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      Dólar, tasas y tarifas de gas a las puertas de batallas grandes

      Unos días de tranquilidad cambiaria pusieron el foco de atención sobre el alto nivel de las tasas.Dilemas del Gobierno

      Dólar, tasas y tarifas de gas a las puertas de batallas grandesEl Secretario de Energía, Javier Iguacel, y el difícil papel de explicar el aumento de la factura del gas en medio de una inflación creciente.
      09/10/2018 20:14

      El dólar bajó 10% en el comienzo de octubre, dando la primera e incipiente señal de una nueva etapa en el mercado cambiario, que hasta fines de septiembre se había caracterizado por los desbordes.

      La nueva banda cambiaria con $34 y $44 como piso y techo para el dólar, se hizo transitable junto a una elevada tasas de interés en pesos, que ahora va ganando protagonismo en la discusión económica.

      Para una parte de los especialistas, y casi todos los empresarios, el esquema no será sustentable si las altas tasas no bajan en forma acelerada.

      Para otros especialistas, las actuales tasas (las letras de liquidez del Banco Central le pagan a los bancos 73/74% anual) son la garantía de que los bancos aumenten los rendimientos que les ofrecen a los ahorristas y, de esta forma, no se vayan a comprar dólares. Para el Gobierno, las tasas altas, que se traducen en que empresas de primera línea deban pagar más de 70% por un descubierto en cuenta corriente, cuando la inflación apunta a 45% anual, son una realidad con la que habrá que coexistir durante los próximos 90 días.

      Pero todos coinciden en un punto: el esquema no se hará viable si no hay un traspaso de dólares a pesos por parte de las empresas y parte de los ahorristas.

      Los bancos notan una mejora de los plazos fijos en pesos, al calor de pagar tasas de entre 43% y 50% anual según el monto de que se trate; y esos depósitos están mostrando un crecimiento del 35% anual, por debajo de la inflación.

      Este “carry trade” que espera el Banco Central sería distinto a la anterior “bicicleta” de las Lebac ya que se trataría de una traslado de dólares a pesos en el que no jugaría directamente el Central porque los particulares no pueden acceder a las nuevas Letras de Liquidez que pagan 74% pero que si se renuevan cada siete días, dejarán en un año un rendimiento de 106% anual, una tasa sideral.

      Esa es una de las batallas clave en un contexto difícil, y en el que el resultado de la primera ronda en Brasil con la ventaja de Jair Bolsonaro, no arrojó un saldo favorable para la Argentina, a pesar de la fuerte suba de mercados en el país vecino.


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      La apuesta argentina es a una revaluación del real en el caso de que Bolsonaro gane en segunda vuelta. Un real apreciado y un peso depreciado podrían favorecer a las exportaciones argentinas.

      Pero esa es una de las velas que enciende el Gobierno; la otra, y de mediano plazo para lo que es la Argentina, son los dólares de las exportaciones de trigo que llegarían a fin de año.

      En el sector agropecuario aseguran que, por esa vía, podrían venir U$S 4.000 millones, pero el 30% ya se habría vendido por adelantado. Esos dólares son esperados con ansiedad por el Central que apuesta a poder comprar divisar en algún momento del año. ¿Es que el dólar bajará hasta $34?.

      Hoy nadie ve esa posibilidad y algunos especialistas se preguntan si no será necesario subir el piso de la banda cambiaria para que el Central pueda demostrar que también puede comprar y no sólo vender divisas.


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      Pero en tren de batallas, la de la tarifa del gas se ubicó en el centro de la escena y actúa como un catalizador destacado del impacto de la fuerte devaluación del peso en lo que va del año.

      El anuncio de 35% de aumento en la tarifa de gas llegó después de las audiencia públicas y del seguimiento de todos los pasos que estaban previstos, pero las compensaciones a los productores por la suba del dólar desataron otra tormenta.

      El Gobierno destaca que los contratos con las productoras son en dólares y que un precio que en abril había llegado a US$ 4,68 el millón de BTU pasó, por efecto de la suba del dólar, a US$ 2,48 y que ahora, con la nueva tarifa, llegará a US$ 3,80.

      En ese contexto, el secretario de Energía, Javier Iguacel, dice haber logrado que las compensaciones se paguen en 24 cuotas y no en 6, como querían las empresas. Y agregó que no cumplir el contrato implicaría multiplicar por tres las facturas que actualmente pagan los consumidores.

      El tema del gas es un caso testigo del violento cambio de panorama que generó la devaluación.

      Si el Gobierno cumple con los contratos, quedará como un protector de empresas en contra de los consumidores. Pero si no lo hace, pagará los costos de incumplimiento en un momento en el que las inversiones en el yacimiento de Vaca Muerta empiezan a tomar vuelo.

      La tijera que provoca el desarme del fuertísimo atraso tarifario del kirchnerismo y el salto del dólar ponen en situación de estrés a las inversiones en un sector clave como es el energético.

      Pero, desde ya, que la devaluación dejó al desnudo la caída del poder de compra de los salarios, que en estos meses se siente con intensidad y que llama a una reapertura de las paritarias.

      La batalla del dólar se juega sin controles, las de las tasas en ausencia de “corralitos” y la de las tarifas de gas a las puertas de la judicialización. Una vez más, la Argentina está a la espera de que lleguen dólares , o que los argentinos se desprendan de una parte de los que tienen, para pensar en reactivar una economía que no avanza.


      Sobre la firma

      Daniel Fernández Canedo
      Daniel Fernández Canedo

      dfcanedo@clarin.com