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      Paula Hacker: historias y emociones en cada pliegue

      • Con obras de distintas series, la artista despliega las formas expresivas de su repertorio, que incluye el cuerpo.
      • En el Pabellón de Bellas Artes de la UCA.

      Paula Hacker: historias y emociones en cada pliegue Vista de sala de Dobleces, la muestra individual de Hacker, curada por Matilde Marín.

      En el relato La historia de mi máquina de escribir, Paul Auster dice: “Me di cuenta de que, me gustara o no, teníamos el mismo pasado. Y, con el paso del tiempo, llegué a comprender que también teníamos el mismo futuro”. Una Olympia encontramos en la exposición de Paula Hacker, de la cual surge (¿concluida o en proceso?) una fotografía en blanco y negro de los ojos de una mujer. Pensamos en la imagen y en la palabra en tanto formas expresivas creativas y vitales atravesadas por el paso del tiempo. En imagen y palabra como extensiones de un cuerpo, de una mirada, de una sensibilidad situada en el mundo.

      Sobre una base alta cúbica, la obra de la artista, casi solitaria, en la amplia sala del Pabellón de las Bellas Artes de la Universidad Católica Argentina, ofrece cierta clave de lectura para el conjunto de treinta y cinco creaciones que la circundan. “Desde sus primeros trabajos, Hacker ha explorado la relación entre el cuerpo, su cuerpo, la gráfica y los objetos que la rodean. En Dobleces, esta búsqueda alcanza nuevas alturas. Cada obra es una introspección, un diálogo entre lo tangible y lo efímero, entre la fuerza y la fragilidad; un proceso de descubrimiento constante, donde cada pieza nos lleva de regreso al punto de partida, pero con una nueva comprensión.”, escribe Matilde Marín, curadora de la muestra.

      Hacker, Paula, Obra Introspección. 
Hacker, Paula, Obra Introspección.

      En esta oportunidad se presentan obras de distintas series desde 2019 hasta la actualidad. Papeles hechos a mano e impresiones digitales son los materiales y técnicas elegidas, que dan por resultado imágenes donde prevalecen el collage y el fotomontaje. En toda la sala se destacan el blanco y el negro. Hasta la pandemia, la artista privilegiaba el blanco. Luego surgió el negro que “está relacionado con los interrogantes sin respuestas, con lo que nos supera debido también al paso del tiempo, con el caos del mundo”, dijo Hacker a Ñ.

      La fugacidad del tiempo es un tópico presente desde siempre en su producción junto con cierto aire nostálgico. En trabajos anteriores incluyó fotos antiguas y también figuras de cuerpos enteros (Escrituras, 2012; Naturaleza sutil, 2017; La edad de plástico, 2019). En cambio, en las últimas series hallamos imágenes de partes del propio cuerpo de la artista no en términos autobiográficos, sino como representación de todos los cuerpos. Sus fragmentos (orejas, boca, manos, ojos) la conectan con lo más frágil, señala Hacker. ¿Escuchamos? ¿sentimos? ¿hablamos o callamos? pareciera decirnos cada parte.

      Es posible pensar en la figura retórica de la sinécdoque (la parte por el todo) porque esa mano que se estira, cubre o sostiene; esos ojos avizores o inquietantes; esos labios cerrados llevan a extender su sensibilidad a una totalidad corpórea que no vemos. Hay una excepción: la imagen completa de una niña en una hamaca. Como si la infancia, el juego, resguardara de la posibilidad de lo no fragmentado (¿lo no herido?).

      Pliegues y arrugas

      Paula Hacker nació en Buenos Aires, en 1965. Además de artista plástica es Licenciada en Psicología. Se formó con Carlos Gorriarena, Silvina Pérez y Matilde Marín. Fue seleccionada en dos ocasiones para participar en el Premio Alberto J. Trabucco de Grabado, de la Academia Nacional de Bellas Artes, y obtuvo el Segundo Premio de la Fundación Estímulo de Bellas Artes, en 2019, y el Primer Premio en la misma fundación en 2022.

      El doblez, el pliegue, la arruga, se presentan como estrategia plástica con sus diversas connotaciones. El papel arrugado en algunos casos funciona como marco liberador o materialidad obturadora de lo que pulsa por salir y expresarse ofreciendo, a su vez, su textura sensible. “Como si cada pliegue revelara una historia, una emoción”, sostiene Marín.

      El diseño expositivo propone también algunas obras sobre dispositivos cúbicos de gran tamaño, que nos sumergen en los trabajos y otorgan dinamismo al recorrido. Otra forma de acercarse a las obras bidimensionales, las cuales se ubican en cada cara del cubo solicitando un recorrido circular.

      En otros trabajos la superficie se tiñe de negro remitiendo a pizarras, en cuya superficie se despliegan escrituras en tanto fragmentos de palabras por momentos ilegibles. Ellas parecen emerger de la profundidad del negro con la potencia también de lo poético. Cecilia Cavanagh, directora del Pabellón de las Bellas Artes de la UCA, sostiene que la presente exposición “tiende puentes entre pensamientos de nuestra conciencia de ser, determinados por lo vital, lo inesperado y la fuerza de la fragilidad”.

      • DOBLECES. La fragilidad del cuerpo - Paula Hacker
      • Lugar: Pabellón de la UCA. Av. Alicia Moreau de Justo 1300
      • Horario: mar a dom 11 a 19.
      • Fecha: hasta el 7 de abril.
      • Entrada: libre y gratuita

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      Laura Casanovas

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