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      Caso Ledo: la cuñada de Milani aportó datos en Córdoba

      Según afirmó la hermana del soldado desaparecido en 1976, Clara Waite -hermana de la esposa del jefe del Ejército- declaró ante el juez Filoñuk que en la familia había preocupación por la vinculación de Milani con una desaparición.

      Redacción Clarín

      “No queremos indemnización. Ni los huesos. Con mi madre, hace 39 años que queremos Justicia”; le dijo a Clarín, Graciela Ledo, la hermana del soldado Alberto Agapito Ledo, por la que es investigado el jefe del Ejército, teniente general César Milani.

      Ayer, la hermana de Ledo viajó desde La Rioja a Córdoba para entrevistarse con Clara Waite, la cuñana de Milani; quien declaró espontáneamente ante la fiscal federal cordobesa Graciela López de Filoñuk sobre el caso Ledo.

      Pese a no estar presente durante la audiencia de ayer, tras la declaración, ambas mujeres se reunieron y la cuñada del jefe del Ejército le relató que “en su familia estaban preocupados porque Milani estaba implicado en la muerte de un soldado en Tucumán”, aseguró Graciela Ledo.

      El soldado Alberto Ledo, un militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) fue secuestrado de la cuadra que el Batallón 141 de Construcciones tenía en la localidad tucumana de Monteros la noche del 17 de junio de 1976.

      El entonces capitán Esteban Sanguinetti en persona sacó a Ledo en tres oportunidades a “hacer una recorrida por la zona”, con el pretexto que allí operaba una célula del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

      Dos semanas después, el 4 de julio de ese año, preocupada porque su hijo no se comunicaba con ella, Marcela Brizuela de Ledo, viajó a Monteros, en el monte tucumano. El Ejército le informó oficialmente que su hijo “había desertado”. Ese informe lo firmó el entonces subteniente Milani.

      El fiscal federal tucumano Carlos Brito acusó al jefe del Ejército por encubrimiento y falsificación de documento público, ya que el entonces subteniente Milani participó del secuestro, asesinato y desaparición del soldado Ledo y además de la falsificación del acta presentada.

      Graciela Ledo le dijo a Clarín que la testigo le contó que un familiar íntimo le había confiado hace treinta años: “Estoy enfermo, mal de salud y mal moralmente, por lo que está pasando con Milani”. Lo que sucedía era una citación de la Justicia Militar por el asesinato de un conscripto. Y que acudieron a otro familiar con relación con el general (Luciano Benjamín) Menéndez para solucionar el tema”, señaló Ledo.

      Precisamente, ayer, durante poco menos de una hora, Waite le detalló a la fiscal federal López de Filoñuk –remitirá la declaración a su colega tucumano Brito-, que a principios de noviembre de 1985 la Justicia Militar le habría enviado una citación a Milani por el asesinato de un conscripto en el monte tucumano durante la pasada dictadura militar.

      Clara Waite, una ex militante peronista de los 70 –luego diputada provincial delasotista en los 90- es la cuñada del jefe del Ejército, teniente general César Milani.

      La testigo precisó que su padre, el mayor del Ejército, Manuel Alberto Waite Figueroa, le contó su preocupación porque había llegado una citación de la Justicia Militar por el asesinato de un conscripto. En 1985 fue el juicio a las Juntas Militares, y las Fuerzas Armadas se negaban a colaborar con la Justicia civil por los delitos de lesa humanidad, pero sí investigaba los delitos entre militares, como el asesinato del soldado Omar Carrasco ocurrido en Neuquén una década después.

      Y agregó que "el mayor Waite Figueroa –suegro de Milani-acudió a otro pariente, amigo del general Luciano Benjamín Menéndez para que el caso sea cerrado".

      Este familiar amigo del multicondenado ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército es el militante nacionalista Marcelo Alvarez Igarzábal, tío materno de Clara Waite. Finalmente, por las gestiones de Menéndez, la Justicia Militar finalmente cajoneó el caso y Milani nunca fue investigado por la Justicia Militar.

      Treinta años después, en febrero pasado, pese a las múltiples pruebas y testimonios contra Milani; el juez federal tucumano Daniel Bejas se negó a citar a declarar al jefe del Ejército y le ordenó al fiscal Brito seguir investigando.

      El único procesado por la desaparición de Ledo es el capitán Esteban Sanguinetti, quien está con prisión domiciliaria porque tiene 71 años y está enfermo: “Queremos una junta médica que evalúe el estado de salud del militar que la noche del 17 de junio de 1976 secuestró a mi hermano”, reclamó Graciela Ledo ayer.

      Un testigo que tiene información sobre lo ocurrido esa noche es el chofer de Milani, el conscripto Rubén Páez, que vive en Chilecito y ya declaró en la causa y fue denunciado por falso testimonio.

      Sobre la actuación del juez Bejas, la hermana del soldado desaparecido acusó: “Lo deja libre de sospecha a Milani siguiendo todos los argumentos de la Ley de Obediencia Debida que fue derogada después de tantos años de lucha”.