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      Imágenes siniestras en el lugar donde funcionó la comisaría

      Imágenes siniestras en el lugar donde funcionó la comisaríaCLAIMA20100622_0103 La policía abandonó la comisaria 28 dejando todo destruído . (Pepe Mateos)
      Redacción Clarín

      La comisaría 28, centro de los enfrentamientos entre policías y jóvenes de los barrios del Alto de Bariloche, fue abandonada ayer. Se retiraron los policías que habían quedado de guardia dentro, sacaron los muebles y hasta una cerca de madera que la rodeaba. Durante el recorrido que realizó ayer a la mañana Clarín comprobó no quedó ni el machimbre que cubría las paredes, aunque sí algún inodoro sano.

      Los ataques contra la comisaría habían comenzado cuando trascendió la noticia de la muerte de Diego Bonnefoi, un chico del barrio al que un policía de la 28 le disparó en la cabeza. El sábado la Subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia avisó que cerrarían y trasladarían la comisaría como una “respuesta simbólica” a lo que había pasado.

      El desarme arrancó el domingo a la tarde, cuando un policía de civil arremetió contra el cerco de madera con una barreta metálica. Ayer a la mañana la comisaría ya había sido abandonada y había un cartel de venta tirado, invertido, sobre la puerta del frente.

      Las imágenes en el interior eran más bien siniestras. Pasillos tapizados con el machimbre arrancado, una PC quemada en la parrilla del fondo y armarios rotos en varias habitaciones, con restos de documentos policiales anillados. Sin embargo, la imagen más sorprendente estaba en el calabozo, cuya puerta había sido derribada: un perchero vestido con un buzo y una suerte de pasamontañas. El improvisado muñeco, que nadie pudo explicar de dónde salió, tenía colgada de un hombro una de las clásicas gorras que llevan los chicos del barrio y una foto de una pareja de adolescentes enganchada –con un alfiler– al pecho.