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      Argentina, 1945: el misterio de los submarinos nazis que se esfumaron entre Buenos Aires y la Patagonia

      Dos navíos se rindieron en Mar del Plata entre julio y agosto de ese año. Pero investigadores afirman que hubo más desembarcos clandestinos. El caso de Necochea reabrió las sospechas.

      Argentina, 1945: el misterio de los submarinos nazis que se esfumaron entre Buenos Aires y la PatagoniaEl U977 alemán que desembarcó en Mar del Plata en 1945 (Foto gentileza Eslabón Perdido)

      A unos cuatro kilómetros de la costa de Necochea y 28 metros bajo el agua, los restos del navío descansan hace décadas sobre el fondo del mar. Quietos, inmutables, carcomidos lentamente por el paso del tiempo. Están alejados de la polémica que crece en la superficie, luego de una pericia que reveló que podría tratarse de un submarino de la Alemania del período nazi, un hundimiento del cual no había registros oficiales hasta ahora.

      O, si existían, se perdieron entre mares de papeles e informes de rutina, denuncias que quedaron archivadas en el tiempo. Hundidas.

      El hallazgo de Necochea reabrió la sospecha latente de la existencia de más navíos que podrían haber traído al país oficiales, soldados o ciudadanos alemanes que escapaban de Europa tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial.

      Más allá de las conspiraciones, hay una serie de hechos concretos que sí están bien documentados. Los más famosos fueron la rendición de dos submarinos alemanes en las costas de Mar del Plata entre junio y agosto de 1945, apenas unas semanas después de la caída de Berlín.

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      A los casos confirmados de tripulaciones que desembarcaron en costas argentinas se suman otros misterios aún no develados, ¿hubo más naves nazis en el Atlántico Sur?

      Pero a la par existen decenas de testimonios de época que hablan de navíos similares a submarinos, los cuales fueron divisados por testigos en el invierno de 1945, en un área que va desde Buenos Aires hasta casi Tierra del Fuego.

      Fueron investigados por historiadores y aficionados, que pelean por desempolvar los rastros de una historia que frecuentemente es negada por las versiones oficiales. La mayoría de los documentos sobre el tema permanecen celosamente clasificados.

      El periscopio del submarino hallado en Necochea (Foto: Gentileza Eslabón Perdido)El periscopio del submarino hallado en Necochea (Foto: Gentileza Eslabón Perdido)

      Uno de estos grupos, Eslabón Perdido, es el que impulsó el hallazgo del navío de Necochea a través de operaciones marítimas autogestionadas. También fueron quienes denunciaron del hallazgo y mandaron a chequear los datos con especialistas en Italia.

      Peritos de la Liga Navale Italiana, una entidad dependiente del ministerio de Defensa de aquel país, les confirmaron que el navío hallado era efectivamente un submarino.

      El documento lleva la firma de Fabio Bisciotti, un especialista que trabaja para el Pentágono rescatando navíos de la Segunda Guerra Mundial, y que afirmó que lo que encontraron en Necochea es (casi con certeza) de origen alemán, y que tenía rastros de haber sido detonado desde adentro.

      De confirmarse, sería el primer hallazgo de ese tipo en el suelo nacional. Podría no ser el único. 

      Argentina, 1945

      Según explica a Clarín el investigador Abel Basti, líder de Eslabón Perdido, hay una serie de documentos que registran distintos avistamientos de navíos entre julio y agosto de 1945. Van desde testimonios de pescadores a informes policiales. 

      "Si uno pone a toda esta documentación en orden cronológico hay momentos en que hay varios incidentes simultáneos, o con un día de diferencia en sitios muy distantes. Solamente esa observación, que es documental, devuelve que hay varios submarinos", cuenta.

      Basti menciona un documento de inteligencia de la Unión Soviética, que afirma que en esa época eran muchísimos los navíos alemanes por el Atlántico, entre las islas del Atlántico Sur y la Antártida.

      El martes 10 de julio, un buque de casi 80 metros de largo se presentó en el puerto de Mar del Plata, comunicando que era "un submarino alemán". Enarboló una bandera de guerra con una cruz negra sobre fondo rojo y la esvástica en el medio. Quien capitaneaba era el teniente Otto Wermuth, un joven de 25 años a cargo del submarino U530, con una tripulación que mostraba signos de terminar una travesía muy larga.

      Ficha de Otto Wemuth, el responsable del barco que bajó en Mar del Plata (Foto gentileza Eslabón Perdido)Ficha de Otto Wemuth, el responsable del barco que bajó en Mar del Plata (Foto gentileza Eslabón Perdido)

      Según las declaraciones que le tomó la policía en ese momento, eran 54 los tripulantes que navegaban en el U530. Habían salido el 19 de febrero de Kiel (una ciudad portuaria alemana), pasaron por Oslo y habían encarado al Atlántico norte, pasando por las afueras de Nueva York. De allí bordearon toda la costa hasta el 12 de mayo, cuando se enteraron de la rendición alemana.

      En ese momento decidieron no volver a su país y huir a la Argentina. Sin embargo, ni el diario de bitácora ni la libreta de actas fueron halladas. Todos los documentos de navegación habían sido destruidos antes de arribar.

      Días después, el 15 de julio, un telegrama secreto del jefe del Estado Mayor General, vicealmirante Héctor Vernengo Lima, advertía que "antes del 22 se espera que otro submarino desembarque en la costa, en algún lugar entre Río de la Plata y Cabo Blanco", en Santa Cruz.

      Era un rango de casi 5.000 kilómetros. "¿De dónde sacó el vicealmirante esa información? No consta en ningún documento liberado por la Armada información que justifique esa medida", plantea el periodista Nahuel Coca, otro miembro de Eslabón Perdido. 

      El día 17 un memo de la Armada comunicaba que un submarino había sido visto a 3 kilómetros de la costa de San Clemente del Tuyú. El testimonio de los pobladores habla de dos de ellos, uno que había encallado por una repentina bajamar y el otro que se acercó a asistir. Hubo un operativo para encontrarlos y todo el pueblo los vió. Pero nunca aparecieron.

      La Armada había desplegado un operativo, luego de que fueran avistados dos submarinos en San Clemente del Tuyú.La Armada había desplegado un operativo, luego de que fueran avistados dos submarinos en San Clemente del Tuyú.

      El 18 se registró otro evento, cuando la torpedera ARA Mendoza vio un periscopio gris navegando en las aguas de San Antonio Este, en Río Negro. El navío fue atacado por el ARA Mendoza con bombas de profundidad, aunque no lograron encontrarlo. Basti sostiene que se escapó distrayendo a los argentinos con una mancha de aceite.

      Coca agrega que ese avistamiento ocurrió cerca del tren patagónico, una ruta posible con destino a Bariloche. "Las costas del golfo eran un lugar posible de desembarco, por estar a solo 20 kilómetros en línea recta del tren patagónico, que llega a la ciudad de Bariloche, entonces una ciudad controlada por las grandes compañías alemanas", dice.

      El 24 de ese mes, un informe de Prefectura indica que un pescador había visto un navío de 70 metros o más en las cercanías de Necochea. Por esos días, la zona se vio convulsionada por otras denuncias, que hablaban de señales en código morse emitidas desde el agua y respondidas por tierra.  

      Las mismas fueron atendidas por el agente de policía Ricardo Montero, que se acercó a corroborar. En una carta del hijo de Montero, rescatada por el periodista Jorge Camarasa, se narra que los oficiales "descubrieron en un lugar de la costa rastros de camiones que iban y venían de la costa hasta la entrada de un importante establecimiento agrícola llamado Moromar, que tenía propietarios alemanes en aquella época".

      Registro de los tripulantes del U530, el primero en bajar en Mar del Plata (Foto gentileza Eslabón Perdido)Registro de los tripulantes del U530, el primero en bajar en Mar del Plata (Foto gentileza Eslabón Perdido)

      Montero mandó a buscar al comisario para intentar entrar al establecimiento y, según narra, fueron detenidos por cuatro alemanes con ametralladoras en mano, que no hablaban español pero los obligaron a volver. La unidad telefoneó a La Plata para pedir refuerzos, pero la respuesta oficial fue categórica: había que olvidarse del tema.

      Esos testimonios fueron la base con que Basti y su equipo comenzaron a rastrear la zona de Necochea donde fue hallado el navío de la polémica cuyo hallazgo se difundió la semana pasada.

      Dos afuera, ¿tres más bajo el agua?

      Más allá de esos avistamientos no concretados, el 17 de agosto una segunda embarcación presentó su rendición en Mar del Plata. Se trataba del submarino U977, comandado por el teniente de fragata Heinz Schäffer, de apenas 24 años.

      Según el relato que realizó el propio Schäffer en un libro que escribió años más tarde, el navío partió el 2 de mayo de Kiel como uno de los últimos actos de resistencia: Hitler había muerto días atrás y faltaba poco para la entrada de la Unión Soviética en Berlín.

      Diarios de la época que narran la rendición del U977. (Foto gentileza Eslabón Perdido)Diarios de la época que narran la rendición del U977. (Foto gentileza Eslabón Perdido)

      El U977 tenía como misión atacar posiciones británicas, pero apenas dos días después perdió su periscopio. Con la caída de Berlín, votaron por irse a un país "que durante la guerra se haya comportado con dignidad". Un suboficial conocía Argentina, otro tenía amigos allá y decidieron partir al sur.

      Sin el periscopio, el navío atravesó el atlántico navegando casi a ciegas. Por el intenso patrullaje de la zona, el U977 hizo gran parte del trayecto por debajo del agua, a una profundidad promedio de 80 metros. Los 66 días que estuvo sumergida son considerados una hazaña técnica.

      Sin embargo, son varios los investigadores que ponen en duda el relato de Schäffer. Incluso sus declaraciones fueron siempre contradictorias. Lo cierto es que llegó a Mar del Plata en agosto, donde se entregó finalmente.

      Otro investigador del tema, Julio Mutti, comentó a Clarín de otro submarino que jamás fue hallado. "En una investigación que publiqué en 2012 incluí testimonios que lo indican, pero son de segunda mano, de modo que no lo pude comprobar. Es una nave que está perdida desde abril de 1945. La U1055”, apuntó.

      Pero otro de los grandes misterios aparece en un lugar llamado Caleta de Los Loros, cerca del lugar donde fue el ataque del ARA Mendoza. Según el relato de casi una decena de testigos a lo largo de más de 40 años, durante las bajamares más fuertes se podían llegar a ver los cascos de dos submarinos.

      Basti siguió el tema varios años. Incluso dio con el relato de un testigo privilegiado. Se trata del buzo de prefectura Carlos Massey, que afirmó que la Armada le consultó en 1978 si era viable reflotar ambos submarinos.

      De acuerdo a su testimonio, publicado en 1996, en ese momento le acercaron un documento secreto, guardado dentro de una carpeta azul, que contenía más de 100 páginas con fotos y croquis que coinciden con los relatos orales de los vecinos. Luego de esa entrevista, publicada por el diario La mañana del Sur, Massey nunca más quiso volver a hablar del tema. Oficialmente no hubo un reconocimiento de que la fuerza estuviera al tanto de la presunta presencia de navíos en el fondo del mar. 

      La operación Calypso

      Más de 50 años después, en 1997, se lanzó una operación en Caleta de los Loros bautizada Calypso, que tenía como objetivo detectar si efectivamente estaban ambos submarinos.

      El trabajo, realizado por la Armada, detectó una serie de anomalías magnéticas, que podrían ser causadas por la presencia de metal, pero en concreto no halló "obstáculos en el fondo". Basti insiste y afirma que la zona tiene un lecho de arena fina que se podría haber tragado a ambos submarinos, por lo que pide seguir investigando. 

      En 2008 presentó un pedido de información pública pidiendo que se le permita el acceso a toda la información de la Operación Calypso. En ese momento, el almirante Jorge Godoy, jefe de la Armada, intervino el expediente y le asignó caracter de secreto militar a cada documento de dicha operacion.

      ¿Por qué esos documentos se mantiene en secreto tantos años después? Para Basti, esconden pruebas de que la Armada tenía más información de la que reconoce. "Por un lado debería haber constancia de los desembarcos. Y, si existe, constancia de qué se desembarcaba o al menos qué pensaba la Armada que se desembarcaba. Qué tripulantes, qué pasajeros", alega.

      Mientras tanto, el navío de Necochea sigue allí, ininmputable, con el agua que corroe cada día un poco más los secretos de su origen. En algún lugar de ese mismo mar, quizás, se estén carcomiendo otros misterios.

      DD


      Sobre la firma

      Mariano Vidal
      Mariano Vidal

      Cronista multitemático en Último Momento de Clarín.com. Ex Revista Viva. Magister en periodismo (Universidad de San Andrés). Dos tesis completas, árbol y libro en el debe. De San Lorenzo. Escribí de dinosaurios, cultura pop, estafas piramidales o sectas entre otros temas. Muy a favor de los textos largos. Siempre me paso de caracteres. mavidal@clarin.com

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