Los empresarios ya anticipan tres meses con caída de la actividad

Aunque predomina la serenidad y abundan argumentos para diferenciar la reciente crisis cambiaria de otras que todos guardamos meticulosamente en la memoria, los empresarios se preparan para tres meses duros, marcados por una significativa caída de la actividad. Y hasta dicen que las heridas tardan en cicatrizar.

“La actividad va a caer y la devaluación se sentirá en los precios”, señaló el consultor Dante Sica. “Nos esperan meses de reacomodamientos con conflictividad, pero hacia adelante bajará la inflación y el nuevo dólar generará oportunidades en las economías regionales”, señaló Sergio Kaufman, presidente de Accenture.

A juzgar por lo que pasa en algunos sectores, la actividad ya estaba dañada. Los directivos de Peñaflor contaron que el consumo de vino se derrumbó 36% en los supermercados en el último año y medio. Para Sica, la recuperación llegaría en setiembre y 2019 puede encontrar mejor preparado al gobierno para enfrentar el año electoral. “Tienen suerte que este huracán cambiario sucedió ahora”, soltó un alto ejecutivo de una líder en alimentos que aseguró que las inversiones decididas no se paralizaron. Precisamente, el ex embajador Noah Mamet describió a Clarín los proyectos que tiene entre manos en firmas tecnológicas dedicadas al agro y a la salud. Hoy viaja a Tucumán para inaugurar oficinas de uno de sus clientes dedicado a la investigación farmacéutica.

Estas fueron algunas de las opiniones que se escucharon en los salones del Alvear Icon, en Puerto Madero, desbordante de representantes de las multis convocados por AmCham. Muchos celebraban allí el nuevo rol de coordinador del ministro Dujovne. “Se puso la enfermedad arriba de la mesa”, dijo en obvia referencia al déficit Fernando Cinalli, de la firma de seguros que lleva su apellido. Otros dudaban acerca del poder real que tendrá el ministro para recortar el gasto y se preguntaban si su papel no era sólo un gesto en el arranque de la negociación con el FMI.

Había analistas que reclamaban que las Lebac se transformen en instrumentos de largo plazo y que se limiten su uso: “No puede ser que cada 30 días se renueve el 60% del dinero en circulación de la Argentina”. Un alto ejecutivo de un banco español sostenía que si bien esta crisis cambiaria tendrá consecuencias en la actividad, es acotada. “El sistema financiero tiene apenas 1,8% de morosidad cuando en otras situaciones llegaba al 20%”.

“Este es un modelo basado en inversiones y eso requiere tiempo y mucha planificación”, soltaba Alicia Caballero, decana de la facultad de Ciencias Económicas de la UCA. La escuchaba parado por la falta de asientos libres, Marcos Bulgheroni.

Un consultor equiparó al FMI con una “ambulancia que llegó a tiempo para evitar nuevos sacudones cambiarios”. Y ya en el estrado, los funcionarios Horacio Reyser, Miguel Braun y Marisa Bircher, tres escuderos de negociaciones internacionales, comentaban que el desafío es hacer de Argentina un socio confiable. En lo que va del año abrieron nuevos destinos para que las exportaciones dejen de ser nuestro talón de Aquiles.