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      Los históricos cafés de Viena agonizan por la pandemia: el desafío de la reapertura

      Muchos corren el riesgo de cerrar sus puertas, por no poder afrontar los gastos que implican las nuevas restricciones de horarios y cantidad de clientes.

      Los históricos cafés de Viena agonizan por la pandemia: el desafío de la reaperturaEl histórico Café Landtmann de Viena, vacío por la pandemia de coronavirus. EFE
      Redacción Clarín

      Decenas de cafés tradicionales de Viena corren el riesgo de tener que cerrar tras meses clausurados durante la pandemia de coronavirus. Es el temor de gran cantidad de propietarios y empleados, temerosos de que el fin de las restricciones también traiga un fin de las ayudas, pero no una vuelta del negocio.

      Muchos locales consiguieron mantenerse a flote hasta ahora gracias a sus ahorros y a las ayudas públicas, pese a que llevan meses sin poder abrir debido a las medidas impuestas para combatir la pandemia.

      Pero esto podría cambiar pronto, a partir de junio, cuando se estima que entre un 20 y un 30% de los cafés tendrán que cerrar o cambiar de propietario debido a los altos costos de la reapertura.

      "Ya sabemos por el gobierno que las jornadas reducidas acabarán a finales de junio, y tendremos un problema", dice Wolfgang Binder, presidente del sector de cafeterías en la Cámara de Comercio WKO y propietario del tradicional Café Frauenhuber, en la capital de Austria.

      Los cafés de Viena, víctimas del golpe econókmico del coronavirus. Foto: EFELos cafés de Viena, víctimas del golpe econókmico del coronavirus. Foto: EFE

      Binder, sentado a una mesa de su céntrico local, a pocos pasos de la Ópera, aseguró que en 300 años de historia cafetera los locales gastronómicos de la ciudad nunca tuvieron vivieron nada similar.

      "Podrías comparar esto con la Segunda Guerra Mundial. Hemos tenido situaciones complicadas pero siempre con las puertas abiertas. En 2020 abrimos solo seis de los doce meses", recuerda.

      Y aunque el gobierno dio suficientes ayudas como para cubrir los gastos fijos durante los cierres, no se tuvieron en cuenta los meses de apertura del verano pasado, cuando la facturación bajó dramáticamente por las restricciones de aforo y el parate del turismo.

      Según explica Binder, la mayoría de los cafés de Viena son regentados por familias que llevan décadas en el negocio y que tienen, de momento, suficientes ahorros.

      Deudas en el alquiler y un juicio polémico

      Es el caso del histórico Café Landtmann, gestionado por la familia Querfeld desde la década de 1970 y todo un símbolo de la ciudad, uno de esos locales que mejor resumen la idea de "cultura de cafetería vienesa" que es patrimonio cultural de la Unesco.

      Berndt Querfeld apareció recientemente en la prensa local para defender su postura frente a las acusaciones de impago del alquiler por parte de los dueños del edificio que aloja el Landtmann, que quieren llevar a los Querfeld a juicio.

      Berndt Querfeld, dueño del emblemático Café Landtmann, explica que en pandemia no pudieron pagar el alquiler del local. Foto: EFEBerndt Querfeld, dueño del emblemático Café Landtmann, explica que en pandemia no pudieron pagar el alquiler del local. Foto: EFE

      En declaraciones a la agencia EFE admite que, durante los meses de cierre, no pagaron el alquiler del local, porque legalmente no estaban obligados a hacerlo.

      "Según la ley austríaca, no hay necesidad de pagar si sucede algo extraordinario, como una epidemia, un incendio o una inundación", resume el empresario en el interior de su café vacío.

      Un caso testigo

      El conflicto con los propietarios del Landtmann es solo la punta del iceberg: la gran mayoría de cafeterías de Viena están en una situación parecida.

      Binder, de la WKO, lo confirma: "La carga no la podemos llevar solo nosotros, el propietario tiene que asumir su parte".

      Aunque algunos inquilinos lograron un acuerdo con sus propietarios, más del 60% no ha conseguido solucionar la situación. Según Querfeld, el mismo conflicto también se ha dado en el resto de locales que su familia gestiona en Viena: además del Landtmann, dirige otras ocho cafeterías, como el Café Museum o el Café Mozart.

      Una imagen de Viena, Austria, a mediados de febrero. La pandemia dejó en crsis a los bares y comercios. Foto: AFPUna imagen de Viena, Austria, a mediados de febrero. La pandemia dejó en crsis a los bares y comercios. Foto: AFP

      Pero la relevancia del Landtmann lo convierte en un símbolo para el resto de negocios, o al menos así lo cree Querfeld.

      Opina que los propietarios del edificio -la fundación Wlaschek, que gestiona decenas de inmuebles de lujo en el centro de Viena- quisieron ir a juicio para mandar un mensaje al resto de que no van a hacer excepciones con el alquiler.

      El empresario asegura que el Landtmann saldrá adelante, pero calcula que desde que comenzó la pandemia ha perdido unos 4,5 millones de euros, si bien parte del dinero lo podrá recuperar con las ayudas estatales.

      ¿Pedir un test para entrar?

      El problema ahora es cómo reabrir. Wolfgang Binder considera que, de una manera o de otra, los cafés tienen que volver a funcionar, incluso si es pidiendo un test negativo de covid a la entrada.

      "Hace seis meses habría dicho que las pruebas para entrar en los locales están fuera de lugar. Pero los últimos meses han demostrado que tendremos que vivir con estas pruebas mientras la gente no esté vacunada", reconoce.

      Desde febrero, algunos servicios de contacto directo, como las peluquerías y los masajistas, volvieron a abrir, siempre y cuando los clientes presenten a la entrada una prueba negativa de covid.

      Acceder a una prueba gratuita es muy sencillo en Austria, uno de los países del mundo que más test está haciendo, con 24 por cada 1.000 habitantes, según el portal de análisis de datos Our World in Data.

      Con esa herramienta en mano, los cafeteros de Viena sueñan con poder abrir de nuevo a mediados de marzo o después de Semana Santa, aunque todo dependerá de la evolución de la pandemia. 

      Por Jorge Dastis, agencia EFE

      CB​