Noticias hoy
    En vivo

      El cirujano que devuelve la sonrisa a víctimas de ataques con ácido en Colombia

      Destina parte de sus ingresos a reconstruir gratuitamente los rostros de mujeres agredidas. Mirá las fotos y el video. 

      El cirujano que devuelve la sonrisa a víctimas de ataques con ácido en ColombiaEl doctor Alan González saca una foto a Ángeles Borda, sobreviviente a un ataque de ácido (AFP).
      Redacción Clarín

      Alan González conoció el horror de las mujeres víctimas de ataques con ácido en Colombia casi por casualidad, sin pensar que para muchas se convertiría en el "ángel" que les devuelve la sonrisa.

      Video

      El cirujano Alan González ofrece cirugías reconstructivas gratuitas a mujeres que han sufrido ataques con ácido en Colombia, donde cada año se registran 100 víctimas de ese crimen.-JUAN RESTREPO

      "Nunca imaginé que esto que empezaba a hacer con tiempo y recursos limitados pudiera tener tanta repercusión", confiesa este reconocido cirujano plástico colombiano, que destina parte de sus ingresos de la práctica profesional privada a reconstruir gratuitamente los rostros de mujeres agredidas con químicos. Según las autoridades, Colombia es uno de los países más afectados del mundo por estos ataques.


      Mirá también

      Desde su prístino consultorio en una acomodada zona del norte de Bogotá, González, de 46 años, formado en la Universidad Nacional y especializado en Cuba, asegura que ni siquiera sabía que esto ocurría en su país, donde este crimen deja unas 100 víctimas al año, según cifras oficiales.

      "Había visto que pasaba en Pakistán, pero no aquí", afirma, atribuyendo a la "ignorancia" y a la "intolerancia" esta forma de violencia contra la mujer, generalmente perpetrada por exparejas.

      Ángeles Borda es una víctima de los ataques de ácido (AFP).Ángeles Borda es una víctima de los ataques de ácido (AFP).

      Colombia tiene registros de estos ataques desde mediados de los años 90. Pero el pico máximo, según González, se dio entre 2014 y 2015, antes de una ley promulgada en 2016 que tipifica este delito y aumenta los controles a los químicos. Desde finales de 2010 este médico pequeño y con cara de niño vio 24 mujeres en consulta y reconstruyó a 15, sumando casi 300 procedimientos quirúrgicos.

      El doctor Alan González y su equipo, durante la cirugía (AFP).El doctor Alan González y su equipo, durante la cirugía (AFP).

      Convencido de que "la cirugía plástica no es la cirugía de la vanidad, sino de la vida", González operó a soldados y policías heridos por el conflicto armado antes de atender a mujeres atacadas con ácido, esas que, subraya, están marcadas por la "desesperanza" y las "ideas suicidas". "El reto es devolverles sus sueños e ilusiones, y sobre todo sus sonrisas. No solo reconstruimos caras: reconstruimos vidas", dice.


      Mirá también

      Una nueva vida

      Ángeles Borda está nerviosa cuando entra al quirófano para la novena intervención que busca recomponer su rostro desfigurado. La acompaña Gina Potes, la primera víctima de ácido registrada en Colombia y pilar de Reconstruyendo Rostros, la fundación que creó impulsada por González.

      Alan González dialoga con Ángeles Borda, Luz Mendoza y Silvia Jiménez, tres víctimas de los ataques de ácido (AFP).Alan González dialoga con Ángeles Borda, Luz Mendoza y Silvia Jiménez, tres víctimas de los ataques de ácido (AFP).

      Ángeles tiene 32 años y hace 10 que convive con las cicatrices del fatídico 7 de febrero de 2007, cuando al pasar frente a una obra en construcción, le tiraron ácido nítrico en la cara por no voltear a mirar cuando la llamaron. "Sé que en unos mesesitos me voy a ver mejor", afirma, una semana más tarde.

      Esta madre de tres hijos, vendedora de dulces en los buses de Bogotá, se considera una sobreviviente. "Tenía dos opciones: quedarme llorando o salir al mundo a mostrarme como soy. (...) Lo que me ocurrió es muy triste, pero se puede vivir con estas secuelas", enfatiza. "Tengo sueños, tengo metas y tengo la fortaleza para seguir adelante", añade, y su rostro se ilumina con su admirable entusiasmo, en contraste con su dura realidad.

      Ángeles Borda, tras ser operada en la clínica de Bogotá (AFP).Ángeles Borda, tras ser operada en la clínica de Bogotá (AFP).

      Para Ángeles, como para todas las que ven destruida su autoestima por estos ataques, lo más difícil es percibir la lástima de los demás, palpar su discriminación velada, tener que resignarse a la falta de oportunidades. Su voz alegre sólo se quiebra cuando habla de la "revictimización" que sufren por una sociedad que no las integra. "Que nos vean con ojos de berraquera (fortaleza)", pide. "Me siento bien cuando me dicen: 'Guau, la admiro'".

      Ángeles Borda camina con su marido y sus hijos por su barrio, Soacha, cerca de Bogotá (AFP).Ángeles Borda camina con su marido y sus hijos por su barrio, Soacha, cerca de Bogotá (AFP).

      González destaca que a la barbarie del ataque con ácido se suma "la cruda realidad" de las víctimas: 99% de estratos socioeconómicos bajos y "con necesidades de vivienda, educación, trabajo insatisfechas". Como Ángeles, Luz Nidia Mendoza y Silvia Julio Jiménez, también pacientes de González, confiesan que si no fuera por sus hijos ya se habrían quitado la vida.


      Mirá también

      "Me hicieron caer en cuenta de que ellos existían y es por ellos que estoy acá", dice Luz, que lleva 25 cirugías "y faltan más" para rehacerle mejillas, frente, boca, nariz. A sus 37 años, no trabaja luego del ataque que sufrió en Medellín en 2011. Lo peor para ella, sin embargo, es no haber visto crecer a sus hijos. "Los escucho, los siento, los toco, mas no les veo", asegura, sin perder la esperanza de recuperar algo de visión tras un trasplante de córnea.

      Angeles Borda espera el momento de la cirugía (AFP).Angeles Borda espera el momento de la cirugía (AFP).

      Silvia, una costeña de 29 años, desempleada y madre soltera de cuatro hijos, también espera un trasplante. Deben volver a operarle el cuello, donde recibió sesiones de depilación por el vello que le creció de la piel de la pierna que le injertaron. Coqueta, entra con una blusa brillante que despierta los elogios de González. "El doctor Alan es un ángel para nosotras. Le debemos mucho. Nos da ánimo, nos da alegría", dice Luz con voz suave.

      Fuente: AFP