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      En Villa Elvira, la llegada de un camión encendió la esperanza

      Es una de las zonas más afectadas por el temporal. Ayer sus vecinos recibieron por primera vez ayuda oficial.

      En Villa Elvira, la llegada de un camión encendió la esperanzaCLAIMA20130405_0111 mauricio nievas Colchones. Los vecinos de Villa Elvira, descargando el camión./mauricio nievas
      Redacción Clarín

      Para ese centenar de evacuados que esperaba en la salita de auxilio de Villa Elvira, la llegada del camión representó un gran alivio. Para ellos, fue la primera señal de que es posible escapar del desamparo al que los empujó la furia del temporal. La única ayuda oficial desde que la lluvia récord los dejó sin nada. Hasta ayer a la tarde, la “supervivencia” en el refugio dependía de la solidaridad de sus vecinos, que les acercan alimentos, les cocinan y les hacen compañía.

      Villa Elvira fue una de las zonas más afectadas por el temporal. En este barrio humilde, de casas bajas, los vecinos perdieron todo. Una de sus calles registró tres muertes en sólo dos cuadras. Y aún esperan respuestas por la desaparición de dos vecinos, de los que hasta anoche no había noticias.

      “Tengo un montón de colchones, necesito ayuda”, gritó el chofer del camión del Ejército y en minutos una docena de vecinos armaron un cordón humano para pasar, mano a mano, todas las provisiones. Con este envío también llegó harina, leche, agua mineral, azúcar y yerba. Poco después, apareció una camioneta con donaciones que habían juntado vecinos de Palermo.

      Mientras esperaban su turno, los vecinos intercambiaban sus experiencias. “El agua llegó a 1,60 metro, destruyó todo, tuve que salir desesperado a pedir ayuda”, contó Ricardo, que llegó al refugio con su mujer y su hija, y aún espera que alguna autoridad oficial se acerque a relevar los destrozos de su casa. “Nunca viví algo así. Logré salir con mi hija gracias a la ayuda de un vecino. No pude salvar nada: sólo tengo la ropa que llevo puesta”, dijo Susana. Ropa es, justamente, una de las grandes carencias de Villa Elvira.

      Cuando los grandes coordinaban el reparto, los chicos –que en la salita son mayoría– eran entretenidos por los vecinos que no fueron afectados por la inundación, pero que se ofrecieron como voluntarios. “Hace dos días que no duermo, pero no me importa, acá hay gente que la está pasando mal”, contó Sabrina Llamas, mientras terminaba de preparar los ocho kilos de arroz con pollo que van a ser parte de la cena de los evacuados, que por la noche llegan casi a 200. Cuando no cocinan, se encargan de bañar a los chicos. Sus padres pasan el día afuera, intentando recuperar algo de sus casas.

      En Villa Elvira no sólo se reclama asistencia oficial. También se pide que sus vecinos no impidan la llegada ayuda. Ayer hubo protestas con cortes de calles que complicaron el acceso. Además, cuentan, algunas camionetas fueron asaltadas en el camino.


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