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      Crónica de tres edificios modernos en París

      Los Palacios de Chaillot, de Iena y de Tokio, ubicados justo enfrente a la torre Eiffel, dan cuenta de una modernidad que fue más afín con la continuidad de la historia que con su ruptura.

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      Redacción Clarín

      En uno de los lugares más lindos de Paris, la colina de Chaillot, justo enfrente a la torre Eiffel, y al otro lado del Sena, tres grandes edificios, los Palacios de Chaillot, de Iena y de Tokio, respectivamente dan cuenta de una modernidad que fue más afín con la continuidad de la historia que con su ruptura. Todo comenzó a mediados de la década del ´30, cuando se inician los preparativos para la que fue la última de las exposiciones internacionales de París, dedicada a las “Artes y Técnicas aplicadas a la Vida Moderna”. El nombre parece decirlo todo, pero la exposición inaugurada el 25 de Mayo de 1937, terminó clausurando una idea de “moderno” que no pudo resistir a la maquinaria destructiva de la Segunda Guerra Mundial.


      Transcurridos diez años después de que en la Exposición de Artes Decorativas de 1925 se hubiese consagrado el Art Decó y Le Corbusier hubiese presentado el pabellón de L´Esprit Nouveau, el maestro suizo todavía no había llegado al encargo público y el Art Decó ya estaba agotado. Es el momento en que lo “moderno” está definido por un proyecto que bascula entre la elegante desornamentación loosiana y el “grandeur” del clasicismo francés. Y así, aunque con particularidades y variaciones, van a ser proyectados los tres edificios –palacios en el más estricto sentido de la palabra- para exponer la “vida moderna”. El moderno que proponen es heredero directo del refinamiento constructivo y de la precisión programática del proyecto Beaux Arts; pero al mismo tiempo es un impresionante esfuerzo por encontrar un lenguaje modernizado, plegado a los cambios que estaban experimentando el arte, la cultura y la técnica, pero sin renunciar al sentido de elegancia y grandeza con que se representaba a sí misma la alta burguesía francesa.


      El segundo edificio, el Palacio de Tokio, destinado a Museo de Bellas Artes, fue adjudicado por concurso –en el que participaron Tony Garnier, Le Corbusier y Robert Mallet-Stevens- a los arquitectos Jean-Claude Dondel, André Aubert, Paul Viard y Marcel Dastugue en 1934. La organización es parecida a la de Chaillot, dos pabellones separados por un vacío, y una serie de explanadas, fuentes y escaleras que vinculan la calle y la orilla del río. Pero Tokio se pliega a una geometría más severa que Chaillot, y el vacío central está cubierto con un propileo de escala monumental. El tercer edificio es el más raro. Destinado a Museo de Trabajos Públicos, le es encomendado a Auguste Perret, que si bien no pertenece, ni generacional ni estilísticamente a los modernos ortodoxos, sus trabajos en hormigón armado no solo preparan el gusto para el moderno crudo de la posguerra sino que influyeron directamente en el trabajo de Le Corbusier. Iena es un ejemplo admirable de articulación entre la lírica material del hormigón exhibido y la idea de clasicismo que guío las producciones para la exposición del ´37. Sin embargo no tuvo la suerte de los otros dos edificios. Recién pudo ser inaugurado en 1939, y los trabajos terminaron en 1962, bajo la dirección de Paul Vimond, discípulo de Perret, que había muerto en 1954.


      La exposición se inauguró en la fecha prevista, pero no tal como se esperaba: En medio de la fuerte crisis que cubría Europa, el dinero escaseaba, sucesivas huelgas retrasaron los trabajos, y finalmente, los únicos pabellones terminados para la inauguración fueron el de Alemania y el de la URSS. No fue una inauguración feliz. Unos años después, durante el breve viaje que Hitler realiza a París en 1934, elije justamente a la explanada de Chaillot para hacer su sombría serie de fotografías. Para cuando finalizó la guerra, el moderno clasicista había perdido la batalla. La vida dio un vuelco, el Moderno “moderno” lo dominó todo, y la crítica primero, y la historia después, se olvidaron de Chaillot, de Iena y de Tokio.


      Palacio de Chaillot


      Autores: Louis-Hippolyte Boileau, Jacques Carlu y León Azema. Construcción: 1935 – 1937. Ubicación: 1 place du Trocadero, Paris, Francia.


      Jardines del Trocadero


      Autor: Roger-Henri Expert. Construcción: 1937. Ubicación: 1, place du Trocadero, Paris, Francia.


      Palacio de Tokio


      Autores: Jean-Claude Dondel, André Aubert, Paul Viard, Marcel Dastugue. Construcción: 1934 – 1937. Refuncionalización: Anne Lacaton, Jean-Philippe Vassal, 2001 – 2002. Ubicación: 11 / 13 avenue du Président Wilson.


      Palacio de Iena


      Autor: Auguste Perret. Construcción: 1937 – 1943. Completamiento: Paul Vilmond, 1960 – 1962.