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      Otro suicidio en España de una víctima de los desalojos compulsivos

      Fue en Córdoba. El suicida, un hombre que acababa de divorciarse, debía la hipoteca.

      Otro suicidio en España de una víctima de los desalojos compulsivosCLAIMA20121117_0119 AP Drama. La mujer en el centro de la foto fue expulsada de su casa en Sevilla. Ahora acampa frente al banco. /AP
      Redacción Clarín

      La tragedia de los suicidios por desalojo se cobró una nueva víctima en Córdoba, Andalucía. R.G.M., de cincuenta años, se lanzó desde el balcón de su casa, en la céntrica avenida de Ronda de los Tejares, cuando se presentaron para expulsarlo una comisión judicial y policías. El pobre hombre dejó dos velas encendidas en el balcón desde el cual buscó la muerte. Según la delegación del Gobierno, encargada del orden público, el suicida tenía sus facultades mentales alteradas, acababa de separarse de su esposa y además era alcohólico.

      La víctima se arrojó desde una segunda planta pero cayó sobre una marquesina de la parada del autobús en la que recibió un golpe de gran intensidad que terminó casi instantáneamente con su vida.

      Estos hechos provocaron un gran impacto en la zona donde se produjo el incidente, el centro de Córdoba, donde hay numerosos comercios, restaurantes y tránsito. En España hay una sensación de furia social por el ataque de los bancos a la gente que compró viviendas y ahora no puede pagarlas precisamente por la crisis económica que armaron las entidades.

      Los familiares acompañaron a la comisión policial que se hizo presente, acompañada por una ambulancia que había sido advertida de los problemas de salud de la víctima. También los acompañaban miembros de la plataforma “Stop Desahucios” –que tratan de impedir los desalojos– y observaron cómo se produjo el suicidio.

      Ya se han producido numerosos suicidios por las expulsiones . Pero en estos días los acontecimientos se han precipitado. El impacto que han causado impulsó al gobierno del Partido Popular a emitir un decreto ley que paraliza los desahucios por dos años para las familias más necesitadas. Pero la percepción general es que eso es bien poco para aliviar el problema.

      Las reacciones han sido tan trágicas como los dos suicidios y un intento de quitarse la vida de tres víctimas del desalojo. Un hombre se ahorcó en Granada el 25 de octubre pasado cuando llegaba a su casa una comisión para desahuciarlo. Un día después, también cuando llegaba el desalojo, se mató un hombre cuyo hijo estaba en cama totalmente postrado por una depresión. El hombre le dio un beso en la mejilla al joven y se arrojó por el balcón. No murió pero está internado en grave estado.

      La ex concejal socialista, Amaia Egaña en Barakaldo, a su vez, se arrojó el 9 de noviembre pasado desde el noveno piso de su vivienda en el País Vasco, cuando entraba una comitiva a desalojarla debido nuevamente a la falta de pago de la hipoteca. Era la segunda víctima fatal en menos de un mes.

      Pero hay antecedentes de otras tragedias . El primer caso conocido se produjo el 12 de noviembre de 2010 en Hospitalet de Llobregat, provincia de Barcelona. Un electricista de 45 años, casado y con una hija, ocupaba una casa de protección oficial cuando recibió la orden de desalojo. Salió de su piso y se ahorcó en un árbol en el Parque de la Seta.

      El 7 de julio de 2011, otro joven se arrojó al vacío desde el undécimo piso en la calle Maestro Chapí de Málaga. No encontraba trabajo por padecer una minusvalía y lo desalojaban de su casa.

      Pocos días después un muchacho se quitó la vida arrojándose desde un puente de Lomo Apolinario llevando en el bolsillo la comunicación de desahucio.