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      Italia en peligro: un “fascista del tercer milenio”, a un paso de llegar al poder

      Es Matteo Salvini, líder de la xenófoba Liga Norte. Luego de dos meses de arduas negociaciones, podría lograr el apoyo del Movimiento 5 Estrellas y convertirse en jefe de gobierno.

      Italia en peligro: un "fascista del tercer milenio", a un paso de llegar al poderEl líder de la ultraderechista Liga Norte, Matteo Salvini. /EFE

      Con la decadencia nacional acentuada por una inédita crisis, que ha cumplido una década, y el rencor popular que ha consagrado en las recientes elecciones a dos fuerzas políticas que cambian totalmente el paisaje político, Italia ha vivido también un proceso lamentable: el debilitamiento de la conciencia antifascista. En este cuadro inquietante se inserta un protagonista que vertiginosamente avanza hacia la conquista del poder.

      Es Matteo Salvini, milanés de 45 años, jefe de la Liga Norte, xenófobo, racista, con amplias relaciones con los grupos extremistas fascistas y neonazis que crecen en número y presencia.

      Salvini discute con sus aliados-rivales del Movimiento 5 Estrellas de Luigi di Maio, de 31 años, la formación de un nuevo gobierno. Muchos partidarios de los “grillinos” (por el fundador Beppe Grillo) ven el experimento con preocupación y temor, precisamente por la ideología ultra que expresa el líder de la Liga.

      Aunque el gobierno llegue al Parlamento y logre el voto de confianza, el futuro es inquietante y si los choques entre los aliados-rivales terminan estallando habrá nuevas elecciones generales. Es probable que entonces emerja de las urnas un solo hombre al comando: Matteo Salvini, al que muchos consideran “un fascista del tercer mileno”.

      Negociaciones. Matteo Salvini participó en las últimas semanas de varias rondas de conversaciones con otros líderes políticos para salir del bloqueo y lograr formar gobierno. Aquí, con el ex premier Silvio Berlsconi, el 7 de mayo en el Palacio presidencial del Quirinal. /BLOOMBERGNegociaciones. Matteo Salvini participó en las últimas semanas de varias rondas de conversaciones con otros líderes políticos para salir del bloqueo y lograr formar gobierno. Aquí, con el ex premier Silvio Berlsconi, el 7 de mayo en el Palacio presidencial del Quirinal. /BLOOMBERG

      Hábil y desenvuelto, Matteo ha cumplido una hazaña política. En pocos años, desde que se instaló al frente de la entonces separatista Liga Norte, atrincherada en las prósperas regiones septentrionales de Italia, Salvini le cambió la piel a la vieja Liga y la hizo subir del 8% al 18% que logró en las elecciones parlamentarias del 4 de marzo.

      Hoy los sondeos sentencian que si mañana hubiera urnas, la Liga (pronto se llamará Liga Nacional) superará el 25%. Y la popularidad de Salvini ya llega al 44%, mucho más que su rival “grillino” Luigi Di Maio. Matteo extendió el horizonte de la Liga a toda Italia y pide perdón todas las veces que puede por sus anteriores tiradas contra los “terrones” del sur o la “Roma ladrona”.

      Este presente brillante ha puesto la figura de Salvini en el centro de las candilejas y justifica preguntarse quién es en realidad este personaje de altos quilates en el manejo de la política, que en un acto multitudinario en la campaña electoral, frente al histórico Duomo de Milán, gritó “¡Primero los italianos!”, enarbolando un rosario y la Constitución y lanzando besos a la famosa estatua de la Madonnina colocada en la cúpula de la catedral.

      Una rara combinación de demagogia.


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      Por supuesto que Salvini niega ser fascista, aunque en una reciente entrevista dijo que el régimen de Benito Mussolini “hizo cosas buenas”. Asegura, queriendo hacer ironía, que “no hay riesgo de fascismo, ni de comunismo, ni de una invasión de extraterrestres”. Desprecia “las manifestaciones antifascistas sin fascismo y antiracistas sin racismos”.

      Jean-Marie Le Pen en una reunión del Frente Nacional en 1984 en Lyon, Francia. /AFPJean-Marie Le Pen en una reunión del Frente Nacional en 1984 en Lyon, Francia. /AFP

      En la prensa, hace unos días reprodujeron unos conceptos suyos sobre lo inmigrantes que contradicen tanta ligereza. “Hace falta una limpieza de masa también en Italia. Calle por Calle. Barrio por barrio. Si sirve con las maneras fuertes porque hay enteras partes de Italia fuera de control. No veo la hora, una vez que lleguemos al gobierno, de controlar las fronteras como se hacía antes y usar las naves de la Armada para socorrer y mandar de vuelta a los fingidos prófugos”.

      La cercanía con Matteo Salvini de Casapound, el más numeroso grupo de extremistas de derecha en Italia, cuyo nombre se refiere al gran poeta norteamericano Ezra Pound, condenado después de la Segunda Guerra Mundial por complicidad con el nazifascismo, es de una evidencia flagrante.

      Este y otros grupos similares apoyaron totalmente a Salvini en las últimas elecciones, consagrando una vecindad que se remonta a varios años atrás. En el acto masivo frente al Duomo de Milán no faltaban las banderas de los grupos fascistas y neonazis, incluso una bandera de la juventud hitleriana.

      Frauke Petry copresidenta de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). /EFEFrauke Petry copresidenta de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). /EFE

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      Los líderes “negros” consideran que la Liga de Salvini es el mejor taxi para llevarlos a la cumbre del poder. 

      Un grupo de cabezas rapadas “skinheads” ocupó en Como una asociación cuyos miembros estaban tratando las urgencias de ayuda a los inmigrantes. La violencia se redujo a la lectura de una proclama contra los “invasores” de Italia. Las protestas contra el gesto “skinheads·” ocuparon al otro día la información central de todos los medios italianos. “El problema son los inmigrantes, no los naziskin”, comentó Salvini.

      También justificó al fascista desequilibrado Luca Traini que atacó a balazos de hirió a seis negros en la ciudad de Macerata, en represalia por la muerte de una chica de 18 años de la que están acusados tres nigerianos.

      Resultó que Traini había sido candidato de la Liga Norte en unas elecciones locales. Salvini, que aparecía en fotos con el pistolero fascista, dijo que había que entender la indignación que sufrían los italianos por estos crímenes de los inmigrantes.

      Geert Wilders, líder holandés de extrema derecha del Partido de la Libertad. /AFPGeert Wilders, líder holandés de extrema derecha del Partido de la Libertad. /AFP

      Cuando le preguntaron durante la campaña electoral si según él los miembros de Casa Pound eran fascistas, como se proclaman, respondió: “No se, pregúntenle a ellos”.

      Afinidad con otros líderes populistas 

      El jefe de la Liga fue elegido eurodiputaddo hace unos años y entró en el bloque de la extrema derecha del Parlamento de Estrasburgo. En enero de 2016 organizó una reunión de ocho partidos de la ultradestra europea en Milán.

      El líder holandés Tom van Grieken sorprendió con su saludo a los “camaradas”, mientras que Salvini prefirió un más prudente “amigos patriotas”.

      Seguidores del partido ultraderechista griego Amanecer Dorado. /APSeguidores del partido ultraderechista griego Amanecer Dorado. /AP

      En aquel encuentro se selló totalmente su alianza con el Frente Nacional de Marine Le Pen, a cuyos congresos había asistido en varias ocasiones. El lepenismo es una fuente de inspiración de Salvini. En un congreso en Lille, Francia, Marine le preentó a Steve Bannon, el ex consejero estratégico ultraderechista del presidente Donald Trump, otro personaje por el que el jefe de la Liga Norte proclamó su admiración.

      Bannon, que fue despedido de la Casa Blanca porque su extremismo iba más allá de lo tolerable y creaba problemas a Trump, auspició la alianza entre la Liga y el Movimiento 5 Estrellas en las elecciones italianas.

      Benito Mussolini y Adolf Hilter. /ARCHIVOBenito Mussolini y Adolf Hilter. /ARCHIVO

      Las simpatías por Trump quedaron melladas por el conflicto de Estados Unidos con Rusia. La luna de miel entre los dos presidentes ha terminado en tormenta aunque Donald está acusado en el “Rusiagate” de relaciones “non sanctas” con Vladimir Putin.

      En cambio Salvini es un hincha devoto de Putin. El presidente ruso mantiene relaciones excelentes con los líderes de extrema derecha europeos, que según algunos esconde abundantes financiaciones. El jefe de la Liga Norte ha tomado el partido de Putin en la crisis con EE.UU. y los norteamericanos han perdido confianza en su lealtad.

      El tiempo tormentoso lo promete Salvini con la Unión Europea. Elegido senador en las elecciones de marzo, el jefe de la Liga Norte pronunció un discurso de despedida en el Parlamento en el que declaró la guerra a Europa en el frente de las cuentas públicas. Reclamó que la UE ignore el techo del 3% de deficit fiscal, que para los italianos frena su desarrollo. Pero Italia acumula una deuda pública enorme, del 130,8% de su PBI.

      Geert Wilders, Frauke Petry, Harald Vilimsky, Marine Le Pen y Matteo Salvini dan una conferencia de prensa durante el congreso europeo ENF (Europa de las naciones y la libertad) en Koblenz, Alemania occidental, el 21 de enero de 2017. /AFPGeert Wilders, Frauke Petry, Harald Vilimsky, Marine Le Pen y Matteo Salvini dan una conferencia de prensa durante el congreso europeo ENF (Europa de las naciones y la libertad) en Koblenz, Alemania occidental, el 21 de enero de 2017. /AFP

      Aunque en la negociación para formar gobierno la Liga Norte se tiene que confrontar con la línea muy prudente del Movimiento 5 Estrellas, que no quiere un conflicto con Europa, en su discurso en el Parlamento de Estrasburgo Salvini insistió en que el euro “es una moneda equivocada”. Advirtió que los expertos italianos estudiarán un plan alternativo “si de Bruselas arriba la habitual actitud negativa”.

      La posición de Salvini recoge el entusiasmo de los grupos neofascistas, que exaltan la línea de soberanía, identidad, independencia, resistencia a Europa, que defiende la Liga Norte. Y con la represión a los inmigrantes, Salvini los hizo exultar cuando resumió ante los preocupados diputados europeos la línea de “menos desembarcos y más expulsiones”.

      “Europa no puede ser un enorme campo de prófugos”, dijo. Y con respecto al Parlamento Europeo, dominado por los populares cristianos y los socialistas, prometió que contra ellos “los pueblos europeos llevarán su identidad a Estrasburgo”.

      Es el húngaro conservador, xenófobo y racista, presidente Viktor Orban, el punto de referencia de la Europa soberanista de la Liga Norte.

      En las últimas elecciones, todas las sedes de Casapound y otros grupos fascistas se movilizaron en el apoyo abierto a la Liga Norte, que vació de votos a las listas de ultraderecha. La alianza cada vez se va haciendo más estrecha y explícita. Salvini constató que son los partidos de la destra más dura los que “conducen las batallas justas en defensa de los trabajadores: no veo nada de extraño en buscar el diálogo con quien hoy encarna la resistencia a esta Europa y por la Italia que estamos construyendo”.


      Sobre la firma

      Julio Algañaraz
      Julio Algañaraz

      Corresponsal en Roma y Vaticano jalganaraz@clarin.com