Premio Trabucco 2023: surreal y poético objeto escultórico

Hace 30 años nacía el premio Alberto J. Trabucco a las Artes visuales, dependiente de la Academia Nacional de Bellas Artes. Un reconocimiento anual dedicado alternativamente a las disciplinas de Pintura, Grabado, Escultura, Dibujo y Otros soportes, que invita a diez artistas de todo el país. Un jurado integrado por académicos y académicas otorga un único premio adquisición y la obra galardonada es donada a un museo nacional, provincial o municipal de nuestro país, enriqueciendo el patrimonio público.

Con esta dinámica ininterrumpida en el tiempo, las artes visuales contemporáneas son acreedoras de una distinguida visibilidad. En el año del 30 aniversario, le tocó a la escultura ser la protagonista. Se pueden visitar en estos días las obras de los diez artistas seleccionados, en una exposición en el Museo Nacional de Arte Decorativo (otra característica del Trabucco es que rota la sede de exposición en cada edición).

El premio de este año, de un millón de pesos, fue otorgado a Nadia Guthmann por su obra “Cuerpos transitorios”, que forma parte de una extensa serie. Los cuerpos de un guanaco, un puma, una serpiente y un ave rapaz (fauna patagónica) realizados en malla de metal se interceptan en una misma pieza, que reflexiona sobre la transformación interdependiente de los seres vivos, la vida y la muerte. “La separación entre organismos y con el medio no es absoluta, los límites son permeables, se entrelazan, los cuerpos se mezclan, las identidades se confunden, los seres ocupan un mismo espacio, se fusionan, se zambullen en otros cuerpos, están atravesados por un otro, el interior de unos es el exterior de otros, afuera y adentro son relativos”, escribe la artista, que además es bióloga, y reside en Bariloche desde su adolescencia. Las soluciones formal y conceptual se imbrican por igual, dando como resultado una lograda obra exhibida en uno de los canteros exteriores del museo.

También en otro cantero cercano al anterior se encuentra la escultura de Camilo Guinot, “Geometría mutacional”, construida con ramas recolectadas de la poda pública, las cuales construyen una estructura —con reminiscencias a la forma del ouroboros— entre lo orgánico y lo arquitectónico, lo precario y lo esencial, la finitud y el infinito.

Reconocimiento y artistas mujeres

El sólo hecho de ser seleccionado constituye todo un reconocimiento. “Han sido muchos los nombres de los académicos y académicas de número que, en su carácter de artistas, críticos o historiadores del arte, han propuesto y seleccionado durante 30 años a los 300 artistas que han participado de este importante premio en el panorama de las artes visuales contemporáneas”, sostiene José Marchi, presidente de la Fundación Alberto J. Trabucco.

En el interior del Decorativo se encuentran las ocho obras restantes en el espacio del imponente Gran Hall, pudiendo advertirse rápidamente la diversidad de poéticas. En esta oportunidad, nueve de los diez artistas son mujeres. Sin bien no fue algo buscado, esta particularidad “inclina la balanza hacia la remota pero deseada equidad de género en el arte”, señala Matilde Martín, presidenta de la Academia, en el catálogo del premio.

Paulina Webb recurre en sus trabajos a mangueras, acrílicos y madera logrando que, a pesar de la desintegración buscada de la masa, se perciba solidez en formas elegantes y poéticas, lo cual en la obra seleccionada (“La partícula secreta que modifica el silencio”) lleva a pensar en un fantástico y precioso instrumento musical de cuerdas u organismo vegetal escultórico. Cercanas y poéticas también, pero de una escala muy pequeña, las esferas de mármol talladas de Lucía Pellegrini constituyen una unidad mínima a partir de la cual todo es posible en la profundidad del blanco.

El trabajo de Marcela Astorga, “Ámbito”, el alambre y el textil configuran tramas en oposición cromática y conceptual sobre una estructura de hierro, aludiendo a la protección y al desgarro social e individual, a la contención y a la herida de una memoria y epidermis pública y privada.

Antropomorfo y surreal

Lo surreal es uno de los conceptos que enlazan afinidades entre algunas obras, como señala la artista y académica Carola Zech en el catálogo. Dos mesitas de luz se antropomorfizan al decidir modificar la posición de sus patas, en el trabajo de Eugenia Calvo, perdiendo su función como mobiliario y manteniéndose en equilibrio (¿precario?) al estar unidas por una barra de hierro. En tanto, en la obra “Match point”, de Irina Kirchuk, dos antiguas raquetas de tenis, cuyos mangos llegan al suelo y se contorsionan como el cuerpo del tenista, delimitan el trayecto de una pelota (ausente) materializado en una curva de cobre que las une. También entre lo surreal y la sátira, Andrea Fasani modela en gres una escena monocroma en blanco de una posible narración de seres fantásticos, quienes parecen desfilar “aturdidos”, “desaforados”—en palabras de la artista— por una topografía inestable.

Una geometría de líneas de caños curvados y la presencia del color genera cortes y dibuja con síntesis en el espacio, en la pieza "Todo lo que no se ve existe" de Jimena Fuertes. Mientras que Luciana Lamothe plantea la modificación perceptiva y de la condición primera de los materiales al volver curvo y de apariencia vegetal y punzante un tubo recto y rígido de hierro por obra del fuego. La artista representará a la Argentina en la 60ª Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia, que abrirá el 20 de abril.

La Fundación Alberto J. Trabucco fue creada por la Academia Nacional de Bellas Artes en 1991 con fondos provenientes del legado que el artista Alberto J. Trabucco (1899-1990) donó a la institución. Este galardón sucedió al Premio Palanza, que otorgaba la Academia desde 1947, el cual sólo incluía pintura y escultura.

Autoridades de la mencionada Fundación anticiparon a Ñ que la próxima edición estará dedicada al Dibujo, que el monto se elevará a 2 millones de pesos para el único premio adquisición y tendrá como sede expositiva al Espacio de Arte de la Fundación Osde. Un nuevo año en marcha para un premio valorado y con compromiso histórico.

30 premios adquisición

Con esta edición, el Trabucco cumple tres décadas desde aquella primera edición dedicada a la Pintura, en 1993, que premió a Carlos Gorriarena. Su pintura Región fue donada al Museo Nacional de Bellas Artes. En algunos años se premió a dos disciplinas a la vez. En orden cronológico desde entonces hasta la actualidad, los otros artistas galardonados fueron: Adolfo Nigro, Pájaro Gómez, Kenneth Kemble, Jorge Tapia, Juan Melé, Beatriz Moreiro, Alberto Bastón Díaz, Carlos Carmona, Artemio Alisio, Blas Castagna, Melé Bruniard, Marcelo Mayorga, Ferruccio Polacco, Juan Lecuona, Rodolfo Nardi, Catalina Chervin, Rogelio Polesello, Olga Autunno, Raúl Fernández Olivi, Jorge Meijide, María Ester Joao, Rodolfo Agüero, Enrique Salvatierra, Armando Sapia, Alicia Díaz Rinaldi, Lydia Galego, María Silvia Corcuera Terán, Mónica Millán, Elsa Soibelman, Marta Pérez Temperley, Marina Papadopoulos, Juan Andrés Videla, Mariela Yeregui, Carlos Gómez Centurión, Andrea Moccio, Susana Dragotta, Miriam Peralta, Florencia Levy, Leila Tschopp, Elisa O’Farell y Nadia Guthmann.

• Premio Trabucco 2023 - Escultura
• Lugar: MNAD. Av. del Libertador 1902.
• Horario: mié a dom de 13 a 19.
• Fecha: hasta el 18 de febrero.
• Entrada: gratuita.