De Obama a Sarkozy: “Tenemos que aprender” de la reelección de Cristina

El recibimiento protocolar del presidente francés, Nicolás Sarkozy, fue tan frío como el clima invernal que invadió ayer las paradisíacas playas de Cannes que enmarcaban la escena. Pero una vez en el Palacio de los Festivales, Cristina sintió temperaturas más agradables, al calor de las felicitaciones que le dedicaron por su reelección varios colegas poderosos. El primero de la lista fue Barack Obama –le seguirían la alemana Angela Merkel y el británico David Cameron–, en un gesto que aquí se interpretó como un aviso de su predisposición para recomponer relaciones, a partir de la audiencia bilateral programada para esta tarde con la Presidenta.

“Bueno Nicolás, todos tenemos lecciones que aprender”, le dijo Obama a Sarkozy mientras se acercaba a Cristina Kirchner para saludarla por su amplio triunfo. La anécdota no sería completa sin hacer referencia a las serias dificultades que afrontan ambos mandatarios para renovar sus respectivos mandatos el año próximo.

Según fuentes oficiales, Cristina apuntará a encarrilar las relaciones a partir de la reciprocidad. La parte argentina retomaría las negociaciones pendientes para cumplir con las deudas que reclama el Club de París y para hacer frente a los reclamos de empresas estadounidenses ante el CIADI, el organismo del Banco Central que dirime las disputas por inversiones internacionales. A cambio, la Presidenta le solicitaría a Obama que neutralice los fondos buitres, a los que el Gobierno atribuye el interés de perjudicar al país tras negarse a entrar con sus bonos en el último canje de la deuda soberana.

De hecho, el voto contrario de los Estados Unidos para que el Banco Mundial y el BID aprueben créditos para la Argentina, último episodio de la cadena de desencuentros, fue atribuido a un lobby cruzado entre las empresas que mantienen demandas ante el CIADI básicamente Azurix y Blueridge– y los holdouts de l American Task Force Argentina.

Los pleitos por la baja de contrato de privatizadas orillan los 400 millones. La defensa jurídica de la postura argentina está a cargo de la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona, subida a la delegación . Los bonistas norteamericanos dicen ser acreedores por 3.500 millones de dólares y suelen generarle dolores de cabeza a Obama cada vez que comparan ese monto con los “escasos” 360 millones que le corresponderían a Washington por la deuda con el Club de París.

Hay un objetivo en torno al interés de corregir el costado financiero de las fricciones con EE.UU.: de despejar las trabas para que el país pueda retornar al mercado internacional en caso de que los coletazos de la crisis global lo aconseje.

Del lado de EE.UU., aunque no transcendió en Cannes más que la intención de hacer borrón y cuenta nueva en los vínculos diplomáticos –nadie mencionará la incautación del avión de la Fuerza Aérea de ese país, en febrero, en Ezeiza-, se espera que vuelque en la bilateral un asunto como el del peligro terrorista que le adjudica al régimen de Irán. Con Teherán, lo último que mostró Cristina fue una apertura para aceptar el ofrecimiento de una vía de diálogo por la controversia en torno al caso AMIA.