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      Las fuerzas de Daniel Ortega atacan una iglesia en Managua: dos estudiantes muertos

      Los jóvenes opositores, junto a otras casi 200 personas, se refugiaban desde el viernes a la noche en ese templo, luego de ser desalojados a balazos de la Universidad.

      Las fuerzas de Daniel Ortega atacan una iglesia en Managua: dos estudiantes muertosChoques. Policías de Nicaragua se enfrentan con manifestantes opositores, este viernes en Masaya, cerca de Managua. /AFP
      Redacción Clarín
      14/07/2018 12:23

      En una escalada de la crisis que ya lleva tres meses y dejó al menos 350 muertos, otros dos jóvenes murieron este sábado en un ataque de fuerzas del gobierno nicaragüense contra una iglesia en Managua, donde están atrincherados desde el viernes decenas de estudiantes que protestan contra el presidente Daniel Ortega.

      "Nos están diciendo que tenemos dos fallecidos y varios heridos", declaró el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, al llegar a las afueras de la parroquia con el nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar Sommertag, con la intención de sacar de allí a unos 200 estudiantes, sacerdotes y periodistas sitiados por paramilitares.

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      En los últimos días las protestas y manifestaciones se hicieron sentir en Managua y el gobierno de Daniel Ortega continuó con la represión que ya se cobró más de 270 muertes. Estos jóvenes muestran en primera persona como son atacados por las fuerzas de seguridad.

      Los dos jóvenes murieron de disparos en la cabeza, uno de ellos dentro de la parroquia y el otro desangrado en una barricada. El cuerpo de este último no pudo ser recuperado por sus compañeros durante el ataque, según testigos.

      La comitiva eclesiástica llegó para mediar por la liberación de los estudiantes, que quedaron rodeados por las fuerzas oficiales desde el viernes a la noche, y evacuar a los heridos de la parroquia Divina Misericordia, ubicada en el suroeste de la capital.


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      El periodista Sergio Marín Cornavaca declaró por teléfono a la agencia DPA que la situación era "muy tensa y grave". Mientras, cientos de personas, convocados a través de las redes sociales, llegaron en vehículos a una zona cercana a la iglesia para intentar "rescatar a los jóvenes" bajo el asedio paramilitar.

      "Somos unos 200, la gran mayoría son estudiantes y seguimos bajo asedio de los paramilitares que no dejan de disparar. Creemos que quieren quemar la iglesia", afirmó Marín, mientras del otro lado del teléfono se escuchaban constantes disparos de armas de guerra.

      Más de 150 estudiantes buscaron refugio en la iglesia tras ser desalojados a balazos por paramilitares en la noche del viernes de las trincheras que mantenían en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), a pocas cuadras de allí.


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      El cardenal Brenes, quien este sábado por la mañana intentaba entrar al templo, señaló "al gobierno" como "los únicos responsables de estas acciones".

      "Policía asesina", reza una pintada en un muro en un barrio de Masaya, donde cientos de habitantes se atrincheraron en resistencia al gobierno de Daniel Ortega. /AFP"Policía asesina", reza una pintada en un muro en un barrio de Masaya, donde cientos de habitantes se atrincheraron en resistencia al gobierno de Daniel Ortega. /AFP

      Durante la madrugada, las autoridades cortaron la electricidad en la zona, lo que aumentó el temor dentro de la parroquia.

      Poco antes de la medianoche, un sacerdote salió del templo con una bandera del Vaticano para evacuar a los heridos graves y al periodista del diario Washington Post Joshua Partlow, que salieron tras una negociación de la Iglesia. Otro grupo de periodistas estaba dentro de la iglesia en el momento en que quedaron acorralados por la policía.

      "Nos quieren matar", "estamos rodeados", "ayúdennos", gritaban jóvenes desesperados, entre el ruido de las balas, en los momentos de mayor tensión hacia la medianoche, según transmisiones en vivo de tres periodistas locales atrapados en la iglesia.

      Una caravana de vehículos recorrió en la madrugada calles cercanas a la iglesia y luego un grupo de personas se apostó en vigilia en una rotonda, a 1,5 km, en solidaridad con los estudiantes. "Que paren las armas", "libérenlos", "justicia", gritaban.

      El asedio a la iglesia fue la culminación de otra jornada violenta en la capital del país, inmerso en una crisis desde que el 18 de abril comenzaran las protestas contra un intento de reforma del sistema de seguridad social, que terminó convertido en un gran movimiento contra el gobierno de Ortega. El conflicto ha dejado más de 350 muertos y unos 2.000 heridos según organismos de derechos humanos independientes. El Gobierno sólo reconoce 49 fallecidos.

      Poco después del mediodía del viernes, policías, antimotines y paramilitares incursionaron en la UNAN para desalojar a los jóvenes que permanecían atrincherados desde el inicio de las protestas.

      Mensajes desesperados

      "Aquí morimos todos", "mamá, perdóname, lo hice por defender por mi patria", decían, entre disparos, muchachos agachados detrás de las barricadas, en videos que difundieron durante el ataque a la universidad.

      El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, y altos funcionarios de Estados Unidos condenaron los hechos.

      Este sábado, el gobierno de Brasil también tildó de "inaceptable" la "escalada de violencia contra la sociedad civil" en Nicaragua, según un comunicado.

      El ataque a la UNAN ocurrió en una jornada de paro laboral opositor, en medio del cual también se produjo un enfrentamiento en el barrio Monimbó, en la sureña ciudad de Masaya, donde murieron un policía y un civil.

      Los paramilitares y policías usaron "armas de alto calibre", según la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos.

      "Terrible lo que está pasando. Sentimos impotencia. El gobierno se endurece cada día más. Habla de paz con violencia", comentó a la AFP la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Vilma Núñez.

      Daniel Ortega habla de paz

      Mientras ocurría el ataque en Monimbó, Ortega y su esposa Rosario Murillo culminaban el recorrido de una caravana de vehículos de seguidores, que no pudo entrar a ese aguerrido barrio de Masaya, donde los pobladores están atrincherados en resistencia al gobierno.

      "Invitamos a todos (...) a que tomemos el camino de la paz que es el único que nos va a dar tranquilidad", exhortó Ortega frente a la estación policial de Masaya, fuertemente custodiado.

      Acto. El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, participó el viernes en una marcha en Masaya, en medio de un gigantesco operativo de seguridad. /EFEActo. El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, participó el viernes en una marcha en Masaya, en medio de un gigantesco operativo de seguridad. /EFE

      La caravana conmemoró el histórico "repliegue", una gesta guerrillera previa al triunfo de la insurrección popular que derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979, en la que el joven Ortega fue protagonista.

      El paro de 24 horas del viernes, el segundo tras el del 14 de junio, fue convocado por la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia -de grupos de la sociedad civil-, como parte de una estrategia de tres días de presión contra Ortega.

      Ya en la primera jornada, el jueves, miles de personas marcharon en Managua y en otras ciudades, en protestas que terminaron con cuatro policías y un civil muertos en el municipio Morrito, en el sureste del país. La policía detuvo a un dirigente campesino al acusarlo del "ataque".

      Los opositores acusan a Ortega, exguerrillero sandinista de 72 años que gobierna desde 2007 por tercer periodo consecutivo, de instaurar una dictadura con su esposa, marcada por la corrupción y el nepotismo.

      La Iglesia católica, mediadora en un diálogo entre el gobierno y la Alianza, propuso adelantar los comicios de 2021 a 2019. Pero Ortega descartó esa posibilidad hace una semana.

      Fuente: DPA y AFP


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