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      Todas las fotos de las familias felices

      Fotografiamos en ráfaga, compartimos posteos a repetición en las redes sociales. ¿Cuántas fotos necesitamos para contar la felicidad?

      Todas las fotos de las familias felicesSonrisas. Pasar tiempo con los seres queridos es un factor de felicidad valorado en diferentes culturas. ¿Sin foto no vale?

      Desde que los celulares se convirtieron en una máquina de fotos de bolsillo, las imágenes se reproducen a la velocidad de los gremlins bajo la lluvia (no diré más, millennials, busquen la peli).

      Lejos quedó el "momento decisivo", mezcla de azar y talento que pagaba con alguna imagen memorable. Registrar todo en ráfagas aumenta ahora las chances de una foto afortunada, pero estrena la tensión de eliminar el resto u ordenarlo. Ya no, 10 fotos sino decenas de cada instante irrepetible.

      Mi álbum lleva al menos dos años de retraso: nunca llega la hora de escoger las 10 o 20 imágenes que resumen cada vacación, viaje o acontecimiento familiar. Me gana la pereza. Si "todas las familias felices se parecen..." (Tolstoi dixit), ¿correrán las fotos de esas familias la misma suerte indistinta? 

      No sé si Marie Kondo, la empresaria del orden japonesa a la que la revista Time incluye entre las 100 personalidades más influyentes del mundo, tendrá algún consejo para lidiar con la ansiedad de elegir una versión fotográfica de la felicidad por sobre otras.

      Sospecho que no hay un modo correcto de descartar el exceso. ¿Será que nos cuesta eliminar fotos porque borrarlas sabe a perder algo propio, algo que desearíamos sin fin, atado a nuestra imagen?

      Sin respuestas aún, vale al menos no dinamitar afectos. Expertos en impacto digital conducidos por la alemana Hanna Krasnova, alertan en un estudio sobre el efecto nocivo de postear dicha en las redes sociales. El 62% de los consultados reconoció haber sentido celos o envidia frente a las fotos de vacaciones de sus excompañeros de estudios. Y "la envidia -tiña la llama un refrán- está asociada con una reducción del bienestar cognitivo y afectivo".

      2.

      Calzar las mismas botas. Tres generaciones, un oficio, en Casa Fagliano, Hurlingham. Lucas, Germán, Héctor, Eduardo y el abuelo, Rodolfo Fagliano, zapateros.Calzar las mismas botas. Tres generaciones, un oficio, en Casa Fagliano, Hurlingham. Lucas, Germán, Héctor, Eduardo y el abuelo, Rodolfo Fagliano, zapateros.

      El álbum de tres generaciones

      Hay una red, sin embargo, en la que compartir esa memoria visual une y ampara. El álbum es un homenaje a la infancia, algo fácil de entender cuando las fotos replican el universo afectivo inmediato, capaz de involucrarnos: abuelos, padres e hijos.

      Esas son, creo, las imágenes imprescindibles: tres generaciones y el juego de roles sucesivos por el cual pasamos de nietos a viejos. Las fotos que arman nuestro refugio contra cualquier intemperie.


      Sobre la firma

      Raquel Garzón
      Raquel Garzón

      rgarzon@clarin.com

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