Por las lluvias, esperan 600.000 toneladas más de soja en la zona núcleo pero la cosecha será inferior a lo normal

Las abundantes precipitaciones caídas durante el mes de marzo en la región agrícola núcleo, al de mayor productividad de Argentina, que abarca el norte de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y el sudeste de Córdoba, permitieron elevar las expectativas de producción de soja, sumando 600.000 toneladas. De esa manera, la estimación de cosecha para la zona se ubica ahora en 18 millones de toneladas cuando tres semanas atrás llegaba a 17,4, sin embargo la producción será inferior a la considerada normal, establecida en 18,8 millones de toneladas al comienzo de la campaña.

Con estas lluvias, los perfiles de los suelos recuperaron reservas de agua fundamentales para el llenado de los granos. Por eso, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estima ahora una mejora de 1 quintal en el rendimiento de la oleaginosa que sería de 37 quintales por hectárea en promedio.

Por otra parte, la cosecha de maíz sembrado en fechas tempranas está muy retrasada, con apenas un 8 por ciento de avance, y hay gran preocupación por el maíz tardío que se encuentra seriamente afectado por una enfermedad, Spiroplasma, que se expandió a la región núcleo a través de la chicharrita.

En marzo, habitualmente, los acumulados oscilan entre 90 y 130 milímetros en la región pero este año, en lo que va del mes, ya cayeron 94 milímetros. Así, las lluvias de los primeros 14 días del mes, la cuarta parte de la zona núcleo alcanzó el promedio histórico mensual y algunas localidades hasta lo duplicaron. Por caso, según reportó la BCR, Bigand acumuló 274 milímetros y Santa Teresa 250.

Las zonas que recibieron las lluvias más abundantes fueron el sudeste de Santa Fe y el noreste de Buenos Aires. En la localidad santafesina de Labordeboy recibieron 182 milímetros y en Rosario, 174. Por su parte, en Baradero, las precipitaciones sumaron 214 milímetros y en Ramallo, 205.A lo largo de esta semana las lluvias han sido muy abundantes y casi constantes por lo que actualmente hay excesos hídricos en los suelos.

En el resto e la región los milimetrajes estuvieron por debajo de los 100 milímetros. Lincoln acumuló 81 milímetros; Gral. Pinto, 72. En el sudeste de Córdoba, Guatimozín marcó 74 milímetros y Pozo del Molle solo 2. Mientras que en el centro sur de Santa Fe, Irigoyen registró 23 milímetros y Carlos Pellegrini apenas 3.

La cosecha de soja de primera arrancaría entre la última semana de marzo y principios de abril y, según la BCR, el rinde promedio se afianzaría en 40 quintales por hectárea. Un 40 por ciento de los cultivos sembrados en fecha temprana están en plena madurez (R8), un 25 por ciento comenzando a madurar (R7) y un 35 por ciento más atrasados, terminando de llenar los granos (entre R5 y R6). De acuerdo a la BCR, el 82 por ciento de los lotes se mantienen entre excelentes y muy buenas condiciones, un 15 por ciento en buenas, y un 3 por ciento regulares con problemas de anegamientos.

En Marcos Juárez, los técnicos informantes de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la entidad rosarina estiman rendimientos máximos que pueden llegar a superar los 50 quintales en los mejores lotes. En el centro sur de Santa Fe esperan rindes promedios entre 38 y 45 quintales, y en el sur provincial más de 40. En el noreste de Buenos Aires, por la de calor de febrero, se proyecta una reducción del 20 por ciento en el rinde. Cuando en un año normal varía entre 40 y 50 quintales por hectárea, esta campaña se ubicará entre 30 y 40 quintales.

Preocupa el maíz

La cosecha de maíz temprano avanzó apenas un 8 por ciento hasta el momento en la zona núcleo, contra el promedio del 15 por ciento registrado en los últimos cinco años para la fecha. Solo se han cosechado 70.000 hectáreas. Esta campaña, la falta de agua a la siembra retrasó la implantación del cereal y desplazó el calendario de recolección.

Los rendimientos iniciales oscilan entre los 90 y los 120 quintales por hectárea, con un promedio de alrededor de 105 quintales.

Desde el sudeste cordobés, donde se ha recolectado un 7 por ciento de los lotes con un promedio de 100 quintales por hectárea, los técnicos señalan que los primeros rendimientos provienen de lotes de baja aptitud agrícola. "Por precaución ante las lluvias pronosticadas, hemos empezado a cosechar estos lotes, esperando que los rendimientos mejoren considerablemente. Seguramente superarán con creces lo recolectado hasta ahora", explican.

En María Susana, la cosecha todavía no comenzó pero estiman que los rindes máximos rondarán en 150 quintales por hectárea. En el noroeste bonaerense la situación es más incierta, indicó la BCR. Desde Piedritas, señalan que el 80 por ciento del maíz fue sembrado tardíamente y un 20 por ciento temprano. Hasta el momento, los campos de maíz temprano que se han cosechado, en parte destinados al consumo animal, arrojan un promedio de 110 quintales por hectárea.

El maíz tardío, que cubre aproximadamente el 35 por ciento de la superficie del cereal (530.000 hectáreas), se encuentra bajo presión. "La reciente ola de calor de febrero y la detección de síntomas de Spiroplasma en el centro sur santafecino y el norte bonaerense han generado inquietud entre los productores", advirtió la GEA.

El Spiroplasma, la enfermedad transmitida por la chicharrita (Dalbulus maidis), preocupa debido a su imposibilidad de curación en etapas avanzadas del ciclo del maíz. "Al no ser común en la zona núcleo, su aparición en maíces de siembras tardías ha despertado temores por el potencial de pérdidas, que pueden llegar hasta el 70 por ciento en situaciones severas", subrayó la BCR.

En el norte argentino habitualmente se realizan protocolos preventivos y medidas de control en etapas tempranas del ciclo, durante la fase vegetativa. Esta campaña, en la región núcleo se han reportado lotes con sintomatología de esta enfermedad en localidades del centro sur de Santa Fe como San Martín de las Escobas, Galvez, San Genaro y Totoras, así como en algunos lotes en el norte bonaerense.