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      Condena por un feroz crimen en Neuquén

      Condena por un feroz crimen en NeuquénCLAIMA20111026_0068 DOLOR. LOS PADRES DE MICAELA RECCHINI, AYER, EN LA LECTURA DEL FALLO.
      Redacción Clarín

      Héctor Antonio Cortez (29) fue condenado ayer a 23 años de prisión efectiva por el crimen de su concubina, Micaela Recchini (24) , a la que mató brutalmente en la madrugada del 14 de marzo de 2010. El asesinato fue calificado como homicidio simple por dos de los jueces de la Cámara Penal 1 (Luis María Fernández y Andrés Repetto), mientras que el tercero, Mario Rodríguez Gómez, votó por que se le aplicara el agravante de premeditación y alevosía, por el cual lo podrían haber condenado a prisión perpetua.

      El crimen no podía ser calificado como “homicidio agravado por el vínculo”, ya que a pesar de que la pareja hacía casi siete años que convivía y tenía dos hijos (seis y dos años), el Código Penal sólo permite esa figura en caso de casamientos legales.

      Héctor Antonio Cortez y Micaela Recchini se conocieron en 2002, en la ciudad petrolera de Rincón de los Sauces, ubicada al norte de la provincia de Neuquén.

      Poco después se juntaron y tuvieron dos hijos. Según allegados, los primeros años de la pareja fueron felices, pero después él comenzó a golpearla por celos enfermizos.

      En marzo de 2010 habían decidido separarse, aunque seguían viviendo en la misma casa. El sábado 13 acordaron ir por separado a la inauguración de un local bailable. En la madrugada, ella se fue a la casa de una amiga y lo llamó por teléfono para que la fuera a buscar.

      Cortez llegó con su auto, pero en vez de llevarla a su casa, se dirigió a un barrio periférico, donde primero la golpeó a puñetazos y luego la mató de tres golpes terribles aplicados con un elemento contundente (que nunca pudo ser encontrado).

      Según la causa, Cortez le pegó con una maza hasta matarla.

      Una vecina vio la golpiza y declaró que ella le gritaba a Cortez que la dejara, que ya la había matado. Pero el hombre ni siquiera la miró y antes de subirse al auto para irse del lugar, volvió, le pegó una patada a Micaela (que esta tirada en el piso) y le dijo: “Más vale que no me denuncies, hija de puta”.

      La familia de la víctima se mostró conforme con la sentencia de 23 años de cumplimiento efectivo. Sin embargo, estudian la posibilidad de apelar para que se le aplique la calificación de premeditación y alevosía.