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      Las cámaras de fotos ahora vienen con conexión a Internet

      Apuradas por los smartphones de alta gama que traen cada vez mejores lentes, ahora incorporaron sistema operativo, GPS, Wi-Fi y hasta permiten hablar por teléfono.

      Redacción Clarín

      Retenidas en una instantánea ya borrosa, las cámaras compactas despertaron de su sueño de gloria cuando los smartphones tomaban las riendas de la fotografía digital. Para frenar este impulso colonizador la reacción consistió en cámaras que, de a poco, se animan a incorporar las funciones de los teléfonos inteligentes, como es el caso de la conexión a Internet.

      La regla de convivencia mutua indicaba que el móvil permitía sacar fotos de mediana calidad, aunque con un toque se podían enviar a cualquier destino. En cambio, para los momentos valiosos, la alternativa era la cámara de bolsillo. Pero todo esto cambió.

      Los nuevos modelos de iPhone, HTC One y Samsung Galaxy S, incorporaron avanzados sistemas de procesamiento de imágenes. Sus lentes lograron una mayor sensibilidad a la luz, obteniendo fotos con menos ruido y mayor nitidez.

      Si a esto se le suma la gran cantidad de aplicaciones con filtros, cálculo de la profundidad de campo y diferentes niveles de exposición, se entiende el drástico cambio en las preferencias.

      Los fabricantes tradicionales de cámaras estaban obligados a competir por un lugar. El presidente de Nikon, Makoto Kimura, aseguró que está pensando en lanzar un producto que los meta de nuevo en el mercado que están perforando los smartphones “Queremos crear un dispositivo que cambie el concepto de las cámaras actuales”, explicó.

      En esta lucha por la subsistencia, los fabricantes más audaces decidieron asumir la forma del enemigo y le cargaron a sus cámaras compactas el sistema operativo Android. Pronto descubrieron que podían hacer lo mismo que un celular de alta gama, incluso hablar por teléfono a través de Internet.

      La idea de esta cruza quizás haya surgido al enterarse que el sistema operativo Android, según contó Andy Rubin, uno de sus creadores, fue concebido originalmente como plataforma para conectar cámaras digitales con la computadora. Hasta que un iluminado entendió que el negocio era ponerlo dentro de un teléfono y no en una cámara.

      Una de las primeras en apostar por este híbrido fue Samsung, que tiene varios modelos en carrera. Una de las más poderosas es la Samsung Galaxy Camera EK-GC100 que tiene en su alma un Android Jelly Bean (4.1), pantalla táctil de 4,8’, zoom óptico de 21X y una memoria interna de 8GB. Si la preocupación es cómo compartir las fotos, la máquina dispone de conexión Wi-Fi, 3G y hasta 4G, así como un widget dedicado para facilitarte la tarea. Se consigue por $ 4.800, un poco más caro que el Samsung Galaxy S4 ($ 4.500 con plan).

      En la misma dirección viaja la Nikon CoolPix S800c, que tiene un Android 2.3 y GPS para etiquetar las fotos. Es capaz de grabar video a 1080p en su memoria interna de 4GB. También se conecta a Internet por Wi-Fi. Está $ 4.000.

      El resto de los fabricantes de cámaras, (Sony, Canon, Panasonic, Fuji) comienzan a ver la beta y se decantaron por equipos con una antena Wi-Fi, lo que permite compartir imágenes con otros dispositivos y, en algunos casos, publicarlas directamente en las redes sociales.

      En su intento por ser diferentes se destaca la Fuji FinePix XP200, un objeto de cuerpo sólido que se puede utilizar para bucear o esquiar. A través del Wi-Fi se pueden transferir las fotos a teléfonos o tabletas.

      El mismo efecto persigue la Canon PowerShot N, una cámara diminuta que tiene una pantalla táctil rebatible y una función llamada Disparo Creativo, donde la cámara analiza la escena y ofrece cinco tomas con diferentes efectos. El Wi-Fi sirve para compartir o publicar las imágenes logradas.


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