“Tengan códigos, no se regalen”: el karma del motochorro

"Pedazos de giles, tengan códigos en la calle, no se regalen. No le pueden pegar así a una mujer para sacarle una mochila con ropa de nenes, después sus familias lloran cuando los matan, ya me voy a enterar quién fue, con la familia no se jode".

El 22 de junio de 2020, Brian Ezequiel Cendra publicó en su Facebook ese comentario y compartió una captura de pantalla de su celular en la que mostraba un diálogo con su mamá, que había sido víctima de un violento asalto.

"Hola, me quisieron robar. Me dieron un cañazo en el ojo", anunciaba ella, que le pasó la foto con el moretón y la hinchazón.

En los comentarios, y ante las preguntas de sus amigos, abundó: "Le rastrearon una mochila a mi mamá y le pegaron". Y agregó un par de advertencias en dirección a los delincuentes: "En la que me entere quiénes son, los hago pelota" y "altas ratas... ya se van a regalar".

Todo había ocurrido en las calles Rodolfo López y O'Higgins, en Bernal Oeste, partido de Quilmes. A cinco kilómetros de distancia, tres años y medio después, Cendra terminó muerto cuando quiso asaltar a un hombre que resultó ser un policía bonaerense.

Sucedió este martes, a eso de las 17, en la esquina de Victoria y Coronel Lynch, al sur del Conurbano. Según quedó registrado por una cámara de seguridad, a la que accedió Clarín, los motochorros aprovecharon la detención de los vehículos por un semáforo y rompieron el vidrio del acompañante del segundo auto ubicado en la fila, de donde robaron una cartera.

Envalentandos por el éxito, quisieron hacer lo mismo con otro coche que estaba detrás, pero el que manejaba era un oficial subayudante de la Policía bonaerense, de 31 años, quien sacó su pistola y le disparó a Cendra en el cuello.

El joven fue trasladado en ambulancia hasta un hospital cercano, donde murió a causa del balazo. Su cómplice, que había esperado toda la secuencia a bordo de la moto, escapó rápidamente por la vereda, en dirección opuesta a los vehículos.

El fiscal Jorge Saizar, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 del Departamento Judicial de Quilmes, resolvió que las pericias queden a cargo de la Prefectura Naval Argentina (PNA) y consideró que el agente actuó en legítima defensa, por lo que no adoptó temperamento alguno en su contra.

Según pudo averiguar Clarín, a Cendra lo habían condenado a tres años de prisión de ejecución condicional por un "robo con arma de fuego con aptitud incierta para el disparo, en concurso real" cometido en 2018.

Además, en 2019 fue elevada a juicio otra causa en su contra por "desarmado de moto" (infracción a la Ley 25.761), mientras que este año fue imputado por "resistencia a la autoridad"

En su Facebook, Cendra solía subir selfies con distintas frases: "En la vida se cosecha lo que se siembra", "La libertad está en ser dueños de nuestro propio destino" y "Cada uno tiene su historia, yo estoy acá para aprender, no para juzgar". Este jueves su familia lo despidió en un cementerio.

EMJ