Secuestro de la hija del dueño de Ossira: detuvieron al custodio

El secuestro de Inés Sterlicchio (18), hija del dueño de la marca de ropa femenina Ossira, sumó un nuevo detenido. Este miércoles a la mañana arrestaron a Raúl Romero (24), custodio de la víctima, que quedó complicado por el cruce de llamados con su hermano, acusado de haber sido el autor material del hecho.

El vigilador había recibido un balazo durante el secuestro, en una presunta pelea con el delincuente, pero ya estaba dado de alta y en su casa. Su hermano José (28) fue detenido el martes, después de 48 horas prófugo. Estaba escondido debajo de un puente sobre la ruta 8, camino a la localidad santafesina de Bigand.

Hasta ahora el fiscal federal de San Nicolás, Matías Di Lello, había sido cauteloso respecto de la situación del custodio y sólo lo había citado a declarar como testigo. Es que el relato de Inés, la víctima del secuestro, lo había dejado bien parado: la adolescente no notó ningún movimiento sospechoso que lo hiciera parecer cómplice.

Pero el análisis de las comunicaciones de los celulares dejó al descubierto llamados entre Raúl y su hermano. Las pericias sobre el teléfono del custodio terminaron de cerrar el círculo y finalmente el vigilador quedó detenido. 

Inés es la hija menor de Luis "Beto" Sterlicchio, dueño de la marca de ropa Ossira, una de las más importantes del país. Fue capturada el domingo a la madrugada, cuando regresaba de la casa de su novio custodiaba por el menor de los Romero. Estuvo cautiva alrededor de dos horas. Primero en el Jeep de su familia, que más tarde apareció incendiado, y después en el baúl del Ford Falcon que estaría registrado a nombre del hermano del vigilador.

Fuentes del caso señalaron que el secuestrador pidió un rescate de un millón de pesos, aunque finalmente negoció una cifra menor que no trascendió.

El empresario dejó la plata en el lugar indicado, pero el secuestrador nunca llegó a buscar el botín. Los investigadores creen que le falló el auto y, al ver que sus planes fracasaban, decidió liberar a la víctima en el barrio Güemes.

El primer indicio que apuntó a los hermanos Romero fue el Falcon, que aparecía en las redes sociales del custodio y de su hermano José. No es un auto difícil de reconocer por su antigüedad y porque tiene dos rayas negras que intentan hacerlo parecer de competición. Esas características fueron detectadas por la víctima.

Para la Policía se trató de un secuestro "muy descuidado" que se concretó con "torpeza". Por eso nunca pensaron en una banda organizada ni en un golpe planeado. 

Hasta ahora la hipótesis del hecho, con los datos recolectados al momento, es que el custodio aportó la información sobre la hora de regreso de la víctima para que su hermano José estuviera en la puerta del caserón de la familia Sterlicchio.