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      Estuvo 17 años prófugo por el crimen de un psicólogo y su paciente, pero no irá preso

      La causa contra Mauricio Suárez prescribió en septiembre. Esta semana, el acusado de asesinar a Flavio Piottante y Analía Libedinsky reapareció en un paso fronterizo.

      Estuvo 17 años prófugo por el crimen de un psicólogo y su paciente, pero no irá presoMarcelo Suárez en una foto de 2006. Reapareció ahora, luego de que la causa en su contra fuera archivada. Foto Archivo

      El 7 de agosto, en el puente internacional Salvador Mazza, en Salta, no fue un día más. Hasta allí llegó Mauricio Javier Suárez (49), prófugo desde hacía 17 años por ser el único sospechoso del doble crimen del terapeuta Flavio Piottante (39) y su paciente Analía Estrella Libedinsky (30) ocurrido en 2006.

      La historia no termina con final feliz. Y otra vez, las prescripciones del derecho penal se vuelven protagonista. Es que cuando Suárez presentó su DNI ante personal de Gendarmería Nacional para cruzar a Bolivia sabía que se saldría con la suya

      El ex empleado municipal estuvo solo unos minutos detenido hasta que recuperó la libertad. ¿El motivo? La orden de captura internacional no estaba vigente, le explicó la Unidad Fiscal de Homicidios de Mendoza a las autoridades salteñas.

      A su vez, los gendarmes corroboraron en el Sistema Federal de Comunicaciones Policiales el oficio del 21 de octubre de 2022 donde se dejaba sin efecto la detención del sospechoso.

      Esta situación se dio porque la causa fue archivada por la jueza María Cristina Pietrasanta debido que operó la prescripción de la acción penal desde el 15 de septiembre de 2022. Por eso, no podrá ser condenado ni ir preso. De esa manera, la Justicia que esperaban los familiares de las víctimas no llegó nunca

      El psicólogo Flavio Piottante, asesinado por la ex pareja de su 
 novia. Foto ArchivoEl psicólogo Flavio Piottante, asesinado por la ex pareja de su novia. Foto Archivo

      La gran duda es cómo pasó desapercibido durante casi dos décadas. Siempre se sospechó que tuvo protección del poder político para que no lo encontraran. Suárez tenía todos sus movimientos calculados. Tras 17 años oculto reapareció en el paso fronterizo cuando ya podía cruzarlo. Por su parte, ese mismo lunes a la mañana su abogado Martín Ríos se presentó ante la Fiscalía N°18 de Mendoza, a cargo de Claudia Ríos, para pedir el teléfono de la Unidad Fiscal de Homicidios.

      El letrado tenía como objetivo que las autoridades del puente internacional Salvador Mazza se pusieran en contacto con la Unidad para que confirmara que ya no tenía efecto la captura internacional.

      La investigación pasó por las manos de cuatro fiscales que juntaron pruebas incriminatorias que señalaban a Suárez como el único asesino. Siempre lo ubicaron el día del crimen, el 12 de julio de 2006, en las inmediaciones del consultorio del psicólogo, ya que su celular se había activado en la zona. 

      Analía Libedinsky era paciente, pero también alumna de Piottante, con quien tenía una relación. Foto ArchivoAnalía Libedinsky era paciente, pero también alumna de Piottante, con quien tenía una relación. Foto Archivo

      A lo largo de estos años, la información sobre su posible paradero lo ubicaba en San Juan, San Luis, Buenos Aires y Chile, pero nunca lo hallaron. Vivió estos 17 años sin dejar rastros que pudieran facilitarle a la fiscal Ríos, la última en investigar, el lugar donde se escondió.

      Lo último que se sabía de su paradero es que después del hecho se juntó en un bar de la calle Arístides con el entonces funcionario provincial y hoy secretario de Obras y Servicios Públicos en la municipalidad de Godoy Cruz, Diego Coronel. Le dijo que se había "mandado una cagada y me tengo que ir del país" y desapareció. El amigo dio aviso a la Justicia de esa charla. 

      El caso

      Al dúplex de Barcala 484 se dirigió Libedinsky para tener sesión con su psicólogo Piottante el 12 de julio de 2006. Pero lo que parecía ser un vínculo profesional terminó destapando uno sentimental. Ese día habían tenido sexo, antes de que Suárez los mate. 

      La joven, alumna suya de la carrera de Ceremonial en la Universidad Aconcagua, iba tres veces por semana a la cita con su terapeuta y marcaba esos encuentros con corazones rojos en su diario íntimo. Un protector femenino que usaba ella ese día contenía semen de Piottante, según los peritajes.

      Mientras tanto, él estaba de novio con Andrea Troncoso, quien había estado en pareja con Suárez -el único sospechoso del doble crimen- y tenía un hijo de tres años con él. Ese día Troncoso lo llevó en auto a Piottante hasta el consultorio.

      El terapeuta había armado un loft en el departamento: atendía abajo y tenía su habitación arriba. La había conocido a Troncoso, que también era psicóloga, porque era su compañera de trabajo en la Penitenciaría de Boulogne Sur Mer.

      El consultorio donde ocurrieron los crímenes. Foto ArchivoEl consultorio donde ocurrieron los crímenes. Foto Archivo

      Luego de que el terapeuta ingresó al consultorio, se sospecha que Suárez apareció en el departamento para matarlo por celos. Pero al encontrarse con la paciente la asesinó para asegurarse su impunidad. El hombre falleció tras recibir dos tiros: uno en el tórax y otro en el cuello. A ella la habían golpeado en la cara y luego la habían estrangulado hasta matarla.

      Como el psicólogo no había ido a trabajar al consultorio de la Penitenciaría de Boulogne Sur Mer y no respondía a los llamados, su madre, la concertista de piano Beatriz Llin, usó una llave de emergencia para ingresar en la vivienda de su hijo y encontró los dos cadáveres vestidos. Estaban tirados en el piso, uno muy cerca del otro.

      Cuando los investigadores entraron a la casa encontraron debajo de la puerta principal una nota de Troncoso donde mencionaba su preocupación porque no podía ubicarlo hacía horas.

      Hacía pocos meses que Troncoso y el único acusado por el crimen se habían separado. Cuando eran pareja habían compartido reuniones y cumpleaños con el psicólogo y sus anteriores novias.

      El lunes 17 de julio, Suárez debía declarar en la Unidad Fiscal de Delitos Complejos pero nunca llegó. El día anterior abandonó su Fiat Uno en las inmediaciones de la Terminal, en Guaymallén, y desapareció. Hasta ahora.

      Colaboró: Roxana Badaloni (Corresponsal en Mendoza)

      AS


      Sobre la firma

      Mara Resio
      Mara Resio

      Redactora y host en Clarín. Abogada (UBA) y periodista (TEA). Trabajó en Redes del diario, el Poder Judicial, como columnista radial y colaboradora de diversos medios. Egresada de los posgrados de Periodismo de Investigación (Univ. Salvador) y Derecho Penal (Univ. Salamanca, España). Fue docente titular de Periodismo Judicial y Policial (ETER), y ayudante de segunda y alumna de Elementos de Derecho Penal y Procesal Penal (UBA). Coautora de "Aunar: relatos de voces indómitas” (Inguz). mresio@agea.com.ar

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