Massa sale de pesca con la caña del Estado

Sergio Massa convocó a Carlos Melconian. El ministro de Economía commoditie y el candidato a presidente se encontraron, dialogaron “en buenos términos” y Massa llegó a ofrecerle “un rol destacado” si es que gana. ¿Qué hará Massa con los problemas que le deja Massa? Su jefe de asesores, Leonardo Madcur, es el único que fue anunciado oficialmente y será presidente del Banco Central. A su equipo actual le ha dicho que no nombrará a su gabinete hasta el 10 de diciembre. Si bien Massa habló de incorporar a Roberto Lavagna, el rol del ex ministro sería de consultor externo. De su actual equipo, quienes suman más fichas para sucederlo son Guillermo Michel, titular de la Aduana, y Marco Lavagna, del INDEC. Hay quienes, por otro lado, descartan que quien lo suceda sea alguien de alto perfil mediático y político: “La única estrella de su gabinete va a ser él”, le dice a Clarín uno de sus hombres de confianza. ”Sergio tiene la dosis justa de hijo de puta que se necesita para ser presidente” le dice a este diario una de las personas que lo conoce desde sus inicios en la política y cree que hará todo lo que esté a su alcance y más para convertirse en ganador.

El massismo, que tendió una ayuda al crecimiento de Milei, ahora se dedica a su destrucción y busca fracturar sus listas legislativas. Con el desembarco de Macri y Bullrich, la idea de casta quedó atrás y pueden producirse algunas deserciones que, según arriesgan desde el oficialismo, se conocerían en los próximos días.

La épica de la última etapa de la campaña será convocar a detener a Milei, a quien ubican en el borde de la democracia. Massa insiste en sumar dirigentes de la UCR a un eventual gabinete, aunque nadie cree que vaya a cometer el mismo error de Alberto, loteando su gobierno y colocando primeras y segundas líneas con terminales políticas distintas. El centro de la campaña será el llamado a la “unidad nacional”; en el bunker de UxP creen que la discusión económica quedará en un segundo plano, mientras se deleitan con la implosión de Juntos por el Cambio.

A Massa le gusta la idea de nombrar en el ministerio de Justicia a un radical, lo que no entraría en colisión con los intereses K: la principal preocupación de Cristina, su hija Florencia, ya fue sobreseída en Hotesur. “Massa va a laburar para que no la jodan a Cristina y con eso alcanza” dice a este diario un cristinista. Los dos hijos políticos de Cristina no le traerían problemas: Máximo quedó golpeado por el Yategate de Insaurralde, y en el peronismo le perdieron el miedo, no quieren que actúe como jefe político, lo que beneficia al propio Massa. En el caso de Axel, va a alinearse si Massa es presidente. Si UxP pierde la elección, la tradición señala que Axel, como gobernador de la provincia de mayor peso, debería ser quien conduzca al peronismo. Pero por ahora el “niño de oro” no muestra esa ambición y obedece con sumisión a su mentora.

Así llegamos, amigos, a que Massa es la última esperanza del kirchnerismo. “Sergio va a hacer un ajuste, pero políticamente lo va a acordar con los gobernadores”, dice un dirigente ultra K. “Su idea es un plan antinflacionario que le permita llegar bien al 2025, a las elecciones de medio término. Va a tener un respaldo cerrado de la estructura sindical y de los movimientos sociales. Eso fue lo que estuvimos discutiendo, vamos a bancar”.

¿Y cómo hará Massa con la herencia que le deja Massa? Buscará aprobar, con la discusión del Presupuesto 2024, la eliminación de algunas exenciones impositivas que le permitan tener más caja para cerrar el déficit que él mismo amplió con el "Plan Platita" de la campaña electoral. Eso, más el efecto de la inflación licuando el gasto, lo ayudarán a ordenar el resultado fiscal. Su prioridad será renegociar el acuerdo con el FMI e instrumentar un desdoblamiento que le permita una salida gradual del cepo. El equipo económico advierte el atraso cambiario pero se propone una salida gradual del cepo. “Devaluar sin dólares después de lo que vimos en agosto es un riesgo de hiperinflación. Ya vimos el traslado a precios que generó la devaluación post PASO”, dice uno de los economistas cercanos a Massa. La opción con más chances -otra vez- es la apuesta al gradualismo.