Al menos tres muertos en un tiroteo en una universidad de Michigan: el agresor se suicidó

Otra matanza en un inicio de año de terror en Estados Unidos. Un hombre de 43 años asesinó a tres estudiantes e hirió gravemente a otros cinco en la Michigan State University, una de las más grandes del país, y luego se suicidó al verse acorralado por la policía.

El drama comenzó el lunes por la noche en un edificio académico de esa universidad estatal de 50.000 alumnos, ubicada en East Lansing, unos 145 kilómetros al noroeste de Detroit.

Un hombre luego identificado como Anthony McRae, que según las autoridades no tenía relación con la institución, ingresó al edificio Barkey Hall del campus y comenzó a disparar, y luego siguió en un centro de estudiantes, donde muchos estaban reunidos para cenar o estudiar.

Las autoridades recibieron una llamada de emergencia y para cuando llegaron, minutos después, hallaron a dos estudiantes muertos (otro murió en el hospital) y 5 heridos que hoy se encuentran en estado crítico.

El asesino

El asesino huyó, pero cuatro horas después había sido localizado y rodeado por la policía. El hombre se disparó y se mató, dijeron las autoridades. Las cámaras de seguridad lo mostraron vestido con una campera de jean, zapatillas rojas y una gorra de béisbol.

Dominik Molotky dijo que estaba en una clase de historia de Cuba alrededor de las 8:15 de la noche, hora local, cuando se escuchó un disparo fuera del aula. Dijo al noticiero de la ABC que segundos después, un hombre armado entró y disparó tres o cuatro veces mientras los estudiantes trataban de cubrirse.

“Yo me agachaba y me cubría, lo mismo que los demás estudiantes. Disparó cuatro veces más y cuando se hizo silencio de unos 30 segundos a un minuto, dos de mis compañeros de clase empezaron a romper una ventana. Había vidrios por todas partes”, dijo Molotky. Añadió que salió por la ventana y corrió a su departamento, y no sabía si había algún herido en el aula.

Las autoridades desconocen las motivaciones del agresor, que aparentemente tenía algunos problemas mentales. En el bolsillo de McRae se encontró una nota con una amenaza a dos escuelas en el municipio de Ewing, Nueva Jersey, donde el agresor había vivido hace un tiempo.

The Washington Post dijo que el asesino había sido arrestado en 2019 por violación en el permiso de portación de armas y que a pesar de eso seguía conservándolas y disparando en el jardín de su casa, aunque le mentía al padre al respecto.

El ataque en Michigan ocurrió menos de un mes después de que un tirador abriera fuego en la víspera del Año Nuevo Lunar en un estudio de baile en un suburbio de mayoría asiática de Los Ángeles, matando a 11 personas.

Los tiroteos masivos, donde cuatro o más personas, sin incluir al tirador, resultan heridas o muertas, han promediado más de uno por día en 2023, según datos del Archivo de Violencia Armada. Ya ha habido 67 tiroteos masivos en 2023 en los Estados Unidos, más que en este momento en cualquier año desde que el archivo comenzó a rastrear en 2014.

Impotente ante estos ataques que se suceden, el presidente Joe Biden recordó en un comunicado que esta matanza sucedía justo un día antes de cumplirse el aniversario de otra masacre en Parkland, Florida, donde en 2018 fueron asesinados 17 alumnos en una escuela secundaria.

Biden informó en un comunicado que ordenó "el despliegue de todas las fuerzas de seguridad federales necesarias para apoyar los esfuerzos de respuesta locales y estatales" y se comprometió a proporcionar los recursos necesarios para la investigación.

Biden también hizo un llamado al Congreso de EE.UU. a actuar y "promulgar reformas de sentido común" para limitar el comercio de armas, que incluyan la exigencia de la comprobación de antecedentes de los compradores, así como la prohibición de las armas de asalto, entre otras.

Pero más allá de los rezos y plegarias e intenciones de los presidentes tras las sucesivas matanzas, nunca se ha avanzado con firmeza contra las armas. Habitualmente las iniciativas quedan paralizadas en el Congreso federal, donde buena parte de los legisladores recibe contribuciones de la Asociación del Rifle y cree que cualquier límite va en contra del derecho a portar armas plasmado en la Segunda Enmienda constitucional.

Michigan es un estado donde las armas abundan y donde también se registran buena parte de las milicias ultraderechistas que florecieron en la época de Donald Trump y que se armaban para defenderse de supuestos “ataques de la izquierda”, una idea falsa propalada por redes sociales y canales ultraconservadores.

La gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, dijo que los tiroteos son "un problema único estadounidense". “Nuestros hijos tienen miedo de ir a la escuela”, agregó. Ya a principios de año había pedido endurecer las leyes de armas en el estado.

Pero todas estas iniciativas, cuando pasan los días tras las matanzas, suelen caer en el olvido.