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      Una nueva síntesis desarrollista

      Populismos que perjudican al pueblo y liberalismos que desalientan la inversión productiva conforman la eterna paradoja argentina que nos condujo a esta decadencia.

      Una nueva síntesis desarrollistaMariano Vior

      La tesis del libro que acabo de publicar, “Más allá del liberalismo y el populismo. Una síntesis desarrollista para la Argentina”, no es original, sino que retoma la tradición de economistas como Rogelio Frigerio, Aldo Ferrer y Marcelo Diamand.

      En la década de los 70, estos ya postulaban la existencia de un péndulo maldito: una alternancia sistemática entre las políticas económicas populistas y las liberales financieras (u ortodoxas). Frigerio sintetizaba el punto afirmando que ambos planteos “tienen en común su anti-desarrollismo”. Populismos que perjudican al pueblo y liberalismos que desalientan la inversión productiva conforman la eterna paradoja argentina que nos condujo a esta decadencia.

      Para los sectores productivos esto implica pasar, sin estación intermedia, de un modelo financiero liberal, que plantea una apertura comercial de la economía en condiciones anticompetitivas (con atraso cambiario, alta presión impositiva, altos costos de logística y crédito a tasas prohibitivas) a un modelo cerrado, intervencionista y estatista (con atraso cambiario, alta presión impositiva, etc.).

      Este último cierra la economía para presuntamente evitar que el atraso del tipo de cambio genere daño sobre la producción local, al tiempo que conspira contra la posibilidad de exportar y de generar inversiones en escala suficiente como para generar cambios estructurales.

      Este proceso lleva a una escasez de reservas que imposibilita importar los bienes intermedios, insumos y bienes de capital necesarios para la producción. A pesar del clamor del populismo a favor del progreso industrial, estos terminan dando el tiro de gracia al proceso inversor. ¿Les suena conocido?

      Este péndulo siniestro refleja nuestro problema histórico para lograr síntesis. El enfrentamiento entre visiones contrapuestas es lo que predominó y trabó nuestro desarrollo. Avanzamos cuando pudimos conformar alternativas superadoras. Pasamos de la estéril oposición entre unitarios y federales a la de rosistas y anti-rosistas, con el resultado de mantenernos en un estado semi-institucional.

      Recién logramos una síntesis con la Constitución de 1853. Momento a partir del cual tiene lugar el proceso de crecimiento acelerado que impulsó la generación del `80. Otro raro ejemplo de superación dialéctica lo constituye Frondizi que, en 1958, en pleno auge antiperonista, hizo un acuerdo electoral y programático con el exiliado Perón. Acuerdo que en contra de lo que se suele creer no fue para ganar sino para gobernar y transformar nuestro país como nunca más se volvió a hacer.

      Nos cuesta conformar una visión compartida de país. Dificultad que atraviesa toda nuestra historia. Se necesitan consensos básicos para construir una nueva síntesis desarrollista que empuje la inversión y el empleo genuino.

      El enfrentamiento hegemónico entre EE.UU. y China y el cambio de la 4ta. Revolución Industrial, con la disrupción de la inteligencia artificial, nos desafía. Nos amenaza, pero nos ofrece grandes oportunidades, en el marco del proceso de relocalización de la producción desde Asia hacia Occidente.

      Afortunadamente el mundo continúa demandando las materias primas que tenemos y producimos: energía, minerales y alimentos. Con ellos tenemos una nueva ventana de oportunidad: disponer de los recursos externos necesarios para constituir un proceso de inversión masiva que le dé un giro copernicano a nuestra historia y nos lleve a la categoría de país desarrollado.

      ¿Se imaginan si en este escenario somos capaces de mostrarle al mundo que terminamos con el populismo en la Argentina? ¿Se imaginan si dejamos atrás todas estas regulaciones kafkianas, que ya no existen en ningún lugar del planeta, que absorben las energías de nuestros empresarios e impiden el desenvolvimiento de nuestras fuerzas productivas?

      Empecemos por movernos a un sistema similar al existente en las economías medianas capitalistas exitosas, en el que las cosas valen lo que cuesta producirlas y funcionan los mercados. Esto dejaría atrás la escasez. Afloraría una oferta que sorprendería hasta a los más optimistas.

      Es urgente equilibrar los desórdenes macroeconómicos que hay en materia impositiva, monetaria, financiera y externa.

      Es fundamental dar una fuerte señal de impulso a la inversión, promulgando una ley que garantice la seguridad jurídica, para que se vuelva a confiar en Argentina.

      Una ley que establezca que NO se puede: 1. Cerrar mercados externos de exportación con una resolución del poder ejecutivo, 2. Prohibir girar dividendos al exterior, salvo excepcionalmente en un período acotado de crisis, 3. Restringir la importación de insumos o bienes de capital.

      Son ineludibles reformas de fondo a nivel del gasto público, estructura impositiva, legislación laboral, inserción internacional, educación y promoción de la innovación. Todos saben de su necesidad, pero seguimos procrastinando.

      Necesitamos un sector privado pujante, con empresas pequeñas, medianas y grandes, que generen innovación, divisas, empleo y aumenten la productividad en todas las regiones del país, particularmente en las postergadas.

      Si logramos dejar atrás este sistema populista, y no caemos en los disparates que hizo el liberalismo oxidado, podemos encaminarnos al desarrollo. Para eso es clave que se ordene la política, superando la grieta y generando políticas estables y consensuadas pro-inversión y empleo genuino. Es decir: una nueva síntesis desarrollista.

      Dentro de pocos años, podemos estar en una Argentina que cuesta imaginar hoy, en la que las potencialidades que tenemos sean una realidad y se plasmen en mayor bienestar para todos los argentinos.

      Federico Poli es economista. Director de Sistémica. Autor de “Más allá del liberalismo y el populismo. Una síntesis desarrollista para la Argentina”


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      Sobre la firma

      Federico Poli
      Federico Poli

      Economista, ex subsecretario Pymes (2003-2006)

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