El trágico final de “Pepo” Loira, el prefecto, y la caída de “Pepo” Pogonza, el bandido

Al prefecto Rafael Carlos Loira lo conocían como "Pepo". De chico, sus abuelos y tíos abuelos le decían así. Le quedó para siempre. A Lucas Matías Pogonza también lo llaman con el mismo apodo. En las últimas horas, el destino de ambos se unió de manera trágica, pero desde veredas totalmente opuestas.

"Pepo" Loira, ayudante de segunda de la Prefectura Naval Argentina, de 49 años, había comenzado hace poco tiempo con un emprendimiento familiar en el que repartía frutas y verduras para llegar a fin de mes.

En eso estaba el lunes a la noche en Villa Fiorito, Lomas de Zamora, a bordo de su Renault Duster, cuando una banda de delincuentes que se movía en un Chevrolet Corsa lo asesinó de un balazo en el abdomen.

Uno de esos ladrones, según los investigadores, era "Pepo" Pogonza (26), señalado como quien manejaba el auto gris, el "bandido", como lo llamaban a él y sus hermanos en las redes sociales.

El sospechoso, al igual que dos de sus cómplices, ya identificados y conocidos como "Tarta" y "Pulguita", vive en la villa La Cava, un asentamiento de Fiorito que se llama igual que el ubicado en Beccar, San Isidro. Son vecinos de la víctima.

"Pepo" Pogonza tiene antecedentes por intento de homicidio y resistencia a la autoridad del 14 de marzo de 2019.

Lo detuvieron el martes en un pasillo de General Paz al 1600, esquina Ejército de los Andes. Es a 250 metros de donde fusilaron al prefecto y un lugar bien conocido por los investigadores: allí vivían sus hermanos Lautaro y Kevin, también ligados al mundo del delito.

Este miércoles Pogonza declaró ante la fiscal Carla Furingo, de la UFI 1 de Lomas de Zamora. Según pudo saber Clarín, dijo no saber por qué estaba siendo indagado y contó lo que hizo el día del hecho, aunque negó su participación.

La noche pasada, se realizaron allanamientos en su casa y en lo de su cuñada, donde secuestraron dos armas de fuego, calibres 38 y 380. Ahora van a hacer un cotejo para determinar si alguna fue la utilizada para matar al prefecto.

Lautaro Pogonza (18) terminó muerto de un tiro en la cabeza el 24 de junio de 2022 en un pasillo de la calle Islandia al 400, en la misma villa. Quiso robarle a un hombre, que resultó ser un policía y lo mató.

Esta causa fue archivada, ya que el fiscal Gerardo Loureyro (UFI 3 de Lomas de Zamora) consideró que el oficial actuó en legítima defensa y lo sobreseyeron.

Sus familiares y amigos lo recuerdan permanentemente en distintas publicaciones en Facebook. En la tumba de "Tiki tiki" dejaron una foto suya en un portarretratos, acompañada de varios elementos, entre ellos un revólver.

"Siempre te vamos a recordar como el verdadero plaga, gato", le escribieron. En el barrio hasta le hicieron un mural.

Kevin Pogonza (23) está detenido por un intento de homicidio del 20 de enero pasado. Los detectives aseguran que "Chispita" se encuentra con prisión preventiva.

También en este caso intervinieron agentes de la comisaría quinta y la misma fiscal, Furingo.

"El domingo cumplimos 28 años de estar juntos y yo me estaba tomando los martes para descansar. Íbamos a festejar el martes por el tema del trabajo, pero bueno, estoy festejando otra cosa, me quedé sola realmente, no pensé que iba a quedarme sola", aseguró Sonia Silva (48), la viuda de la víctima.

Loira tenía dos hijos: una chica de 19 años y un adolescente de 15. Había ingresado a la Prefectura el 1° de septiembre de 1998. Su familia lo despidió este miércoles en el cementerio de Lomas de Zamora.

El crimen del prefecto Rafael Carlos Loira

El lunes último, el prefecto llegó a su casa de su turno en la Dirección de Operaciones y Protección Ciudadana y volvió a salir: "Dejá que yo hago los repartos", le dijo a su esposa.

"Como atención, para sostener las ventas, hacía reparto a los más conocidos del barrio. Rafael había ido a cuatro cuadras del negocio, acá nomás", afirmó Rubén Silva, su cuñado.

El prefecto estaba en la puerta de la casa de la vecina, con quien había intercambiado mensajes de texto. Eran las 22.07 cuando las cámaras de seguridad lo detectaron al pasar.

En la esquina de Mario Bravo y Ginebra, un Chevrolet Corsa se cruzó y bajaron al menos tres ladrones. Loira sacó la pistola y se defendió, pero recibió un disparo en el abdomen.

"Vení, vení que le dispararon a 'Pepo'", escribió la clienta para advertirle a Sonia que su marido estaba herido. Poco más tarde se confirmaría la peor noticia.

EMJ