Pascua con sangre ayer al celebrarse la resurrección de Cristo. Mientras el Papa pedía la paz en el mundo y el fin de los focos de violencia extrema ante una multitud de más de cien mil fieles que llenaban la plaza de San Pedro en el Vaticano, un atentado terrorista contra los cristianos que se dirigían a una iglesia en Kaduna, norte de Nigeria, para asistir a la misa pascual, dejaba al menos 38 muertos .
El atentado en el país africano, donde se registran sangrientos ataques de sectas musulmanas que quieren echar a los cristianos del norte de Nigeria, donde los islámicos son mayoría, coincidió con la tradicional celebración de Roma. Muy cansado por los esfuerzos físicos realizados en las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, el anciano pontífice que cumplirá 85 años el lunes 16, sin saber la noticia del nuevo ataque, recordó en su homilía los sufrimientos de los cristianos en Africa y en particular en Nigeria.
“En los últimos tiempos, el querido país ha sido escenario de sangrientos atentados terroristas”, dijo Benedicto XVI, que pidió para el país “que la alegría pascual le infunda las energías necesarias para recomenzar a construir una sociedad pacífica y respetuosa de la libertad religiosa de sus ciudadanos”.
Nigeria es el país más poblado del Africa, con 150 millones de habitantes. Los cristianos, católicos y protestantes, suman la mitad y se concentran en el sur nigeriano, mientras que los islámicos son mayoría en el norte.
Los atentados son atribuidos sobre todo a la secta musulmana Boko Haram, que en los últimos meses ha protagonizado numerosos ataques con fanáticos suicidas cargados de explosivos, que atacan iglesias y otros lugares de culto cristianos, comisarías de policía y los bares y restaurantes donde se vende alcohol. Los atentados han causado centenares de muertos.
En Kaduna, que se encuentra en la línea divisoria entre el sur cristiano y el norte musulmán, un coche bomba guiado por un kamikaze islámico detonó en la mañana mientras los fieles cristianos se dirigían a un servicio religioso con motivo del domingo de Pascua.
Los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña habían advertido a sus ciudadanos del temor de posibles actos terroristas anticristianos este fin de semana.
Frente a la multitud, en una plaza de San Pedro donde reinaban la alegría y la devoción de más de cien mil fieles que desbordaron el gran espacio con 208 columnas que da a la basílica, el Papa suplicó la paz y la reconciliación para el mundo.
Tras celebrar la misa de resurrección, leyó su homilía con la voz fatigada y después, desde el balcón principal de la basílica lanzó la bendición “urbe et orbi” (a la ciudad de Roma y al mundo) y deseó felices pascuas a los 1.200 millones de católicos de todo el mundo en 65 idiomas diferentes .
El Papa Ratzinger vestía paramentos litúrgicos dorados en señal de fiesta y celebró en un día soleado y una plaza embellecida por 40 mil flores enviadas por Holanda, incluidas mil orquídeas blancas.
Benedicto XVI se refirió especialmente a Siria, para que “cese el derramamiento de sangre y se emprenda sin demora la vía del respeto, del diálogo y de la reconciliación, como auspicia la comunidad internacional”. La oposición siria denunció que más de mil personas han muerto en la última semana debido a la represión del gobierno del presidente Assad. Solo ayer, dijeron otras fuentes, en los choques perecieron unos 70 civiles, en una revuelta que comenzó hace un año. Miles de personas han huido hacia Turquía, El Líbano y Jordania. (Ver Damasco...) “Cristo es esperanza y consuelo, en modo particular para las comunidades cristianas que más pruebas padecen a causa de la fe debido a las discriminaciones y persecuciones”, agregó el pontífice.
La comunidad internacional debe movilizarse contra las guerras y conflictos que azotan al planeta, dijo. La Iglesia “es cercana frente a cada situación humana de sufrimiento”.
Cristo “es esperanza y conforta a todos los que sufren injusticias”, explicó Benedicto XVI, quien el jueves 19 entrará en el octavo año de su pontificado. Al trazar un panorama de los conflictos que afectan la paz mundial, Joseph Ratzinger también habló de Irak, Malí, Sudán y las poblaciones sufrientes del Cuerno de Africa. Además pidió a Israel y Palestina que redoblen sus esfuerzos para superar su enfrentamiento secular y hagan la paz que permitirá convivir pacíficamente en dos Estados a sus pueblos.
Terminada la celebración de la Pascua de Resurrección, el Papa viajó 30 km. hasta la residencia estival pontificia de Castelgandolfo, para descansar unos días.
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