Un poco de respeto

Hace un tiempo, Milena Catania estaba cantando en una rockería del sur de este país y de repente todos empezaron a chiflar. Más enojada que paranoica, creyó ser el blanco de la disconformidad y cazó el micrófono: “¿Qué pasa? ¿Los rockeros ya no me respetan? ¡Yo hago lo que quiero, eh!”. La silbatina siguió y al rato se enteró que estaba dirigida a la barra del pub, porque se había acabado la cerveza. La anécdota quedó porque Los rockeros ya no me respetan es el risueño título de su primer epé, donde con prodigiosa modulación encara clásicos y temas propios, dentro de las vertientes del blues y el jazz.

A Milena la pueden sacar de su paso por el programa televisivo La Voz Argentina, donde tuvo al Puma Rodríguez como coach, pero a lo mejor no saben que ensayaba (y se formó) en el Teatro Colón. “Son los recuerdos más lindos que tengo, ensayaba de lunes a sábado. Era el mejor plan. La formación en el Colón y la participación en La Voz Argentina fueron experiencias completamente enriquecedoras. Y no tan distintas entre sí como puede parecer”. Porteña de ley, a los 22 años, después de unas vacaciones, decidió quedarse a vivir en Puerto Madryn. “Me gusto tanto que volví y envié el telegrama de renuncia a la empresa donde trabajaba. Al mes siguiente me mudé allá, dedicándome a cantar jazz en eventos”. Después de quedar eliminada en “la tele”, regresó a Buenos Aires.

En su epé debut, no se priva de nada en apenas cuatro canciones. “M usicalmente prefiero ser libre, sin tener que chequear si encajé o si no en un género determinado. Por suerte, ya no vivimos en un mundo tan rígido con estas cosas”. Así las cosas, la que podría ser nuestra Adele va por ahí sin apuros ni prejuicios. “La mayor parte de mi vida adulta canté blues, jazz y rock. Cuando comencé a cantar con color latino, el público se sorprendió. La mitad para bien, y la mitad todavía está de duelo”, dice la dama a la que le gustaría compartir escenario con Charly García y Pity Alvarez. ¿Será para que vuelvan a afinar?