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      Disputa entre narcos: Una pelea por 6 kilos de cocaína, detrás del secuestro de una joven

      A la salteña Marisel Tarifa (26) la tuvieron cautiva cinco días en Córdoba. Exigían US$ 150 mil. Su madre, que estuvo presa 3 años por narcotráfico, reveló que la chica había viajado a cobrar una venta de drogas.

      Disputa entre narcos: Una pelea por 6 kilos de cocaína, detrás del secuestro de una jovenCLAIMA20130216_0137 FACEBOOK La hija y la madre. Marisel Tarifa en Puerto Madero, en una foto tomada poco antes de su secuestro. A la derecha, su madre, Isabel Cardozo, quien destapó la verdad del caso. /FACEBOOK
      Redacción Clarín

      El secuestro de una joven salteña que fue rescatada tras cinco días de cautiverio en la provincia de Córdoba tiene dos facetas. Una, de certezas. Otra, de interrogantes, algunos de los cuales ya se empezaron a responder. A las sospechas iniciales sobre la relación del caso con el universo del narcotráfico, ahora se sumó la confirmación de que en el medio hubo una disputa por 6 kilos de cocaína.

      En la madrugada del martes, la salteña Marisel Tarifa (26) fue rescatada por la Policía cordobesa y una brigada de Antisecuestros de la Federal en una precaria casa ubicada en Chiclayo y Defensa, en el barrio Villa Libertador, en Córdoba. Estaba debajo de una cama, en una habitación casi abandonada. Le habían pegado y en el lugar había un juego de esposas.

      La madre de la chica, Isabel Cardozo, había hecho la denuncia del secuestro en Capital Federal tras recibir un primer llamado extorsivo donde le exigían 150.000 dólares. Si bien en un principio la mujer fue escueta en los detalles, según dijeron fuentes del caso a Clarín, luego se quebró: contó que su hija había viajado a Córdoba a cobrarle una deuda a un hombre al que identificó como Matías, quien le debía dinero por una venta de 6 kilos de cocaína en la que ella había hecho de intermediaria.

      ¿Por qué secuestraron a Marisel? Los investigadores no lo tienen claro, pero saben que en el medio hubo una disputa por la droga.

      Marisel –que dice ser estudiante– y su madre habían llegado desde Salta a visitar familiares en la villa 1–11–14, en el Bajo Flores porteño. Luego, la chica viajó a Villa Allende y allí fue secuestrada en la noche del 5 de febrero.

      La primera versión que dio su madre a la Justicia fue que la chica había viajado junto a unos amigos y que su objetivo era cobrar un dinero que le adeudaban por una venta de ropa. Pero luego Cardozo reconoció haber intermediado en una transacción de drogas.

      Durante el operativo en el que los policías rescataron a la chica, cayó detenido un joven identificado como Carlos Carranza, de 26 años, con antecedentes por robo. El estaba a cargo de vigilar y custodiar a Marisel en la casa de Allende.

      En otro allanamiento fueron detenidas dos mujeres, de 26 y 37 años (una de ellas, con antecedentes), quienes se ocuparon de vigilar a la chica en otra de las casas usadas para el secuestro.

      Un cuarto detenido fue identificado como Matías Maretto, de 28 años, que tiene antecedentes por narcotráfico, según dijo una fuente del caso a Clarín. Es quien debía encontrarse con Marisel para pagarle el dinero.

      Según contó luego la joven, ella llegó a reunirse con Maretto en una estación de servicios de Villa Allende. Cuando estaba alejándose de allí junto a él en un auto, otro coche con tres hombres se les cruzó en el camino. A Marisel se la llevaron secuestrada en uno de los vehículos y a su contacto, en el otro.

      Las dudas de los investigadores empezaron con los antecedentes de su madre. Cardozo –divorciada, cinco hijos– dijo ser vendedora de ropa. Pero luego se supo que había cumplido una condena entre 2005 y 2008 en el penal de Ezeiza por narcotráfico. La mujer tiene una casa en Salta capital y otra en Pocitos. Nada cerraba.

      Los interrogantes se sumaron con una de las primeras llamadas extorsivas. La propia Marisel se comunicó desde su celular con su madre, pidiéndole que juntara el dinero para pagar el rescate. Por eso incluso llegó a bajarse la hipótesis de que todo se tratara de un autosecuestro.

      En el interín, Cardozo –que por ahora sigue libre– llegó a viajar a Salta con una comisión de la división Antisecuestros de la Federal para intentar reunir los 150.000 dólares del rescate.

      Tres fuentes del caso aseguraron que la hipótesis más firme es que no sólo la madre está involucrada en el narcotráfico, sino que su hija también lo estaría. Y que la joven sabía bien con quién debía reunirse y para qué, porque ya lo conocía.

      Lo que también sospechan los investigadores es que los secuestradores nunca se imaginaron que Cardozo podía denunciarlos.


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