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      Una “mancha” para la comisaría que había ganado una Copa

      A la seccional 54° la habían premiado el año pasado por dar el "mejor servicio a la comunidad".

      Una "mancha" para la comisaría que había ganado una Copa5-1-17 pol, comisaria 54 foto silvana boemo
      Redacción Clarín

      Por Mariano Gaik Aldrovandi

      El ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, tiene desde ayer un nuevo retrato en la recepción de la comisaría 54°. En la pared ya no quedan rastros del petardo que hizo volar su cuadro, pero el estallido parece seguir retumbando en cada rincón.

      En la seccional de la calle Basualdo 165, en Villa Luro, no ocultaban su malestar por lo que definieron como una “travesura” de los tres suboficiales que atacaron una foto de Ocampo y lo difundieron por WhatsApp a través de un video.

      Según pudo saber Clarín, la grabación llegó a la comisaria Roxana Corbo durante la celebración de Año Nuevo. La jefe de la dependencia prefirió no hablar del hecho. No obstante, desde su entorno aseguraron que se encuentra muy “dolida” por la situación.

      Entre el personal de esa comisaría también había bronca por la “broma”. El año pasado habían ganado la Copa "Al mejor servicio a la comunidad”, entre los ocho establecimientos que comprenden la jurisdicción 6°. Ese trofeo se exhibe en el patio interno de la comisaría, la última inaugurada en la Ciudad de Buenos Aires, en octubre de 2015. Y, de alguna manera, el atentado al cuadro de Ocampo opaca ese reconocimiento.


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      “Es una mancha que nos costará trabajo borrar”, admitió un agente. Pero además de la reputación, otros también temieron por su futuro laboral. “No midieron las consecuencias. Esto nos pudo perjudicar la carrera a todos”, dijo un ex compañero de los policías separados.

      Los responsables del ataque al retrato del ministro eran los más jóvenes de la seccional. Es por eso que vinculaban el hecho a una mala jugada de su “inexperiencia”. En ese sentido, desmintieron que se haya tratado de un mensaje mafioso, como fue interpretado en el Gobierno, aunque se mostraron de acuerdo con la sanción que se les impuso.

      Ocurre que el estallido del petardo sobre el cuadro de Ocampo sucedió en medio de la interna por la unificación de parte de la Policía Federal con la Metropolitana para conformar la Policía de la Ciudad. “En otro contexto igual los hubieran echado, pero no hubiera tomado tanta trascendencia”, dijo un experimentado oficial que todos los días recorre las calles de Villa Luro.

      Si bien entre los integrantes del plantel de la 54° hay quienes muestran dolor por dejar la Federal, nunca hubo quejas explícitas por el traspaso. Es más, a diferencia de otras dependencias, en el barrio no hubo recursos judiciales para reclamar una indemnización por la medida.

      Según expresaron en su entorno, los implicados, “están arrepentidos” y “pidieron disculpas” a sus superiores. De todos modos, sus carreras dentro de la Policía Federal y de la Ciudad apenas duraron dos años. Y ahora deberán enfrentar una causa en las que se los imputa por “daño agravado” y “amenazas”.