El papa Francisco podría crear más cardenales para asegurar su sucesión: ¿quiénes son los papables?

Antes de fin de año, el número de cardenales electores que elegirán un nuevo Papa reunidos en Cónclave, descenderá a 114 de los 123 actuales. Nueve purpurados cumplirán 80 años de edad, lo que los excluye de la votación.

Entre ellos estará desde noviembre el argentino Leonardo Sandri, que celebró la misa del Domingo de Ramos presidida por el Papa, que por su dolencia en la rodilla no puede moverse en torno al altar.

Hasta ahora Francisco ha llamado a ocho consistorios para crear cardenales y ha revolucionado los equilibrios internos al crear cardenales en las periferias de la Iglesia latinoamericanas, asiáticas y africanas.

Actualmente los purpurados nombrados por Jorge Bergoglio representan el 65,58% de los electores, cada vez más cerca de una mayoría absoluta que se amplía en cada Consistorio.

Qué es un consistorio

El Papa puede convocar en cualquier momento a un Consistorio, que es el máximo órgano consultivo de la Iglesia y la institución en la que el Sumo Pontífice crea a los nuevos cardenales.

También es en los Consistorios donde se elevan a los altares a los beatos y santos que son después proclamados.

Fue en un Consistorio que había convocado para ampliar el número de beatos y santos que Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, anunció por sorpresa hablando en latin su histórica renuncia al pontificado, el 11 de febrero de 2013. Un mes después Jorge Bergoglio fue elegido Papa.

En el Consistorio el Papa puede consultar a los purpurados sobre los problemas de la Iglesia, incluso con carácter secreto.

Hay dos fechas posibles este año de acuerdo a la tradición de las convocatorias. Una es la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el 29 de junio. La otra, la solemnidad de Cristo Rey, el 26 de noviembre.

El Papa anuncia un mes antes, el domingo en que reza ante la multitud reunida en San Pedro el Angelus del mediodía, quienes han sido los elegidos que serán creados cardenales en el Consistorio.

Pablo VI estableció que el número de cardenales electores es de 120, pero la cifra es solo indicativa. Los Papas nombran más teniendo en cuenta las bajas por el cumplimiento de los 80 años de edad y los fallecimientos.

En noviembre del año pasado los nuevos cardenales fueron veinte.

La oposición conservadora​

La línea reformista de Bergoglio es contestada con creciente hastío por los conservadores y tras la muerte el último día del 2022 de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, como Papa emérito es probable que el Sínodo de los Sínodos, que son asambleas mundiales de obispos convocadas por el Papa, exhiba un neto enfrentamiento entre las líneas reformistas y los tradicionalistas.

Algunos analistas coinciden que el próximo será uno de los más difíciles cónclaves del último siglo y medio de la historia del papado.

Entre los progresistas o reformistas hay dos líneas: una la de Francisco, la otra de la Iglesia alemana que empuja hacia reformas más audaces como el sacerdocio de las mujeres, el fin del celibato y un nuevo enfoque de los temas sexuales, en particular la bendición de las parejas gay.

Del otro lado, los conservadores tradicionalistas u ortodoxos contrarios a los cambios en profundidad, cuyo principal bastión es la Iglesia norteamericana, liderada por el arzobispo de Nueva York, cardenal Timothy Dolan.

En la Curia romana, el órgano central de gobierno, hay dos “ministros" que esperan la púrpura, el arzobispo Claudio Gurerotti, del dicasterio de las Iglesias Orientales, y el arzobispo Robert Pvost, prefecto del dicasterio de los Obispos.

Los papables

En el frente reformista el actual favorito a Papa es el arzobispo de Bolonia, Matteo Zuppi, romano de 67 años, presidente de la Conferencia Episcopal Italiano. Ha quedado atrás el anterior preferido bergogliano, el prefecto del dicasterio de la Evangelización, el filipino cardenal Luis Antonio Tagle, 65, ex arzobispo de Manila.

En Europa las investigaciones sobre abusos sexuales han causado devastación en las iglesias nacionales. Tanto que a menos que el Papa elija en el próximo Consistorio a un francés, se podría llegar a un Cónclave sin un cardenal de Francia, que tiene el título de Hija Favorita de la Iglesia.

Además el catolicismo europeo enfrenta una crisis de popularidad. Es en el Este del continente donde alberga un papable como el cardenal Peter Erdö, primado de Hungría. El Papa tiene previsto visitar el país, y la figura de Erdö concentra muchas expectativas.

Entre los conservadores, los más visibles líderes son el neoyorquino Timothy Dolan, el holandés Willem Jacobus Eijk, arzobispo de Utrecht y el guineano Roberto Sarah.

El cardenal Dolan intervino más allá de las formalidades enviando de regalo un libro sobre “El próximo Papa”, contrario de Bergoglio, a todos los cardenales. El Papa que se sepa no protestó por el gesto que no le debe haber gustado.

Si, como se espera, el enfrentamiento se va a calentar en los próximos meses, la estrategia conservadora se podría concentrar no en la promoción de figuras propias sino en buscar que el próximo Papa sea el fruto de un compromiso para evitar un Cónclave largo y dramático.

Dicen que entre todos, no hay ninguno como el moderado estimado por todos y con una experiencia mayúscula, en las cumbres de la iglesia: el secretario de Estado cardenal Pietro Parolin,de 68 años.

El cardenal Parolin es un refinado diplomático, en sintonía con el Papa que lo nombró, pero no es un "bergogliano de estrecha observancia".

El diario conservador “Libero”, pronostica que "con un acuerdo sobre su nombre, la 'fumata blanca' (la columna de humo que anuncia el habemus papam) podría incluso arribar en tiempo récord".

Pese a los problemas, el estado de salud del Papa argentino es bueno y si evita el exceso de trabajo podría prolongar su papado al 2024, con lo que se da una mayor chance para defender su línea de reformas.

Francisco podría alargar aún más con un nuevo consistorio el número de cardenales electores favorables a la causa progresista.

Bergoglio afirma que no quiere renunciar aunque habla con frecuencia del tema. Entre las varias intervenciones que se leen en las redes sociales y en la prensa, se descarta un nuevo Papa jesuita o latinoamericano.

Los conservadores no lograrán una mayoría para imponer el futuro pontífice con un candidato de los suyos. Si los cardenales de la línea reformista siguen ampliando la mayoría numérica les queda solo la capacidad de negociar un compromiso.

Vaticano, corresponsal

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