Noticias hoy
    En vivo

      La irrupción de Donald Trump y el fin del ISIS

      Un recorrido por los sucesos de mayor impacto en el mundo durante el 2017.

      La irrupción de Donald Trump y el fin del ISISDonald Trump en el salón oval. (Reuters)

      La cultura china considera al 2017 como “el año del Gallo”. Lo definen como el ciclo de la energía del fuego, de la conciencia, pero también de las tensiones y los contrastes. Mucho de eso ocurrió a lo largo de estos doce meses, en un mundo en efervescencia.

      Tuvimos atentados despiadados de fortuitos terroristas, algunos del ISIS y otros de personajes desahuciados, y la continuidad de la ola de refugiados que cruzaron el Mediterráneo para refugiarse en una Europa ambivalente, entre la solidaridad y el rechazo. Pero el año también estuvo cruzado por liderazgos antagónicos, difíciles de etiquetar o encuadrar en esta fiel etapa de la “modernidad líquida”.


      Mirá también

      El sociólogo polaco Zygmunt Bauman definía el modelo social imperante como "el fin de la era del compromiso mutuo", algo a lo que contribuyeron de una u otra manera los líderes actuales. El nacionalismo, en sus diferentes formas, nutrió con inusitada fuerza los conflictos de la época. En paralelo, los temores y fanatismos alentaron movimientos separatistas, agudizando la crisis.

      Donald Trump, en Estados Unidos, fue uno de los nuevos mandatarios que ayudó como pocos a convulsionar el mundo con singulares medidas y confrontaciones insólitas.

      Su asunción, el 20 de enero, fue el punto de partida para una gestión exaltada y de creencias radicales, que hizo recrudecer viejos conflictos. Desde un comienzo buscó deshacer algunas de las delicadas construcciones de su antecesor Barack Obama, como el pacto nuclear con Irán o la reanudación de las relaciones con Cuba, afectando seriamente la estabilidad global.

      Cuando la isla caribeña comenzaba a transitar una apertura económica y diplomática con su viejo enemigo, Trump truncó el camino bloqueando el turismo y recortando el comercio.

      Con Irán pasó algo similar. Se negó a certificar el acuerdo nuclear, con el peligro de hacerlo caer, y enarboló otra vez una dura política contra el país persa, adhiriendo a la estrategia de Israel.

      Video

      Donald Trump jura como presidente de Estados Unidos

      También dio la espalda a la ciencia con la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático, firmado por 195 países, y profundizó la división con Europa. De un plumazo retiró a la principal potencia del globo de este inquietante desafío de la humanidad.

      En otro riesgoso juego de aliados y enemigos, lanzó a la confrontación a Medio Oriente al reconocer a Jerusalén como capital de Israel. La medida sobre una ciudad que conjuga el origen de las tres principales religiones monoteístas y un frágil equilibrio entre palestinos e israelíes, encendió los ánimos de árabes y musulmanes.

      En este recorrido azaroso, Trump avanzó con su proclama de “Estados Unidos primero” (America first), aislando económicamente al país del resto del mundo y obligando a las empresas estadounidenses a levantar sus filiales en el exterior para regresar a su territorio.

      Sobre el final del año expuso su doctrina de seguridad nacional, donde retrocede medio siglos para retomar posturas de la Guerra Fría. Apunta a China y Rusia como enemigos potenciales de Estados Unidos, que intentan socavar su bienestar.

      Un liderazgo que sólo acrecentó el odio y la conflagración.


      Conflicto con Corea del Norte

      Pero uno de los más peligrosos movimientos de Donald Trump fue la escalada de amenazas con su contraparte del otro lado del mundo, el norcoreano Kim Jong-un. De manera casi maniática, estos dos erráticos mandatarios arrinconaron al planeta y lo llevaron al borde del estallido nuclear

      Video

       Corea del Norte reta al mundo. 

      Kim, ejerciendo una dictadura dinástica -tercer mandatario del país tras su abuelo y su padre-, hizo el juego que más le gusta y llevó el desafío a su máxima expresión: terminó de desarrollar su programa nuclear y el sistema misilístico necesario para transportar ojivas atómicas. Norcorea se incorporó al club de los países nucleares, y el mundo al riesgo de la tragedia.


      Los europeos se diferencian

      Europa sufrió también las políticas de Trump, pero marcó sus diferencias para demostrar que ser socio no implica plegarse a disparates.

      Los europeos coquetearon con el populismo de derecha, pero evitaron caer en el abismo. Después del inusual crecimiento de esa corriente en las legislativas de Holanda, Francia y Alemania, las elecciones presidenciales sepultaron sus aspiraciones.

      Dirigentes islamofóbicos que habían aterrorizado a la población con el peligro de los refugiados y el terrorismo, como Geert Wilders en Holanda y Marine Le Pen en Francia, cayeron derrotados en las urnas. La única excepción fue la entrada de la ultraderecha como socio minoritario de la coalición de gobierno en Austria.

      Marine Le Pen, en ascenso en Francia. (AFP)Marine Le Pen, en ascenso en Francia. (AFP)

      El Brexit, que había encendido todas las alarmas por un supuesto fracaso de la Unión Europea, termina mucho más contenido de lo imaginado.


      Macron, un nuevo liderazgo

      La figura que emergió con fuerza fue la del francés Emmanuel Macron, ganador de las elecciones del 14 de mayo con el 66,1% de los votos frente a Le Pen. El presidente más joven de la historia francesa (39 años) llegó con la propuesta de renovar y “moralizar” la política.

      Marcó un camino para Francia, y por ende para Europa. En esa estrategia de buscar el fortalecimiento económico y político del continente cuenta con la alianza de la alemana Angela Merkel, que renovó su mandato por cuarta vez.

      Un liderazgo que promete unir aún más a Europa y restaurar sus valores históricos.


      Crisis catalana

      En España, el movimiento independentista catalán irrumpió con fuerza y marcó la mitad del año. Varios condimentos sazonaron esta crisis: el maltrato habitual de Madrid a Barcelona, el oportunismo político de dirigentes catalanes y las maniobras del gobierno nacional de Mariano Rajoy. A ambos gobiernos, el catalán y el nacional, les convenía la disputa para desviar la atención de los casos de corrupción y el malestar económico reinante.

      Después de un referéndum forzado, que había sido suspendido legalmente, y una tímida declaración de independencia, los dirigentes catalanes fueron apresados y se convocó a nuevas elecciones regionales.

      En los comicios ganó la coalición de partidos independentistas, pero crecieron fuerte los unionistas de Ciudadanos. Los unos y los otros, de centroderecha.

      El separatismo, enarbolado por unos y repudiado por otros, provocó una división social que será difícil reconstruir.


      Venezuela, la cara crítica de Latinoamérica

      En Latinoamérica, Venezuela mostró su cara más dramática con un gobierno que profundizó el totalitarismo con un suprapoder, la Asamblea Nacional Constituyente, que borró de la república nada menos que la potestad del Parlamento.

      El gobierno de Nicolás Maduro, dispuesto a mantenerse en el poder de cualquier manera, reprimió las manifestaciones opositoras entre abril y agosto con la fuerza de las armas. El saldo, más de 130 muertos, 3.000 detenidos y miles de exiliados.

      Protestas y represión en Caracas. (EFE)Protestas y represión en Caracas. (EFE)

      El desabastecimientos de vacunas, medicamentos y de alimentos decantó en desnutrición infantil y el regreso de enfermedades que habían sido desterradas, entre ellas difteria y malaria.


      El Papa, en recorridos evangélicos

      Francisco volvió a batallar por la reconciliación y la paz en extenuantes recorridos evangélicos por el mundo. Lo hizo con entusiasmo clerical, pero con pocos resultados concretos.

      En abril visitó Egipto, donde los cristianos coptos son masacrados por fundamentalistas. Y en septiembre a Colombia para respaldar con su presencia el trabajoso acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC.

      El papa Francisco se despide de los fieles en Bogotá. (EFE)El papa Francisco se despide de los fieles en Bogotá. (EFE)

      En noviembre fue a Myanmar y Bangladesh, donde la barbarie contra los rohingyas absorbió gran parte de su visita, pero que le sirvió para empezar a gestar su gran proyecto: restablecer las relaciones con China, que están rotas desde 1951.

      En los medios de comunicación oficiales de Beijing hubo guiños hacia Francisco, a quien definieron como “Papa por la paz”.

      No le fue bien con Venezuela, donde el gobierno de Nicolás Maduro utilizó la mediación vaticana con la oposición para alargar su permanencia en el poder. Las negociaciones se frustraron, y el Papa quedó en un lugar incómodo.

      Fue otro año que evitó la Argentina, aunque ya prepara su gira por Chile y Perú, en enero próximo.


      China, la potencia

      Del otro lado del mundo, China se afianzó como gran potencia económica. El liderazgo de Xi Jinping, convertido en el dirigente más poderoso de los últimos 40 años de la historia del país, le hizo recobrar al gigante asiático gran parte de su esplendor.

      China se convirtió en motor de la economía mundial, con gran peso en Latinoamérica, y promete extender ese proceso con la restauración de la famosa “Ruta de la Seda”. Se trata de un enorme programa de infraestructura cuyo objetivo es consolidar la influencia de China en tres continentes: Asia, Europa y África.

      En China se lo conoce como "el cinturón y la ruta" porque implica un cinturón terrestre que une el territorio chino con Europa occidental a través de Asia central y Rusia, más una ruta marítima que permite llegar a África y Europa por el Mar de China y el océano Índico. Se prevé la construcción de rutas, puertos, vías férreas y parques industriales en 65 países.


      El ISIS y el fanatismo

      En Oriente Medio, el ISIS fue derrotado y su “Califato” destruido, para alivio de la población de Irak y Siria que habían sufrido sus atrocidades durante más de cuatro años.

      Combatido desde distintos costados, la banda de extremistas que imponían su propia versión de la sharía (la ley islámica) se terminó disolviendo en pequeños grupos dispersos.

      La ayuda militar de Rusia e Irán, aliado del líder sirio Bashar al Assad, fueron fundamentales para eliminarlos en el oeste y centro de Siria. La alianza internacional, liderada por Estados Unidos e integrada por países europeos y árabes, los combatió en Irak y en el este de Siria, con las milicias kurdas y shiítas en el terreno.

      Milicias kurdas festejan la recuperación de Raqqa, en Siria. (Reuter)Milicias kurdas festejan la recuperación de Raqqa, en Siria. (Reuter)

      La expansión y supervivencia del ISIS y los grupos fundamentalistas en Siria no fue casual. Fueron engendrado en una disputa mayor de las potencias regionales, Arabia Saudita e Irán, que expresaron en ese terreno su lucha por la hegemonía. La pelea finalizó en esos países, pero continúa en otros, como Yemen.


      Atropellos y matanzas inexplicables

      La propaganda ideológica del ISIS tuvo su efecto en atentados brutales cometidos por lobos solitarios, o perturbados que expresaban sus frustraciones en un recorrido de muerte y suicidio.

      Varios de ellos atropellaron a peatones, como proponían las indicaciones de los fundamentalistas en Internet.

      • En el Puente Westminster, el 22 de marzo un maestro británico convertido al islamismo arrolló y apuñaló a los peatones (cinco muertos).
      • En Estocolmo, el 7 de abril otro desquiciado dejó cuatro muertos al atropellar con un camión a las personas en el centro de la ciudad.
      • Al mes y medio un suicida se hizo detonar a la salida del recital de Ariana Grande en el estadio de Manchester, asesinando a 22 personas, muchos de ellos adolescentes y chicos.
      El ataque en el recital del Manchester Arena dejó varios adolescentes muertos. (AP)El ataque en el recital del Manchester Arena dejó varios adolescentes muertos. (AP)
      • El 3 de junio hubo otros siete muertos en Gran Bretaña. Tres terroristas arrollaron a turistas en el Puente de Londres y luego apuñalaron a los que se le cruzaban.
      • En agosto, el 17, un grupo de adolescentes descendientes de marroquíes arrollaron a los turistas en la Rambla de Barcelona: 14 muertos.
      • En Manhattan, el 22 de mayo un uzbeko atropelló con su camioneta a ciclistas provocando la muerte de 8 personas, cinco de ellos argentinos que disfrutaban de un rencuentro.
      • Las víctimas argentinas pertenecían a un grupo de ocho egresados de la Escuela Politécnica de Rosario, que esa mañana habían alquilado bicicletas para recorrer Manhattan.

      Video

      5 amigos argentinos mueren en el atentado en Nueva York

      • Pero también hubo otros dos atentados, desconectados del yihadismo y producto de la locura. El 1 de octubre, Stephen Paddock se instaló en una habitación de hotel en Los Angeles y masacró a la gente que disfrutaba de un recital de música country. Con 59 muertos, fue el tiroteo más sanguinario de la historia de Estados Unidos.
      • El 5 de noviembre, el ex soldado Devin Patrick Kelley irrumpió en una iglesia bautista en Texas y asesinó a 26 fieles, disparándoles a quemarropa.

      Una tétrica efervescencia para un mundo ya de por sí convulsionado.


      Sobre la firma

      Daniel Vittar
      Daniel Vittar

      dvittar@clarin.com