paquistaní de Dawat e Islami, un movimiento religioso apolítico y no violento de origen sufista, con base en Paquistán.

      El atacante creía que estaba en la verdadera redacción de Charlie Hebdo y que atacaba a sus verdaderos periodistas. No sabía que Charlie Hebdo se ha mudado a una redacción secreta, custodiada por 85 policías y blindada. Sus periodistas han sido todos nuevamente amenazados.

      Un documento de identidad fue encontrado en el teléfono y aparece su nombre y su verdadera edad. Hassan Mahmodd había llegado a Francia como menor “aislado” y sin familia en el año 2018. Informó a las autoridades que tenía 16 anos y el estado francés de vio forzado a protegerlo, como así lo indican los tratados internacionales.

      Las autoridades sospecharon y ordenaron los tests osteológicos. Pero Ali consiguió ganar la batalla médica y fue protegido hasta que cumplió oficialmente los 18 años en un ”foyer social”, con otros menores, educado y con clases de francés obligatorias.

      Los detenidos

      Hoy son nueve los detenidos por el ataque terrorista del viernes en París. Entre los detenidos se encuentra su hermano de 16 años y los que vivían con él en la casa ocupada de Pantin, todos paquistaníes. El segundo detenido argelino del viernes resultó ser un “héroe”: lo corrió al atacante en el Metro, hasta que Hassan lo amenazó con una navaja en el subte y desapareció en un vagón en la estación Richard Lenoir rumbo a la estación Bastille, completamente ensangrentado y tras abandonar su hacha de carnicero en la puerta del Metro. Allí, a la salida de Bastilla, fue detenido por policía de civil, en la escalera de la Opera.

      Este joven nacido en Islamabad, la capital de Pakistán, estaba furioso por la republicación de las caricaturas del Profeta Mahoma en Charlie Hebdo, cuando se inició el juicio a los responsables de la masacre en el Palacio de Justicia.

      La antigua sede de Charlie Hebdo en París. Foto EFELa antigua sede de Charlie Hebdo en París. Foto EFE

      En Pakistán esa publicación es una blasfemia para la legislación y en esta república islámica se paga con la pena de muerte. Muchas veces ejecutada por los propios islamistas, que asesinaron al ministro de las minorías, Shabbaz Bhati, en el 2012 porque defendió el derecho a la vida de Asia Bibi, una madre católica con cinco hijos, condenada a muerte por blasfemia, acusada de no respetar el Islam. En Francia, el presidente Emmanuel Macron reivindicó el derecho a la blasfemia en la República.

      El terrorista había crecido en ese ambiente de los pobres de Pakistán , con la prédica de las madrazas o escuelas coránicas radicales, que los instruyen militarmente para la “yihad” o guerra santa, y los sermones de los imanes islamistas de la Mezquita Roja de Islamabad.

      Tras publicarse las caricaturas, los partidos islamistas en Pakistán salieron a la calle a amenazar a Charlie Hebdo y sus periodistas. El mismo día del atentado de Ali contra la redacción en Francia, el primer ministro paquistani Imran Khan dijo, en su discurso digital ante la Asamblea de la ONU , que “la publicación de las caricaturas fomentan la islamofobia, especialmente en algunos países europeos”.

      La educación

      Bajo ese modelo se educó. Era un producto de esos jóvenes que buscan refugio en Europa y terminan con una crisis de identidad, sin ser de ninguna parte y sin la menor integración. Es la generación pos 11 de septiembre y Torres Gemelas, cuando Bin Laden era considerado un héroe en Pakistán y vendían las remeras con su cara en los mercados. No se informaba por la televisión o los diarios franceses sino por las redes sociales y las noticias que le llegaban de Pakistán, en urdú.

      Las diferentes cámaras de seguridad del área en el boulevard Richard Lenoir y en la rue Nicolás Appert, en el barrio XI de París, registran su paso varias veces frente al ex edificio de Charlie Hebdo el viernes a la mañana. Exactamente antes de atacar a los dos periodistas de la agencia de documentales.

      Cinco años atrás frente al masacre, Francia estaba unida detrás de “Je suis Charlie”. Hubo enormes manifestaciones de apoyo a Charlie Hebdo y por la libertad de expresión. Los jefes del mundo marcharon unidos en París. Hoy la republicación de las caricaturas ha generado divisiones en Francia. No todos están de acuerdo con republicarlas. La juventud la considera una actitud islamofóbica y la ultra izquierda también. Los periodistas defienden su derecho a la libertad de expresión y apoyaron a Charlie Hebdo, en una solicitada con más de 100 firmas. Hay un debate sobre ello.

      El problema es que una vez más Francia se enfrenta con los conflictos que genera la ley de la laicidad, cuando la comunidad musulmana es una buena porción de su población. En los países musulmanes salafista, la fatwa no es un crimen y la blasfemia es un delito, que en Francia el presidente Emmanuel Macron reivindica como un derecho. En los suburbios de Paris, el salafismo crece porque financia las mezquitas. El ex primer ministro Manuel Valls propone prohibirlo.

      Con el coronavirus, la gente se había olvidado del terror. Este fue un llamado brutal a la otra realidad que sufren. Un segundo ataque mayor sigue siendo el gran temor de los servicios de seguridad durante el juicio de Charlie Hebdo. Las fuerzas de seguridad están muy preocupadas por el covid 19 y las tensiones sociales que generan para ahora tener que dedicar hombres y presupuestos a la posibilidad de un nuevo ataque terrorista.


      Sobre la firma

      María Laura Avignolo
      María Laura Avignolo

      Corresponsal de Clarín en París. mavignolo@clarin.com

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