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      1966, de María Sáenz Quesada: Poner en valor la Argentina que no fue, pero pudo haber sido

      • Rosendo Fraga elogia los retratos que hace la historiadora de Illia y de Onganía.
      • Son la antítesis de dos concepciones políticas e ideológicas diferentes, sostiene el autor de esta nota.

      1966, de María Sáenz Quesada: Poner en valor la Argentina que no fue, pero pudo haber sidoMaría Sáenz Quesada, historiadora y autora de 1966. Foto: Emmanuel Fernández.

      María Sáenz Quesada es una eximia historiadora, lo que está acreditado por decenas de libros que han sido jalones relevantes en la historiografía argentina de las últimas décadas.

      Biografías y ensayos han sido sus modos de expresión predominantes.

      Reemplazó a Félix Luna en la dirección de la revista Todo es Historia, que ha sido un aporte fundamental en la difusión y divulgación de nuestra historia.

      María Sáenz Quesada también es autora de 1943 y de Isabel Perón, entre muchos otros libros. 
María Sáenz Quesada también es autora de 1943 y de Isabel Perón, entre muchos otros libros.

      Luna escribió un libro que llamó 1925. Al hacerlo, sintetizó las características del periodo presidencial de Marcelo T. de Alvear, y a través de ello su personalidad. Fue un año de apacible continuidad. María, a su vez, escribió 1943, un año decisivo al producirse el golpe militar que fue el prolegómeno de la irrupción del peronismo, que ocho décadas después sigue siendo protagonista de la política argentina.

      Ahora ha escrito 1966, el año que de acuerdo a su perspectiva, puede ser el anticipo de la violencia que sacudió al país en la década siguiente, los conflictivos años setenta.

      En su interpretación, el golpe que destituye a Arturo H. Illia es un hecho bisagra entre dos periodos de la Argentina. Uno caracterizado por el fracaso en establecer un sistema democrático estable durante el periodo que va de 1955 a 1966, y otro el “turning point” que va de una Argentina compleja, ambigua y contradictoria, a otra que entre 1966 y 1976 fue mostrando una escalada de violencia con el terrorismo y la represión como protagonistas.

      La década que se inicia en 1966, comienza con el penúltimo golpe militar de la historia argentina en el siglo XX, y se cierra en 1976, año en el cual tiene lugar el último, con su secuela de muerte.

      María logra transmitir la contradicción de la Noche de los Bastones Largos, cuando fueron apaleados destacados docentes universitarios pocos días después de asumir Juan Carlos Onganía, y la vitalidad que demostraba al mismo tiempo el fenómeno cultural que representó “El Di Tella”.

      Pero de la ambigüedad derivó hacia la violencia, que hizo eclosión en el tercer gobierno peronista, entre 1973 y 1976.

      ¿Era inexorable el golpe contra Illia? No necesariamente. El Ejército se encontraba dividido al respecto. De los cinco comandos superiores de esta fuerza, apoyaron el golpe sólo dos. De los restantes, uno pasó a retiro ese mismo día y los otros a finales de 1966. Pero se vivía una ansiedad manifiesta en una clase media impaciente, y ello jugó un rol decisivo en la creación de la situación sobre la que tuvo lugar este golpe militar.

      Para las nuevas generaciones, el rol político que tenían los militares entonces resulta algo incomprensible y este libro explica y ayuda a entenderlo. A través del mismo, María muestra cómo los sesenta son, desde una perspectiva, años mejores que los vividos después. Pero al mismo tiempo, los precedentes de la ola de violencia más grave sufrida por la Argentina.

      Dos figuras centrales tiene el año de 1966, que el libro logra describir, en mi opinión, con acierto: Illia y Onganía. Aparecen como la antítesis de dos concepciones políticas e ideológicas diferentes. Para el primero, la democracia era la prioridad; para el segundo, el orden. Representan la dicotomía de un año donde se impuso el segundo.

      Así como para generaciones jóvenes es un libro para entender y comprender, para los más grandes se trata de una época que puede ser recordada con nostalgia y melancolía por lo que pudo ser.

      1966. De Illia a Onganía. El preludio de la Argentina violenta.
María Sáenz Quesada
Editorial Sudamericana
$9990
400 págs.1966. De Illia a Onganía. El preludio de la Argentina violenta. María Sáenz Quesada Editorial Sudamericana $9990 400 págs.

      Es lo que me sucede cuando recorro la Galería del Este, en los hechos prácticamente abandonada, que en esos años era el centro de convergencia de personajes tan dispares como Marta Minujín y Jorge Luis Borges. A pocas cuadras de allí, en cambio, se mantiene intacto el bar Barobar, expresión de la neo figuración pictórica argentina de los años setenta.

      María Sáenz Quesada, con 1966, da una muestra más de su talento como historiadora que tiene un eximio uso de la narrativa. Pero también creo que el libro tiene una visión personal que subyace: la de poner en valor la Argentina que no fue, pero pudo haber sido.

      Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría


      Sobre la firma

      Rosendo Fraga
      Rosendo Fraga

      Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

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