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      Cáncer: crean una empresa biotecnológica público-privada para desarrollar nuevas terapias

      Se trata de Galtec, que está liderada por Gabriel Rabinovich. Apunta contra las enfermedades inmunes.

      Cáncer: crean una empresa biotecnológica público-privada para desarrollar nuevas terapiasEn segundo lugar de derecha a izquierda, Gabriel Rabinovich, investigador del Ibyme-Conicet, al mando de la flamante empresa biotecnológica Galtec. Foto Verónica Tello

      “Son dos los productos. Por un lado, un anticuerpo monoclonal dirigido al cáncer colorrectal, aunque nos vamos a extender a otros tipos de cáncer. Por otro, una proteína recombinante basada en variantes de Galectina-1, dirigida a esclerosis múltiple y ateroesclerosis”. Expeditivo, así sintetizó Daniel Falcón (economista) las primeras metas terapéuticas de la empresa biotecnológica recién nacida que desde este miércoles le toca dirigir. Está ubicada en el interior del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme-Conicet). Su nombre es Galtec. Su líder y asesor científico (o el corazón del proyecto), el investigador Gabriel Rabinovich.

      Clarín estuvo en la presentación de la nueva empresa de corte público-privada y base tecnológica, un sueño cumplido de Rabinovich (investigador superior del Conicet, al mando del laboratorio de Glicomedicina del Ibyme) quien, con su equipo, podrá darle forma concreta y organizada a un trabajo que en realidad ya venía haciendo: esto de pasar del laboratorio a la experimentación, y de ésta, a una búsqueda terapéutica real para distintas patologías.

      Hay que recordar que las vedettes en el mundo de Rabinovich son las inmunoterapias, es decir, las propuestas de tratamiento que apuntan a robustecer el sistema inmune antes que a debilitar, en el caso del cáncer, el tumor. 

      El investigador del IBYME-Conicet y asesor científico de Galtec Gabriel Rabinovich. Foto Verónica TelloEl investigador del IBYME-Conicet y asesor científico de Galtec Gabriel Rabinovich. Foto Verónica Tello

      El horizonte de Galtec tiene tres patas, contó  el científico: desarrollo, investigación y compromiso social. Estaba emocionado. No solo por la concreción de un proyecto que le es visceral sino porque resume conceptualmente sus logros científicos: el largo camino recorrido en el estudio de la proteína Galectina-1 (o Gal-1). Pero, ¿qué es exactamente?

      Veamos. Por un lado, Rabinovich y su equipo concluyeron que la proteína Gal-1, correctamente modulada puede ser un push-up para que el sistema inmune logre enfrentar con solvencia un cáncer.

      Y, al revés, vieron que al recortarle sus funciones, o sea, “apagando” en alguna medida la presencia de Gal-1, se pueden evitar reacciones desmedidas del sistema inmune, como las que causan enfermedades autoinmunes o, mismo, las llamadas “inflamatorias crónicas”.

      Galectina-1 en su justa medida

      Rabinovich inauguró Galtec delante de un público numeroso, que incluyó científicos de renombre, becarios, inversores de la empresa y autoridades, tanto universitarias como del Conicet y del propio Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

      Entre los oradores, de hecho, estuvieron el ministro de esa cartera, Daniel Filmus; Fernando Peirano, al mando de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación; y la directora del Conicet, Ana Franchi.

      Investigación en biología molecular en la nueva start-up biotecnológica Galtec. Foto Verónica TelloInvestigación en biología molecular en la nueva start-up biotecnológica Galtec. Foto Verónica Tello

      En la presentación, Rabinovich detalló, en cinco puntos concretos, los hallazgos que fueron el germen de Galtec. Vale la pena enumerarlos para dimensionar los alcances que podría tener esta empresa y porque son los mojones de lo que él llamó “un nuevo paradigma”  terapéutico, que busca capitalizar la presencia de esa proteína en su justa medida. “El dulce caso de Doctor Jekyll y Mr. Hide”, le dice él.

      En primer lugar, recordó aquel momento de "identificación y purificación de Galectina-1, una proteína de unión a azúcares en el sistema inmune, a principios de los años '90". Luego siguió el descubrimiento de "la capacidad de Gal-1 de suprimir la respuesta inflamatoria en diferentes modelos de autoinmunidad". En concreto, artritis reumatoidea, esclerosis múltiple, uveitis autoinmune y enfermedad inflamatoria intestinal.

      En tercer lugar se pudo ver “la capacidad de los tumores de utilizar Gal-1 como mecanismo de evasión de la respuesta inmune, creando microambientes inmunosupresores e impidiendo que linfocitos T puedan atacar al tumor”.

      El cuarto punto fue otro hallazgo: “La facultad de Gal-1 de generar vasos sanguíneos que llevan oxígeno y nutrientes a los tumores”. El quinto, “la capacidad de Galectina-1 de modular la inflamación crónica en patologías cardiovasculares como aterosclerosis”.

      La promesa de que "encender o apagar" Galectina ofrece oportunidades terapéuticas increíbles, se echó a andar. Los oradores del encuentro se mostraron confiados. Prometieron pruebas concretas en humanos relativamente pronto. Y nuevas drogas, "en unos años".

      Milei vs. Conicet

      En el contexto de las duras críticas del candidato a presidente Javier Milei con respecto a la propia existencia del Conicet y el "rendimiento" de la actividad científica nacional, los oradores enfatizaron la importancia de no frenar el desarrollo científico-tecnológico, con miras no solo al avance del sector sino ya proyectando sus efectos en la educación, el pensamiento crítico y el desarrollo general del país. Además, subrayaron el sentido mayúsculo de que el Estado apoye esas improntas.

      El propio Rabinovich enfatizó las oportunidades que había recibido a lo largo de su vida (la universidad pública, las becas, los puestos como docente, la carrera de investigador científico...), y cómo ahora busca -desde la ciencia local- brindar oportunidades a otros, en materia de salud.

      Casi al cierre de su discurso, recordó: “Como dijo claramente Bernardo Houssay, nuestro premio Nobel y fundador de este instituto, 'los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico tecnológico; los países pobres lo siguen siendo si no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia'”.

      MG


      Sobre la firma

      Irene Hartmann
      Irene Hartmann

      Redactora de la sección Sociedad ihartmann@clarin.com

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