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      “R de Rohingyas”: Plaza Sésamo crea nuevos Muppets para los refugiados

      Noor y Aziz son los Muppets Rohingyas que aparecerán en la programación educativa que se mostrará en los campos de refugiados.

      "R de Rohingyas": Plaza Sésamo crea nuevos Muppets para los refugiadosMuchos niños Rohingya han sufrido graves traumas. Un refugiado en Bangladesh con el Muppet Grover, en 2018. Foto: Ryan Donnell/Sesame Workshop.

      BANGKOK — Los mellizos de 6 años Noor y Aziz viven en el campo de refugiados más grande del mundo. Son musulmanes rohingyas que escaparon de la limpieza étnica en su Myanmar natal para refugiarse en el vecino Bangladesh. También son Muppets.

      El 17 de diciembre, Sesame Workshop, la organización sin fines de lucro que opera “Plaza Sésamo”, el programa de televisión de educación temprana, y que opera en más de 150 países, presentó a Aziz y Noor como los Muppets más recientes en su elenco de personajes.

      Los gemelos aparecerán con Elmo y otros Muppets en capítulos sobre matemáticas, ciencia, salud y otros temas que se mostrarán en los campamentos.

      Sesame Workshop creó un nuevo plan de estudios en rohingya en asociación con la Fundación Lego, el Comité Internacional de Rescate y BRAC, una organización benéfica fundada en Bangladesh.

      Sesame Workshop creó programas educativos para los campos de refugiados Rohingyas. Foto: Sesame Workshop.Sesame Workshop creó programas educativos para los campos de refugiados Rohingyas. Foto: Sesame Workshop.

      “Se cuentan entre los niños más marginados del mundo”, dijo Sherrie Westin, presidenta de impacto social de Sesame Workshop. “Para la mayoría de los niños rohingyas, esta será la primera vez que personajes en los medios se parezcan a ellos, suenen como ellos y reflejen realmente su rica cultura”.

      Más de la mitad de los residentes de los asentamientos de refugiados rohingyas en Bangladesh son niños. Muchos sufrieron trauma después de que las fuerzas de seguridad de Myanmar los expulsaron de sus aldeas, asesinaron a algunos de sus padres y violaron a sus madres.

      Una encuesta de Médicos sin Fronteras, publicada a raíz de una campaña brutal en 2017 que obligó a más de 750 mil rohingyas a huir del país en el lapso de unos cuantos meses, encontró que al menos 730 niños menores de 5 años fueron asesinados de finales de agosto a finales de septiembre ese año.

      El legado de violencia es parte de las historias de los Muppets. Noor le tiene miedo de los ruidos fuertes, al igual que muchos niños rohingyas, ya que los disparos resuenan en sus recuerdos.

      Sesame Workshop lleva mucho tiempo buscando ser un paladín de la diversidad y la justicia social. Los Muppets y sus jóvenes compañeros de juegos en Plaza Sésamo han tenido autismo, VIH y síndrome de Down. Han sido personas sin hogar y han luchado contra el estigma de tener un padre encarcelado.

      Aziz, un niño, ayuda a la familia con las tareas del hogar y está impregnado en la tradición rohingya de contar historias. Noor, una niña, tiene confianza en sí misma y le encanta aprender.

      “Al modelar que las niñas y los niños son iguales, al tener personajes que adoran aprender, es importante que no sólo estemos inspirando a las niñas, dándoles un sentido de posibilidad que tal vez no hayan tenido, sino que estamos mostrando a los niños que las niñas pueden tener los mismos roles y responsabilidades”, dijo Westin.

      La programación muestra a los Muppets rohingyas viviendo en un vasto laberinto de tiendas de campaña donde más de un millón de personas, en su mayoría apátridas, han sido instaladas con pocas esperanzas de regresar a Myanmar.

      En Kutupalong, el más grande de los campos de refugiados rohingyas en Bangladesh, Ajmat Ara, de 8 años, negó con la cabeza cuando se le preguntó recientemente si conocía a los Muppets. A diferencia de muchas niñas, asiste a una escuela dirigida por una organización benéfica educativa.

      “Estamos aprendiendo inglés y birmano en la escuela”, dijo, antes de irse corriendo a jugar.

      © 2020 The New York Times

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      Sobre la firma

      Hannah Beech

      The New York Times

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