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      Soñar, sonar: Sónar

      El festival de origen catalán volvió a pasar por Buenos Aires: esta vez, con su edición +D: el futuro en dosis homeopáticas.

      Soñar, sonar: SónarCLAIMA20151203_0523 Hologramas de Tomás Terzano.

      En su regreso a Buenos Aires, el festival Sónar (originario de Cataluña, que gira por el mundo y pasó por aquí en 2006), estuvo bien representado: anoche cerraba con line up consistente y equilibrado entre lo internacional (la vuelta de los inoxidables Chemical Brothers o los debuts de Totally Enormous Extinct Dinosaurs y Recondite) y lo local (clásicos como Diego Ro-K, Babasónicos en plan techno o Diosque y Emisor).
      El leit motiv del festival (que arrancó en 1994), “Música, creatividad y tecnología”,  se anticipó en la Usina de las Artes, donde ancló el fin de semana pasado con la plataforma Sónar +D: cruza de feria tecchie (stands de drones, oculus rift, tablets) & charlas (hackday, ciudades del futuro, vjing femenil) y shows en dosis homeopáticas.
      ¿Hitos? Ernesto Romeo (Klauss) y sus masterclass de sintetizadores analógicos. Parado en las sillas del microcine, el público seguía el baile de la electricidad en ese embrollo de cables & instrumentos. También hubo puestas de los embajadores de Kinect (Le Freak Selector) y Arjaus (Mariano Trocca). El futuro ya sonó... y se vio.
      En un recoveco, en un gazebo negro, Tomás Terzano instaló ese amague al futuro que es todavía el holograma. En una secuencia similar a las que trabajó para Correr, el nuevo video de Bándalos Chinos, se apreciaba en 360°. El artista visual (“digital”, aclara) de 25 años, explicó: “Es simple, lo importante es lograr la oscuridad”.


      Sobre la firma

      Mariano Del Águila

      mdelaguila@clarin.com

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