El arreglo lleva ya un tiempo: el rompehielo quedó fuera de servicio por un incendio en 2007. Y las tareas para repararlo vienen demorándose. Sin embargo, el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, negó hoy que eso tenga que ver con cuestiones de presupuesto. "El problema es que nos tenemos que manejar con licitaciones públicas", dijo. Y prometió que, cunado finalmente concluyan las reparaciones, el Almirante Irízar va a quedar "mejor que nuevo".
El incendio en el Almirante Irízar dejó renga desde hace años la campaña antártica argentina, que tuvo que manejarse con buques alquilados. A fin del 2012, cuando la situación de los buques de la Armada Argentina también estaba en el tapete pero entonces por el embargo que había dejado varada a la Fragata Libertad en un puerto de Ghana, la oposición había realizado en el Congreso un pedido de informes sobre el rompehielo y su millonaria reparación.
En declaraciones a Radio 10, Puricelli reconoció que "el Irízar tiene atraso", pero añadió: "No es un problema de presupuesto, el problema es que nos tenemos que manejar con licitaciones públicas, y eso se estuvo negociando casi un año porque nos pedían cada vez más".
El ministro aseguró que el barco "se está reparando adecuadamente" y prometió: "El Irízar va a quedar mejor que nuevo, va a ser un rompehielo de los mejores del mundo, va a tener mejores capacidades de las que tenía".
La fecha que habían emplazado para la vuelta del Irízar a la Antártida había sido 2010; después se pasó a 2011, luego a 2012, y el año pasado decían que iba a estar listo este año.
Según sostenía la oposición en su pedido de informes, sumando los gastos de reparación del buque y lo gastado ya en alquileres de otras naves para cumplir con las campañas antárticas que siguieron a la avería en el Irízar, se podría haber comprado otro buque, aunque menor pero que sumaría a la flota nacional.
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