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      El fantasma goza de buena salud

      18/10/2017 00:01

      Un fantasma recorre Europa. Con esta frase, un poquito ampulosa, Carlos Marx y Federico Engels encabezaron su “Manifiesto comunista” en 1848. El poeta Rafael Alberti la rescató en un poema enjundioso como son los poemas militantes, en los días de desangre previos a la Guerra Civil. “Un fantasma recorre Europa/ nosotros le llamamos camarada”. El fantasma desató una oleada de muertes que superaron los sesenta millones al final de la Segunda Guerra. Su imagen nunca se paseó por Europa según la previsión de sus adalides. Fue otro fantasma el que se enseñoreó en el continente, y que vuelve ahora a recorrerlo en silencio, sin trompetas. El reciente triunfo de la ultraderecha en Austria, otra vez Austria, el casi centenar de legisladores neonazis que ingresarán al parlamento alemán, Alemania, otra vez, más el accionar de legisladores neonazis en Holanda, Noruega, Grecia, entre otros, se suma al deseo catalán de balcanizar a España y a los arrestos independentistas de la italiana Liga del Norte que sueña una Italia con otra etnia. Está Europa donde el drama, como siempre, no son sus fantasmas, sino los tipos que les planchan las sábanas.

      El arte entre la muerte

      Los fantasmas europeos también engendraron Auschwitz y los centenares de campos nazis de concentración en los que murieron más de seis millones de seres humanos: judíos, homosexuales, comunistas, gitanos opositores a Hitler. Una exposición abierta esta semana en Cracovia, Polonia, rescata dibujos, pinturas y esculturas hechas por los condenados de Auschwitz que dejaron testimonio del horror, un legado que venció a la muerte, al olvido y que todavía estremece . El hombre hace cualquier cosa para sobrevivir. Incluso arte.


      Sobre la firma

      Alberto Amato
      Alberto Amato